Entrevista a GASPAR LLAMAZARES | Portavoz de Izquierda Abierta, corriente interna de IU
Por Iñigo Aduriz | Foto: Reuters
05/05/2016
Como en otras ocasiones, Gaspar Llamazares (Logroño, 1957) ha vuelto a ser la voz discordante. Desde que Podemos inició su acercamiento a Izquierda Unida, en busca de una coalición para las próximas elecciones, el hoy portavoz de la corriente Izquierda Abierta y excoordinador federal se ha mostrado en contra. Cree que IU perderá su identidad y será absorbida por la formación que lidera Pablo Iglesias. A pesar de que el ‘sí’ se ha impuesto este jueves en la consulta a la militancia sobre ese acuerdo con el partido morado, Llamazares destaca que la baja participación –un 28%– resta fuerza a ese apoyo.
¿Qué le parece que la participación en la consulta haya sido tan baja?
Era una votación a ciegas en la que únicamente se decidía sobre abrir una negociación. Parece claro que no ha sido capaz de movilizar al conjunto de afiliados y simpatizantes. No discuto la legitimidad pero sí la credibilidad y la capacidad de movilización tan proclamada. Habían dicho que esto era prácticamente la alternativa política a la crisis que hemos vivido durante los dos últimos meses. Han proclamado que era el único camino y era evidente que iba a tener un respaldo muy mayoritario porque era, de alguna manera, un voto de confianza a la dirección, sobre todo a Alberto [Garzón] para realizar esa negociación. Lo que no moviliza es no conocer cuál es el resultado. Los militantes, con reservas, han respaldado ese voto de confianza con una escasa movilización. Por eso la gestión debería ser exigente y prudente.
En este caso, ¿se podría aplicar el refrán de que el que calla otorga? ¿Cree que si la participación ha sido tan baja es porque la mayoría de los militantes asumían cualquier resultado?
Yo no me apunto a la teoría de la mayoría silenciosa de la que habla Rajoy. Si la gente tuviera un objetivo claro y estuviéramos en ese trance de una alternativa política y del sorpasso que unas veces se refiere al PSOE y otras veces a la derecha, la movilización hubiera sido significativamente mayor. La falta de participación muestra más las dudas y la incertidumbre que otra cosa.
¿Cree que si IU y Podemos hubieran ido separados, IU habría mejorado sus resultados respecto al 20D?
Es evidente que la fuerza política que dentro de la izquierda ha salido con expectativas al alza por su gestión desde las elecciones de diciembre ha sido IU. El PSOE, por su giro a la derecha para luego buscar la adhesión de la izquierda; y Podemos, en una estrategia muy extraña de girar sobre sí mismo y poner etiquetas de izquierdas y de derechas a todo el mundo después de haber sido transversal, y de repartirse la piel de oso antes de cazarlo, no han tenido una buena gestión. Estas nuevas elecciones no son una segunda vuelta y tienen identidad propia. Serán más clásicas, entre la derecha y la izquierda. Y, por tanto, IU tenía un marco más favorable por el aterrizaje de Podemos y su mala gestión para que se valorara su imagen como una fuerza seria y modesta que no entra en la lógica ni de la prepotencia ni del postureo.
En todo caso, IU y Podemos comparten propuestas programáticas. Quizá con la unión de ambas fuerzas podrán conseguir más escaños en el Congreso.
Con el voto que hemos tenido en la consulta me reafirmo en que, en política, dos más dos no son cuatro. No lo han sido a nivel interno, y es mucho más difícil que lo sean a nivel externo con votantes que no siempre se alinean con los militantes y simpatizantes. El voto no es propiedad de ningún partido y, aunque las elecciones fueron hace tres meses, el voto de IU como el voto de Podemos no es ni un millón ni cinco millones, respectivamente. Ya veremos lo que participa la izquierda, lo que participa en general el votante y lo que vota finalmente. Eso de sumar cinco más uno es hacer las cuentas de la lechera, que pueden salir o no salir.
Hasta ahora Podemos nunca quiso ir en coalición con IU y, de hecho, se presentaba como alternativa a IU.
No ha querido ir con IU pero ha querido ocupar el espacio de IU.
¿Por qué cree que en este momento a Podemos le apetece concurrir con ustedes?
Porque ha visto que IU ha aguantado y hay un volumen importante de votos. Ha aguantado su estrategia de OPA hostil, tanto la que realizó antes de las elecciones como la que realizó en la configuración de los grupos parlamentarios. Ha leído bien la nueva convocatoria electoral, que es más en clave derecha-izquierda, y se viste de izquierda para estas elecciones. Para ello suma, mediante una OPA amistosa, a IU. Pero no tanto con la intención del sorpasso a la derecha, que no lo ha aprovechado estos tres meses, sino para paliar lo que las encuestas auguran, que es una pérdida de voto de Podemos. Por tanto, esa suma de IU y Podemos, más que destinada a asaltar los cielos, va con el objetivo de paliar los daños.
¿Qué consecuencias cree que puede tener esta alianza en la reacción de los votantes de IU?
Venimos de la pelea. No hay que olvidar que en unas elecciones, hace tres meses hubo gente que votó a IU por encima de todo, y a pesar de todo. Lo consideramos un voto heroico. Lo hicieron con todo en contra, siendo tildados de viejunos, de izquierdistas e incluso de pitufos por parte de Podemos. Que esa gente traslade mecánicamente sus votos a una candidatura conjunta que no sabemos como va a estar organizada, pero en la que el papel principal lo va a tener Podemos, tengo dudas razonables. El acuerdo, además, será seguramente fuente de insatisfacción a tenor de la división interna de Podemos. Si tenemos en cuenta la campaña electoral, en la que por mucho que hagamos vamos con Podemos, y la potencia de fuego y mediática que tiene Pablo Iglesias, vamos a quedar disminuidos. Pero lo que más me preocupa es el grupo parlamentario. Por mucho que nos vendan y se lo vendan a las mareas o a quien quieran, será el grupo parlamentario de Podemos y otros. No hay grupo de IU. Eso significa estar dos, tres o cuatro años sumergidos en la órbita de otra planeta que no es el nuestro.
¿Cuál sería un pacto digno? ¿Que les dejaran formar un grupo propio?
No es posible legalmente. Por eso me he opuesto desde el principio. IU ha aprobado una fórmula de coalición que impide que tenga un grupo propio. Ni Compromís, ni Anova, ni En Comú han dicho cuál es el modelo que van a seguir. Yo creo que están escaldados del modelo de coalición porque no les ha permitido tener identidad propia. Ya veremos si nosotros tenemos un papel secundario o terciario.