Por Cambio16
22/01/2018
Las mujeres y los jóvenes son quienes más sufren la desigualdad. Las trabajadoras son quienes se encuentran en la base de esta pirámide económica. Ellas ganan menos que los hombres y están sobrerrepresentadas en los empleos peor remunerados y más precarios.
Así se desprende del informe “Premiar el trabajo, no la riqueza” que publica este lunes Oxfam Intermón. Un trabajo que, junto a otro sobre España –¿Realidad o ficción? La recuperación económica, en manos de una minoría”– apunta a que la brecha salarial entre hombres y mujeres en el mundo es del 23%. Y que en España asciende al 20%. Por contra, 9 de cada 10 milmillonarios en el mundo son hombres.
Pero, además, las mujeres son las principales afectadas por los contratos a tiempo parcial y temporales. El mercado de trabajo español penaliza con fuerza a la mano de obra femenina. El 73,9% de la población trabajadora que recibe los sueldos más bajos son mujeres. Sin embargo, dentro del grupo de las personas trabajadoras con retribuciones más altas, ellas sólo representan el 34,5%.
El sistema fiscal
Asimismo, el futuro de los jóvenes, según muestra el documento, es totalmente incierto. Sufren las consecuencias de empleos precarios, temporales, parciales y mal pagados. Y no cuentan con unas perspectivas a futuro que les permita ser positivos respecto a su vida laboral e igualdad de oportunidades. El salario anual obtenido por un joven de 26 años que accede por primera vez a un empleo es hoy un 33% inferior al ganado en 2008, con mayor temporalidad y trabajo parcial.
El informe también identifica como un claro aliado para alimentar la actual crisis de desigualdad es el sistema fiscal. Existe una tendencia mundial a reducir la fiscalidad de las grandes compañías y de las grandes fortunas. A costa de mantener las políticas públicas con las aportaciones de las familias y las personas asalariadas. Y es que el 0,01% de los más ricos del mundo evaden 120.000 millones de dólares.
Los impuestos, para los más pobres
Solo en España, se calcula que las grandes fortunas ocultan una riqueza equivalente al 12% del Producto Interior Bruto –PIB- en paraísos fiscales. En España, los más pobres soportan un peso desproporcionado de los impuestos, sobre todo indirectos, y perciben muchas menos transferencias sociales.
De hecho, mientras que el 83% de la recaudación vino del IVA y del IRPF en España, es decir, de las familias, el impuesto de sociedades solo recaudó el 12%. Sin embargo, el 20,4% de las transferencias públicas fueron a parar al 10% más rico de la población. Mientras que el 10% más pobre sólo recibió el 4% del total de gasto.