Hay una creciente preocupación por la proliferación de casos de la COVID-19 en las plantas procesadoras de carnes de varios países. Uno de los riesgos que se señalan es la aglomeración de personas. Los expertos también apuntan a que las condiciones de frío y ventilación podrían estar en el origen del problema.
También se ha hablado de que este tipo de labores dificulta el uso de mascarillas, hay precariedad de las plantas y los trabajadores tiene hábitos , como el tabaquismo, que les predisponen a enfermedades respiratorias.
Casos de COVID-19 en mataderos de Huesca
Para finales de abril, dos empresas cárnicas en Binéfar, en la provincia de Huesca, registraban un importante brote de casos de COVID-19 entre los empleados.
Tras realizar un total de 1.399 pruebas serológicas entre el 25 y el 29 de abril, el 27% de los empleados de Fribin y Litera Meat daban positivo. Un total de 374 infectados se contaban entre ambas empresas. Los trabajadores fueron enviados a casa a cumplir la cuarentena y esperar a que la prueba de PCR confirmara si el virus seguía activo.
Más o menos para la misma fecha, otro tanto sucedía en los Estados Unidos. Tyson Foods anunciaba que un gran matadero de reses en el estado de Washington cerraba para realizar test de COVID-19 a los trabajadores, mientras los mandaba a cuarentena.
También Smithfield Foods cerraba varias plantas procesadoras de carne, luego de que se registraran casos del nuevo coronavirus. Una versión similar de estos episodios se replicaba en Brasil, Francia, Australia y Alemania. ¿Es la carne una fuente de transmisión?
Contagio entre empleados
Definitivamente la multiplicación de contagios por SARS-CoV-2 en los mataderos de varios países es un asunto que merece ser objeto de investigación, en opinión de Raina MacIntyre, profesora de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia. Sin embargo, los expertos señalan que hasta los momentos no hay evidencia de que la carne sea una fuente de transmisión del virus.
A este respecto, la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria aseguró que no hay pruebas que confirmen que los animales de granja o las mascotas puedan transmitir el virus. Por lo tanto, descarta que una persona se pueda contagiar a través de la ingesta de alimentos. Además, la cocción desactiva la acción del virus.
En rigor, se trata de episodios de contagio entre empleados, por lo tanto, habría que poner el foco sobre el modo cómo funcionan las plantas procesadoras de carne.
Difíciles condiciones de trabajo
En primer lugar, señalan lo difícil que es aplicar medidas de distanciamiento social en los mataderos, donde se juntan muchas personas durante largos períodos de tiempo. «En los mataderos, como en todas las empresas donde hay personal, hay a la fuerza una concentración de personas. Incluso con medidas de prevención, hay más riesgo», dice Paul Auffray, vicepresidente de la Federación Porcina de Francia.
También está el hecho de que se trata de un trabajo físicamente agotador, donde el uso de la mascarilla puede resultar incómodo a la hora de respirar.
La precariedad de las condiciones de trabajo en las plantas de procesamiento de carne en algunos países podría ser otra de las causas. Por ejemplo, en Alemania se subcontrata una gran cantidad de inmigrantes de Europa del Este para trabajar en los mataderos, bajo condiciones sanitarias dudosas.
Además, los trabajadores de este tipo de industria provienen de grupos donde el tabaquismo y otras formas de vida predisponen a enfermedades respiratorias, lo que podría explicar por qué representan un grupo de riesgo.
Hipótesis, sospechas y denuncias
Por último, se señala que las condiciones de frío y ventilación necesarias para la conservación de la carne podrían influir en la propagación del virus.
No obstante, esta posibilidad es solo una hipótesis que, de corroborarse, confirmaría las sospechas de algunos científicos de que el virus se puede transmitir al inhalar las gotículas exhaladas por los enfermos que quedan suspendidas en el aire.
La gran cantidad de contagios en las plantas procesadoras de carnes han elevado a la opinión pública las condiciones higiénicas de los mataderos y el trato que se les da a los trabajadores.
Durante el episodio de contagio en Huesca, la UGT y la CCOO presentaron una denuncia ante la Inspección del Trabajo por las condiciones en las que se desarrollan las labores en los mataderos.
Muchos empleados se quejaban de que la dirección de las empresas no garantizaban las reglas de seguridad, como el distanciamiento social a la hora de trabajar o comer. Pero un gran número de ellos –en su mayoría extranjeros- asistían a las labores diarias por la necesidad.
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