Por Cambio16
Actualización 14/05/2018
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El debate de investidura de Quim Torra presenciado el fin de semana se puede resumir como un nuevo golpe del secesionismo catalán. La clara jugada independentista, movida por los hilos de Carles Puigdemont, fracasó en el primer intento el sábado. Pero este lunes, tal cómo se pronosticaba, la CUP -inmersa en una suerte de pacto con Puigdemont para abstenerse como lo hizo el sábado-, hará lo propio hoy para permitir la investidura. Así lo confirmó el domingo, intentando esconder su complacencia al decir que serán una «oposición activa». Por consiguiente, Torra tendrá el camino libre para ser el nuevo presidente catalán.
Por consiguiente, el escenario en la región vuelve a plantearse por lo menos delicado. Primeramente, por el talante del postulante claramente establecido. El debate de investidura de Quim Torrá estuvo signado no sólo por los antecedentes xenófobos del candidato públicamente difundidos en tuits y artículos. Sino por un discurso del propio Torra que refrendó tales intenciones. Lealtad a Puigdemont y «al mandato del 1 de octubre»; la puesta en marcha «sin descanso» de una «República catalana» como continuidad del fallido intento de golpe de Estado del pasado 27 de octubre y del referéndum ilegal del 1-O y la descalificación del gobierno español fueron los hilos conductores de un plan de acción centrado clara, única y exclusivamente en reeditar el proceso secesionista.
El debate de investidura de Quim Torra, en dos visiones
Y entre golpe y golpe, brillaron en el discurso de Torra, pero por su ausencia, los llamados a una reconciliación en pro de levantar una nueva normalidad en Cataluña que atienda la fractura y las demandas sociales. Ausencia que le hizo notar claramente Inés Arrimadas de Ciudadanos, en su posición de representante del partido que recibió la mayor cantidad de votos en las últimas elecciones regionales.
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«Yo le pregunto (a Torra). ¿Tiene usted alguna respuesta a las preguntas que he hecho sin que la respuesta sea ‘la independencia’?. Porque si está aquí para decirnos que el medio ambiente, la desigualdad, la educacación, las listas de espera, que la deuda, que la pobreza, que la infancia, que el PIB se soluciona con la independencia y sólo con la independencia se lo puede ahorrar» reclamó la líder naranja.
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«Aquí catalanes, independentistas y no independentistas comparten problemas. La misma precariedad laboral. La misma discriminación. ¿Por qué se empeña en dividirnos cuando hay más cosas que nos unen?. Cataluña necesita un pacto social y económico. Uno que nos permita hablar de corrupción, dependencia, impuestos y sanidad?» fueron las palabras de Arrimadas.
.@InesArrimadas “Ni un segundo para hablar de la fractura social. Siguen con el mantra del conflicto entre Cataluña y España; la realidad es que Cataluña está dividida por la mitad y una mitad es tan catalana como la otra y hoy usted ha dado la espalda a las dos” #Parlament pic.twitter.com/EEq0fTzdYf
— Ciutadans (@CiutadansCs) May 12, 2018
En una sintonía similar, Miquel Iceta de PSC, reprochó que Torra acepte ser un president «rebajado y subordinado» a Carles Puigdemont. Y que sólo se proponga empujar una vía unilateral «fracasada». Incluso el líder de CatECP, Xavier Domènech, criticó el discurso de investidura del candidato de JXCat. A su juicio, se basó en el «legitimismo» de la actuación del independentismo de los últimos años y no en un proyecto de futuro.
Ambas posturas resumen el escenario al que se enfrenta la región. Dos visiones. Un cesarismo político y el reclamo de un pacto social.
El lunes… y después
Pero que el secesionista logre la investidura no significa que las aguas estarán calmadas. Pues si Torra continúa en la línea propuesta en su discurso y busca forzar la barda, el 155 volverá a Cataluña. Y no con ánimos de temporalidad a corto plazo. La postura del Gobierno español en este sentido es más que clara. «El señor Torra no se ha presentado como el candidato que todos los catalanes necesitan y merecen. Ha renunciado a la idea de gobernar para todos. Las partes proindependentistas saben que no tienen ninguna posibilidad de lograr sus objetivos secesionistas. Lo que vimos y oímos no nos agradó. Pero juzgaremos sus acciones» fue la respuesta de Moncloa el sábado en comunicado oficial ante el debate de investidura de Quim Torra.
Cataluña necesita un gobierno que respete la ley y gobierne para todos. Mi Ejecutivo seguirá defendiendo la unidad de España, la igualdad entre españoles y la legalidad. pic.twitter.com/ib2ps8jhkv
— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) May 12, 2018
Y seguramente no sólo será el gobierno. Después del debate de investidura de Quim Torra, será toda la sociedad y la economía catalana la juzgará esas posibles acciones. Y ya sabemos lo que pasó después del 1-O.