Llegó el 6 de diciembre, día en que la Constitución cumple 40 años de haber instaurado en España una democracia que año tras año se fortalece. Entre los actos solemnes para su conmemoración, se celebró en el Congreso una sesión presidida por el rey Felipe VI, quien aprovechó la oportunidad para enaltecer el trabajo de los «padres» de la Carta Magna y su padre, el rey emérito Juan Carlos, en su elaboración.
Felipe VI basó su discurso en enaltecer el valor del texto constitucional asegurando que «gracias a ella y a su amparo, España vive hoy en democracia y en libertad».
«Este aniversario es una gran oportunidad para recordar y reconocer la dimensión histórica de la decisión tomada por los españoles el 6 de d de 1978. Y lo es también sin duda para valorar en nuestros días su alcance y proyección como se merece», expresó desde el hemiciclo.
Fruto del acuerdo y el entendimiento
Entre citas a los «padres» de la Constitución, Felipe VI sostuvo que «es la primera realmente fruto del acuerdo y el entendimiento. Y no de la imposición. Es la primera que materializa la voluntad de integrar sin excluir».
Felipe VI no se adentró en la coyuntura política y económica que padece España, la crisis secesionista o los llamamientos desde algunos sectores para la modificación de la Constitución. Sin embargo, defendió que «aun con las necesidades y dificultades», España «ha alcanzado niveles de prosperidad y bienestar como nunca antes en nuestra historia».
Por otra parte, destacó que debe ser entendida como un gran pacto nacional de convivencia entre los españoles. «Por la concordia y la reconciliación, por la democracia y la libertad».
En este sentido, el padre de la princesa Leonor rememoró las partes involucradas en su estructuración hace cuatro décadas.
«Entre los siete ponentes había muchas diferencias políticas, representábamos opciones diferentes y en el pasado habíamos tenido enfrentamientos radicales. Y por encima de nuestra diferencias supimos encontrar un punto de coincidencia fundamental. Que no se trataba de elaborar una constitución que dividiese a los ciudadanos españoles en dos bloques equivalentes, y enfrentados radicalmente, sino que había que establecer unas reglas del juego practicables para todos los que éramos partidarios de la democracia», sostuvo Felipe VI citando a Jordi Solé.
Modernizar la Constitución
Desde el partido izquierdista de Podemos, Pablo Iglesias y representantes parlamentarios demostraron un gesto de protesta durante la presencia del rey Felipe VI y el resto de la Corona, al no aplaudir durante la ovación dedicada por el Congreso.
En las afueras del hemiciclo, Iglesias reconoció los logros alcanzados por la Constitución, pero manifestó con un contundente tono que el texto actual debe ser modernizado.
«Aquí la Constitución hizo algo muy importante, garantizó los derechos sociales. Pero por desgracia hoy esos derechos sociales no los disfrutan muchos ciudadanos de nuestro país», dijo Iglesias en declaraciones a los medios.
«Hay mucha gente que sufre el paro, hay mucha gente que no llega a fin de mes. Hay jóvenes que han tenido que emigrar, irse de su país. Digamos que a esa gente la Constitución no se le aplica», detalló el dirigente entre algunos de los motivos por el cual hace su solicitud.
Pero Iglesias también se pronunció en contra de la figura monárquica. De acuerdo con el líder de izquierda, una «España moderna» no puede entender que la jefatura del Estado provenga de una relación sanguínea.
«Por desgracia, a día de hoy, la monarquía está identificada con la corrupción y los privilegios», argumentó.
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Objetivos claros
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, defendió por su parte la «vigencia de la Constitución», al considerar que se mantiene útil y es «la mejor vacuna contra el radicalismo, el populismo y el nacionalismo».
Al mismo tiempo, Casado explicó que existen diversos temas con los que comparten la idea de que ser debatidos. Entre ellos, la sucesión de la corona, la denominación de las Comunidades Autónomas, cuestiones relativas a la Unión Europea o la disposición transitoria de Navarra.
Pero por otra parte, afirmó que en caso de abrir ahora mismo un proceso de reforma gravada «acabaríamos teniendo en la mesa la República, la nación catalana, la ruptura del propio sistema político y la ruptura de nuestra monarquía parlamentaria».
«Nosotros no hemos planteado una reforma. Pero tampoco hemos escuchado una reforma puntual por parte de ningún otro partido político, más allá de lo que viene de la coyuntura política», concluyó.
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