En su Convención Nacional y tras su éxito en Andalucía, el PP ha dado un nuevo impulso recuperando a José María Aznar y enterrando a Mariano Rajoy.
Pablo Casado, que se ha impuesto como el líder indiscutible del partido, ha apostado, sin ninguna ambigüedad, por el conservadurismo pragmático y el liberalismo sin complejos. Casado pretende frenar la sangría de votos que se le escapan por su derecha e izquierda hacia Vox y Ciudadanos.
La euforia vivida en su Convención no puede, sin embargo, ocultar la preocupación que existe en numeroso sectores del PP por un discurso cada vez más radical y más derechizado. Un discurso que puede espantar a muchos votantes de centro, que son los que siempre han apuntalado los éxitos del partido conservador.
La traición de Errejón
Donde sí se ha producido un totum revolotum ha sido en Podemos. La considerada traición de Iñigo Errejon, que no ha sido más que un divorcio anunciado, pone de relieve, una vez más, que la izquierda sigue siendo proclive a las batallas internas y a los apuñalamientos traperos en los momentos mas inoportunos.
Vamos a ver las consecuencias de todo este embrollo. Y, también, quién de esta encarnizada batalla, que ha dejado a la formación con una crisis abierta en canal, sale vencedor: Pablo Iglesias o Iñigo Errejón.
Rehén de los independentistas
Mientras tanto Pedro Sánchez sigue en su encrucijada para poder aprobar los Presupuestos Generales. El presidente del Gobierno no renuncia a que pasen el filtro del Parlamento, pero sabe que es rehén del inevitable apoyo de los votos de los independentistas catalanes.
Todo continúa muy borroso y muy volátil en la política española. Y así, va a ser hasta la cita electoral de mayo.
Queda todo muy abierto… Nos preocupa que se vaya hablar más del adversario y de su descalificación que de las propuestas y de las reformas reales que necesita el país.
Son los nuevos tiempos que corren en la política. También fuera de nuestras fronteras.
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