Las elecciones presidenciales en los Estados Unidos entrarán la semana próxima en su recta final. El lunes será la apertura de la Convención Nacional del Partido Demócrata y una semana después la del Partido Republicano. La polémica del voto por correo, el tema de la nacionalidad de la candidata demócrata a vicepresidenta y las falsas noticias centran la atención en esta etapa de la campaña.
Estaba previsto que la Convención Demócrata se celebrara en Milwaukee, Wisconsin. Pero se realizará ahora de forma virtual, debido al riesgo que representa un evento al que habrían asistido unas 50.000 personas, entre delegados, personal de apoyo, periodistas, seguidores y público en general.
Charlotte, Carolina del Norte, esperaba ser la sede de la Convención Republicana a finales de agosto. Este acto fue cancelado debido a que las autoridades locales rechazaron suavizar las restricciones adoptadas para evitar la propagación del coronavirus.
Trump ha dicho que espera aceptar la nominación en forma virtual, en la Casa Blanca o en Gettysburg, escenario de una de las batallas más decisivas de la Guerra de Secesión.
La polémica del voto por correo
Uno de los puntos más álgidos en la campaña ha sido el sufragio por correo. La práctica no es nueva en las elecciones en los Estados Unidos. Casi uno de cada cuatro votantes emitió de esta forma su voto en 2016. Ahora, con los riesgos de contagio por la COVID-19, se espera que la proporción aumente significativamente.
Trump afirma que el voto por correo es fraudulento, pese a que él lo ha solicitado para sufragar en Florida, donde está registrado. Ha repetido que cualquiera puede suplantar la identidad del votante y porque el sistema de correos es deficiente.
Reiteró este jueves que no va a acceder a que se aprueben 25.000 millones de dólares en fondos para el Servicio Postal y otros 3.600 millones para las elecciones, porque se utilizarían para el voto por correo.
Sin embargo, expertos y autoridades estatales aseguran que es casi imposible suplantar la identidad o falsificar el voto. Algunos estados esperan un aumento del voto por correo 10 veces superior al habitual.
El expresidente Barack Obama criticó a Trump «por estar más preocupado por la supresión del voto que por la supresión del virus» causante de la pandemia.
Este viernes, Trump no quiso ahondar en esa polémica y se mostró abierto en una rueda de prensa a la propuesta de financiamiento de los demócratas en el Congreso «si ellos nos dan lo que queremos (…) Lo que quiere el pueblo estadounidense», dijo en referencia a un nuevo paquete de estímulo por la pandemia.
Sube la temperatura
Trump ha centrado sus ataques en la aspirante demócrata a la Vicepresidencia, Kamala Harris. El mandatario dijo que la senadora californiana no puede ser presidenta o vicepresidenta, porque es hija de padre jamaiquino y madre india, pese a que nació hace 55 años en California.
La Constitución asegura que solo un «ciudadano natural por nacimiento» puede ser presidente de Estados Unidos. Trump se ha servido del ruido creado para resucitar dudas sobre la nacionalidad de Harris. Del mismo modo lo hizo antes con Barack Obama. En esa ocasión no mostró prueba alguna que respaldara su teoría. Pero la confusión le habría servido en alguna medida para apoyar su carrera a la presidencia.
El pasado 11 de agosto, Biden anunció a Harris como su compañera de fórmula. La senadora fue una de sus contrincantes en las primarias del Partido Demócrata. No obstante, al final de diciembre de 2019, abandonó su postulación. Solo contaba con el 3,4% de apoyo dentro del partido.
A finales de la semana, Trump dejó de lado el tema de la nacionalidad de Harris. Pero la acusó de «tratar peor que a nadie» a Biden, durante el período en que ambos compitieron en las primarias por la nominación demócrata.
Camino por recorrer
Donald Trump y Joe Biden deberían enfrentarse durante tres debates de 90 minutos, televisados a nivel nacional. El primero en Cleveland, Ohio, el 29 de septiembre, cinco semanas antes de las elecciones.
El segundo está programado para el 15 de octubre en Miami, Florida. El 22 de octubre, en Nashville, Tennessee, se efectuaría el último careo. Los organizadores rechazaron el llamado de Trump para un cuarto.
El rol de las redes sociales
En las elecciones de hace cuatro años en los Estados Unidos, las redes sociales jugaron un rol de gran importancia. La contienda de 2020 no ha sido muy distinta. Pero los cuestionamientos al uso de estas herramientas y a la veracidad de las informaciones que allí se publican, han generado una creciente polémica.
En este entorno, Facebook y Twitter, líderes en las redes sociales, han intensificado la lucha contra la desinformación. La primera creó un centro de información sobre el proceso de votación. La segunda amplió su normativa contra las noticias falsas en el voto por correo y la votación anticipada.
Ambas redes sociales han recibido numerosas críticas por la laxitud con la que se enfrentaron a las noticias falsas y las campañas de desinformación en los comicios de 2016.
La iniciativa de Twitter hará hincapié «en todas las opciones disponibles para votar, incluyendo el correo y la votación anticipada». La plataforma anunció que el próximo mes pondrá en marcha medidas sobre nuevas herramientas, normativas y ayudas para la votación.
Facebook, por su parte, ha lanzado un Centro de Información para ayudar a los usuarios con información precisa y fácil de encontrar sobre el proceso de votación en el lugar en el que viven. La red social dijo que también estaba hablando con representantes del gobierno sobre la amenaza que plantea la información errónea en torno a resultados de las elecciones.
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