Mientras el mundo condena los excesos policiales y el racismo en Estados Unidos y otras democracias occidentales, el uso de la violencia por parte de los cuerpos de seguridad se hace moneda de uso corriente en la Cuba socialista. Yamisel Díaz Hernández, de 32 años, resultó muerto a manos de un agente, al sur de la isla. Es el segundo caso en que la policía cubana asesina a un presunto delincuente, en menos de dos semanas.
El padre de Díaz Hernández no cree la versión oficial, de que el disparo del uniformado se habría producido en defensa propia. «Ellos dicen que él andaba con dos más cuando el policía le dio el tiro. El problema es que yo no sé quiénes son las personas que andaban con él», aseguró Federico Díaz García, a Radio Televisión Martí.
«La explicación oficial es que el policía le dio un tiro por el pecho porque él le fue con el machete pa’ rriba, pero el niño no tiene ningún tiro en el pecho, lo tiene debajo de la mano, por el costado, y ningún policía da un tiro por el costado si tú le vas pa’ rriba. Y no me han dado razón ninguna», declaró.
Extrañas circunstancias
Díaz García señaló que su hijo murió el sábado en la noche, en una zona próxima al central azucarero José Martí, en la ciudad de San Cristóbal, provincia de Artemisa. Yamisel tiene tres hijas y trabajaba en una cooperativa de la localidad Ramón López Peña.
La funeraria de esa localidad confirmó que el cadáver del joven estuvo tendido allí el domingo. Fue enterrado el lunes en la mañana, publicó el portal Diario de Cuba.
Policía asesina y represiva
En las últimas semanas a la policía cubana se le ha acusado de asesina y de represiva. Cada día es mayor la cantidad de denuncias sobre violencia y uso excesivo de la fuerza.
El periodista del Diario de Cuba Jorge Enrique Rodríguez estuvo cinco días preso por grabar en su barrio la detención de dos jóvenes. Los agentes emplearon excesiva violencia. El fin de semana el régimen liberó bajo fianza y a la espera de juicio a Camilo Guerra Ramos, de 20 años de edad. Fue golpeado con brutalidad por varios policías el 27 de junio en una cola para comprar pollo en Guanabo, La Habana.
El caso más emblemático ocurrió el 24 de junio. La policía disparó y causó la muerte en Guanabacoa al joven afrocubano de 27 años de edad Hansel Ernesto Hernández Galiano. El único testigo del hecho es el agente. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido con la muerte de George Floyd en Estados Unidos y las protestas que generó contra la violencia policial, ninguna de las organizaciones defensoras de los derechos humanos, como Black Lives Matter, ha reaccionado por los asesinatos Hansel Hernández y de Yamisel Díaz, quien era padre de tres niñas.
La versión oficial
El domingo 5 de julio en la madrugada la policía política emitió un comunicado con membrete del Ministerio del Interior para justificar la muerte de Yamisel Díaz Hernández. El relato de lo acontecido es muy similar a la narrativa oficial en el caso de Hansel Ernesto Hernández Galiano, el 24 de junio. A Yamisel se le acusa de ser un ladrón violento y se dice que el policía le disparó en defensa propia. A la víctima, junto a otras dos personas, la acusan del robo de ocho caballos en una zona rural de San Cristóbal.
«Como parte de la investigación se conoció que cuando el militar, junto a uno de los campesinos, le daba seguimiento y en el momento en que trató de detenerlos, fue agredido con un machete de forma reiterada y a corta distancia por uno de los individuos. Al ser atacado, el oficial realizó un disparo preventivo, y al continuar la agresión, estando en peligro su vida, respondió con otro que provocó la muerte al agresor«, indica la versión del Ministerio del Interior.
Además, se dice que la víctima se dedicó «toda su vida de robar caballos». Le achacan «13 delitos anteriores por robo de ganado a campesinos de la zona». También se asegura que habría estado preso. Incluso se afirma que tendría procesos previos por robo con fuerza en un almacén y una cooperativa y por atentado contra las autoridades. Por su parte, el policía estaba «cumpliendo con su deber«.
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