Por Cambio16
04/01/2018
Este fin de semana, el gobierno de Venezuela discutirá el Plan de la Patria 2019-2025, su nuevo «bote salvavidas».
El año no ha comenzado bien en el país caribeño.
Venezuela comenzó 2018 sumida en la hiperinflación y en medio de la preocupación por los efectos del nuevo aumento salarial anunciado el domingo por Nicolás Maduro, que no es celebrado más que en círculos oficialistas y aumentará aún más la inflación, según muchos economistas.
«Maduro simplemente continúa con su política de seguir intentando apagar un incendio hiperinflacionario, que él ha generado en Venezuela, con un bidón de gasolina», ha escrito en Twitter, en la línea de numerosos colegas, el economista Luis Oliveros.
Y, a este panorama, se suma la debacle de sus bonos y su cesación de pagos.
No ha terminado la primera semana del 2018 y ya Standard & Poor’s puso en default a la calificación de bono global de Venezuela con vencimiento en 2018.
El país debe pagar unos 8.000 millones de dólares de deuda soberana y de PDVSA en 2018.
Por eso, en los círculos progobierno venezolanos, ha comenzado una promoción en ostinato de los «beneficios» que traerá el Plan de la Patria 2019-2025.
Pero ésto, lejos de traer esperanza, preocupa.
Qué es el Plan de la Patria 2019-2025
Consultado por Cambio16, el economista progobierno Saúl Ortega ha dicho que el Plan de la Patria 2019-2025 «regirá los destinos» de Venezuela en los próximos años.
Éste es la continuación del llamado «Plan de la Patria 2013-2019«, el programa de gobierno del chavismo.
Dicho plan abarca las líneas del gobierno en lo político y en lo económico.
Asimismo, delimita los programas sociales financiados por el gobierno, mermados ahora por la crisis económica.
Para el dirigente político chavista Ortega, lo importante es que se logre un debate político nacional.
La discusión del plan iniciará en los círculos de gobierno este fin de semana.
Pero, para ser un plan «de la Patria», no toda la patria está convocada.
A estos debates han sido convocados los movimientos políticos afectos al gobierno.
Y, como era de esperarse, no se han convocado a sectores de oposición o productivos para tal fin.
En el debate, precisa Ortega, los participantes podrán opinar, pero no habrá votación o decisiones vinculantes.
Éstas, asegura, serán compiladas en un documento que el gobierno daría a conocer en los próximos meses.
Y mientras tanto, la patria pide un plan
En su discurso de fin de año, Maduro anunció un aumento del sueldo mínimo y de los salarios de los funcionarios del 40%.
Este aumento deja el ingreso mínimo de los venezolanos en 238 dólares.
Ésto, si se hace la conversión a la tasa de referencia fijada por el Estado.
Pero realmente es un poco más de 7 dólares si se toma en cuenta el cambio paralelo.
Éste es el que se aplica en todas las transacciones que no involucran al Estado en Venezuela.
En 2017 Maduro ha subido hasta en siete ocasiones los sueldos mínimos y de los trabajadores del Estado.
Frente a ésto, la subida de unos precios se dispara día a día y el bolívar se desploma frente al dólar en el mercado libre.
La inflación fue de un 81 % en Venezuela solo en el mes de noviembre, según cálculos preliminares.
Según estos cálculos, el país caribeño cierra 2017 con una inflación acumulada de más del 2.700 %,
Ésto la convierte en la única economía del mundo con una inflación de cuatro cifras.
Un informe del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDA), que hace seguimiento mensual del costo de la vida, revelaba que en noviembre pasado un hogar con dos ingresos mínimos apenas podía comprar la cesta básica de alimento de una semana.
Ante esta situación, millones de venezolanos dependen del esquema gubernamental de distribución de alimentos subsidiados.
Pero los retrasos en la entrega de esta comida provocaron numerosas protestas espontáneas en las zonas populares estas Navidades.
El plan es que no hay plan
Los economistas atribuyen la inflación al enorme aumento de la base monetaria que -con medidas como las subidas de salarios por decreto- ha llevado a cabo el Banco Central en Venezuela.
Esta explosión de la masa monetaria en circulación, sumada a la reducción de los bienes en el mercado que ha traído la caída de la producción.
Asimismo, provoca un desequilibrio entre la abundancia de dinero nominal y la escasez de productos, que ejerce presión sobre los precios y destruye el poder de compra de los ciudadanos.
El Gobierno chavista, por su parte, habla de «inflación inducida», y culpa de esta situación a una «guerra económica» de Estados Unidos, la oposición y comerciantes «especuladores» dentro del país.
Y apuesta a seguir subiendo los sueldos para hacer frente a una inflación que hasta ahora sigue creciendo más rápido.