Esta terrible historia de la pandemia y sus más de 3,5 millones de muertes y 169,5 millones de contagios en el mundo, aún no tiene fin. Se trabaja en la inmunidad de rebaño en los países con acceso a la vacuna y en preservar las medidas de bioseguridad. Pero en más de catorce meses de crisis pulula la gran pregunta sobre el origen del coronavirus, detectado en Wuhan, China. Intereses políticos y la ciencia se vuelven a ver las caras, con la incursión de los servicios de inteligencia.
Trump, con su estilo temperamental, se refirió al “virus chino” durante su gestión e inculpó a la OMS de ser “complaciente” con el país asiático. Tedros Adhanom Ghebreyesus, recibiendo la presión política y científica por dar con el origen del coronavirus, solicitó a China su autorización para acoger a una misión de expertos para hacer averiguaciones.
Tras rechazar previamente los llamados a una investigación sobre el origen y la propagación del coronavirus, Xi Jinping, se mostró abierto a una revisión «integral». Eso sí: “solo cuando la crisis se haya resuelto”, dijo en mayo 2020. Ocho meses después, en enero 2021, la misión logró viajar a China. Entre sus conclusiones consideró «extremadamente improbable” que el virus, haya escapado de algún laboratorio. O sea producto de un accidente en alguna de estas instalaciones. Cree ¨más probable¨ que ¨la transmisión al hombre del virus fue vía un animal intermedio».
Ahora, con la presidencia de Joe Biden se ha atajado la crisis, y la vacunación ha sido masiva. Pero no satisfechos con la parte sanitaria, se adentran nuevamente a hurgar en el origen de tan maligno virus.
Gama de opiniones sobre el origen del coronavirus
Esta reactivación de las investigaciones sobre el origen del coronavirus la sustentó Wall Street Journal. Y la misma está orientada a la posible intervención del hombre. Probabilidad que hasta ahora se ha oscurecido con la ayuda de medios y científicos crédulos.
El viernes 23 informó que la inteligencia de EE UU encontró que tres investigadores del Instituto de Virología de Wuhan fueron hospitalizados en noviembre de 2019. Con síntomas compatibles con la COVID-19. Esta fecha es anterior a la anunciada por el gobierno chino de que el primer caso ocurrió el 8 de diciembre de 2019.
Este nuevo informe se hace eco de una hoja informativa del Departamento de Estado del 15 de enero de 2021. Allí se indicó que varios investigadores del Instituto de Wuhan se enfermaron en el otoño de 2019. La evidencia ha llevado al presidente Biden a ordenar una revisión.
Al principio de la pandemia, los periódicos conservadores, como el Daily Mail y el Washington Times, y el senador Tom Cotton plantearon la posibilidad de una filtración en un laboratorio chino. El Washington Post la descartó como una teoría de la conspiración desacreditada. Y el New York Times lo calificó de «teoría marginal».
Luego, un grupo de científicos, citando fuentes chinas, declaró en The Lancet que el coronavirus se originó en la vida silvestre. Otros cinco virólogos en carta a Nature Medicine declararon que «el SARS-CoV-2 no es una construcción de laboratorio ni un virus manipulado a propósito». Anthony Fauci, en mayo de 2020 dijo National Geographic, que la evidencia indica que el virus «evolucionó en la naturaleza. Y luego saltó de especie» y no se había escapado de un laboratorio chino.
Conjeturas, omisiones y otros asuntos
Estas primeras opiniones sobre el origen del coronavirus se basaron en conjeturas, no en hechos. Ignoraron que los virólogos en China, sobre todo, Shi Zhengli del Instituto de Wuhan, participaron en la investigación en la que se manipularon los coronavirus naturales recolectados de los murciélagos. Para adquirir la capacidad de infectar a los humanos. Ignoraron que dicha investigación a menudo utiliza un paso viral en serie a través de animales de laboratorio que imita el proceso de un salto zoonótico natural entre especies. El personal del instituto chino, en sus inicios, se negó a compartir datos, registros de seguridad o registros de laboratorio, reseña la revista City Journal.
Ha pasado más de un año desde entonces, y los científicos aseguraron durante la mayor parte de ese tiempo que el SARS-CoV-2 surgió de forma natural. Pero ningún científico, chino u occidental, ha producido una supuesta población de origen de murciélagos. Una especie intermedia que funcionó como un conducto viral entre los murciélagos y los humanos. O la evidencia de que el virus estaba presente en cualquier lugar antes de que emergiera en Wuhan.
En contraste, durante el brote de SARS de 2003 en China, los investigadores descubrieron evidencia de huéspedes animales intermedios. Y signos serológicos de infecciones en comerciantes de animales en unos meses. Los análisis de la tasa de mutación del SARS-CoV-2 indican que probablemente comenzó a propagarse varias semanas antes de la fecha oficial del primer caso, el 8 de diciembre de 2019. Un hecho que hace que la enfermedad similar a la COVID-19 de tres trabajadores de laboratorio en noviembre sea tan intrigante.
La verdad encubierta, oculta o ignorada
Los científicos finalmente están comenzando a tomar en serio la posibilidad de negligencia o mala conducta de China. En una carta a la revista Science, 18 destacados virólogos escribieron que la liberación accidental en el laboratorio sigue siendo una posibilidad viable del origen del coronavirus. E instaron a los científicos de Wuhan a cooperar plenamente con investigaciones adicionales.
El experto Ralph Baric ha colaborado con Zhengli en el pasado. Si bien cree que la evolución natural es una explicación más probable que la de una fuga de laboratorio, está pidiendo una investigación abierta. A través del Instituto de Wuhan y sus protocolos de seguridad.
Otros científicos señalan que varias características peculiares del SARS-CoV-2 son incompatibles con un origen zoonótico natural y que se debe investigar el origen de una fuga de laboratorio. Incluso Fauci ha admitido ahora que «no está convencido» de que la COVID-19 se haya desarrollado naturalmente fuera del laboratorio de Wuhan.
Algunos periodistas también están comenzando a examinar el tema. El escritor científico Nicholas Wade advierte que no puede haber evidencia definitiva de ninguno de las dos opciones sin examinar los datos chinos. Pero que es mucho más probable una fuga de laboratorio.
Es poco probable que las autoridades chinas permitan una investigación exhaustiva, por lo que es posible que nunca se sepa el verdadero origen del coronavirus. Pero aún más inquietante que los intentos del gobierno chino de ocultar los orígenes de la pandemia es la forma en que los científicos y los medios de comunicación insistieron casi uniformemente en que una filtración de laboratorio estaba fuera de discusión.
Biden está decidido a buscar la verdad. Pidió a los funcionarios de la inteligencia de su país incrementar esfuerzos para encontrar los orígenes de la pandemia. Una de las aristas a investigar es si el virus podría haber surgido en un laboratorio. El jefe de la Casa Blanca solicitó a China cooperar con las investigaciones.
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