Los objetivos de la UE por impulsar el uso de biocombustibles han llevado a la deforestación de un área aproximada del tamaño de los Países Bajos. Esto, para expandir la soja, palma y otros cultivos oleaginosos durante la última década, advierte un estudio de Transport & Environment (T&E).
Los biocombustibles son combustibles no fósiles. Obtenidos mediante el tratamiento físico o químico de materias orgánicas (biomasa), incluso materias vegetales y excrementos de animales.
Según estimaciones del grupo, cerca de 4 millones de hectáreas de bosques, principalmente en el sudeste asiático y América del Sur, se han talado desde 2011. Incluido aproximadamente el 10% del hábitat restante de orangután. Luego de la introducción de la ley de combustibles verdes de la UE en 2010.
Eso sugiere que los esfuerzos por reemplazar combustibles contaminantes como el diésel por biocombustibles, están aumentando paradójicamente las emisiones de dióxido de carbono que calientan el planeta, dijo Laura Buffet, directora de energía de T&E.
Comentó que “10 años de esta ley de combustibles ‘verdes’ y ¿qué tenemos para mostrar?. Deforestación desenfrenada, hábitats destruidos y peores emisiones que si hubiéramos utilizado diésel contaminante. Una política que se suponía salvaría el planeta en realidad lo está destruyendo. No podemos permitirnos otra década de esta política fallida. Necesitamos romper el monopolio de los biocombustibles en el transporte renovable y colocar la electricidad en el centro».
Europa ha quemado alrededor de 39 millones de toneladas de biodiésel de soja y palma solo en sus automóviles y camiones desde 2010. Emitiendo hasta tres veces más emisiones de CO2 que el diésel fósil que reemplazó. T&E dice que la UE necesita eliminar gradualmente el apoyo a todos los biocombustibles agrícolas para 2030 a más tardar en su próximo paquete «Fit for 55», bajo la revisión de la ley.
UE y su política sobre biocombustibles
Los aceites vegetales vírgenes (colza, palma, soja) constituyeron casi el 80% de la materia prima utilizada en la producción de biodiésel de la UE en 2020. Y la demanda total de biodiésel aumentó, a pesar de que la solicitud general de combustible se contrajo durante la pandemia. Algunos países de la UE elevaron su mezcla de biocombustibles. Mientras que otros mantuvieron los volúmenes constantes para cumplir con los objetivos comunitarios. El aceite de palma alcanzó su nivel más alto, coronando una década de crecimiento que ha triplicado el consumo de aceite de palma. Hubo poca diferencia en el uso de colza y aceite de cocina usado. Entretanto, los volúmenes de soja crecieron un 17% y las grasas animales un 30% en comparación con 2019.
También se observó un rápido aumento (23%) en la proporción de aceite vegetal tratado con hidrógeno (HVO) de producción nacional en el grupo de diésel, que requiere significativamente más aceite vegetal que los métodos tradicionales. Se prevé que la capacidad de producción de HVO casi se duplique en los próximos 5 años, impulsada por nuevos proyectos de grandes petroleras como Total, ENI y Neste.
“Hemos visto un gran cambio desde el aceite de palma en los supermercados. Hoy en día, los consumidores pueden elegir si quieren comprar productos contaminados con aceite de palma. Este no es el caso del transporte. El sector del transporte de la UE está apuntalando actualmente la demanda de aceite de palma ruinoso sin que los consumidores lo sepan. Necesitamos eliminar los biocombustibles de aceite de palma de inmediato”, insistió Buffet.
Combustibles y medioambiente
En 2020 el uso de diésel y gasolina en Europa cayó un 8,3% y un 11,6%, respectivamente, ya que los bloqueos pandémicos ralentizaron los viajes y los negocios, señaló T&E. Pero el uso de biodiésel aumentó un 1,3% en 2020, en línea con un mandato de la UE de que una décima parte de los combustibles para el transporte provengan de energías renovables.
Si la UE mantiene sus políticas actuales de biocombustibles, emitirá 173 millones de toneladas adicionales de dióxido de carbono de la palma y la soja para 2030, indicó el informe.
La UE tiene como objetivo obtener aproximadamente una cuarta parte de sus necesidades de combustible para el transporte en 2030 a partir de fuentes renovables. Incluidos los combustibles electrónicos, el hidrógeno y los biocombustibles avanzados elaborados a partir de desechos y residuos.
Hasta un 5,1% de esa cifra podría provenir de biocombustibles de cultivos, de acuerdo con un análisis de la Comisión Europea. Se espera una decisión final sobre el aumento el 14 de julio como parte de un paquete climático de la UE.
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