Por Jesús Ossorio
UP: Lego. Las piezas vuelven a encajar
La juguetera de los ‘ladrillos’ de plástico mantiene su posición apostando por contenidos más que por productos y adaptando sus juguetes a los nuevos gustos. Tras tocar fondo en 2003, acumula ganancias récord.
DOWN: Imaginarium. Pinchazo del juguete patrio
La ambiciosa estrategia de expansión internacional le ha salido cara a la mítica cadena de productos educativos para los más pequeños. ‘Acosada’ por los números rojos, Imaginarium busca un nuevo accionista para sobrevivir.
UP: Lego
En la era de los videojuegos, las tabletas y los smartphones, los juguetes de siempre luchan por sobrevivir en la caprichosa lista de deseos de los niños. La empresa danesa Lego sabe muy bien que la reinvención es la única manera de mantener sus célebres bloques de plástico en el imaginario colectivo. Con más de 80 años de historia, esta compañía gestionada por la familia más pudiente de Dinamarca siempre ha tenido la superación y la perseverancia como máximas para sacar adelante su negocio. Nunca fue fácil, pero como el propio nombre de la marca indica -significa “jugar bien” en danés-, Lego ha encajado con acierto sus piezas.
Desde que en 1932 el carpintero Ole Kirk fabricara los primeros juguetes, la compañía se ha enfrentado a numerosas dificultades: varios incendios en sus fábricas, una feroz competencia y sobre todo, el imparable éxito de los dispositivos tecnológicos. En 2003 tocaron fondo y sus ventas cayeron en picado: Registraron hasta 207 millones de euros en pérdidas. Para superar el traspié apostaron por enfocar de nuevo toda su estrategia y preguntarse qué gustaba a su público objetivo.
Juguetes de Harry Potter y Bob Esponja o naves de Star Wars y objetos de otras películas y series de éxito comenzaron a agotarse de las estanterías. La empresa danesa también ha apostado fuerte por los videojuegos, un sector para el que ha comercializado decenas de títulos tras hacerse con los derechos de sagas tan populares como Indiana Jones, Batman o El Señor de los Anillos. Además, la incursión en el séptimo arte –The Lego Movie- llenó los cines en 2014. La estrategia de diversificar su negocio, con la fuerte apuesta por los contenidos audiovisuales a la cabeza, está dando resultados.
Los datos avalan el acierto. La compañía nórdica se anotó en 2014 más de 3,8 millones de euros en ingresos, un 13% más que el ejercicio anterior. Una cifra que pisa los talones a la de Mattel –reina del sector- y que se suma a “nueve años consecutivos” de récords, según los responsables de Lego, que tienen previsto seguir aumentando sus ventas. “Hemos cuadriplicado nuestros ingresos en menos de 10 años, es increíble”, proclamó en la presentación de resultados el CEO de la empresa. Jørgen Vig Knudstorp, quien sucedió en el cargo al nieto del fundador en 2004, tiene motivos de sobra para sacar pecho. Bajo su mando, Lego ha conseguido cambiar supervivencia por crecimiento.
Aprender jugando
Lejos de la vacía adicción que suponen algunos de los videojuegos más vendidos, divertirse con las piezas de construcción de Lego estimula la creatividad y favorece el aprendizaje. Tanto que la Universidad de Cambridge está buscando a un profesor con destreza en este juego para impartir un curso de ‘Ocio en la educación, el desarrollo y el aprendizaje’. La prestigiosa universidad británica también busca un perfil para dirigir un centro de investigación sobre la importancia de los juegos en la educación.
DOWN: Imaginarium
Crecimiento no es sinónimo de rentabilidad. Menos aún en una empresa juguetera, un sector marcado por la estacionalidad en las ventas y la fuerte competencia de las nuevas tecnologías, donde el videoconsolas y otros dispositivos de entretenimiento marcan la tendencia. La popular cadena de productos infantiles Imaginarium se ha convertido en una víctima de todos estos factores.
Los problemas para la compañía aragonesa comenzaron a finales del año pasado. Las cuentas de resultados, lejos de subirse al cacareado tren de la recuperación, acumulaban números rojos. En el ejercicio fiscal de 2014 registró 7,7 millones de euros en pérdidas, un 69% más que en el mismo período del ejercicio anterior. Y el nuevo año tampoco arrancó con buen pie. Imaginarium tuvo que aplicar rebajas salariales, despidos y un ERE temporal para los trabajadores de su sede central en Zaragoza.
Además de estos ajustes, la compañía presidida por Félix Tena ha iniciado una ronda de conversaciones para “acomodar en el plano temporal su estructura financiera al nuevo plan de negocio”. Traducido: Imaginarium pretende aplazar, emulando al gobierno griego, el pago de su deuda con las entidades financieras que le avalan. CaixaBank, con la colaboración del Banco Santander, Sabadell y BBVA están ultimando un acuerdo para salvar a la cadena juguetera de una situación económica complicada que podría incluso acabar en concurso de acreedores. Imaginarium necesita refinanciar 29 millones de euros con la ayuda de los bancos.
Para encontrar las razones de este bache basta con analizar su recorrido en estos últimos años. Pese a la crisis, Imaginarium abrió decenas de tiendas en el extranjero. Más establecimientos y más ventas que no se tradujeron en rentabilidad. El crecimiento se hizo a base de sacrificar márgenes y perder dinero, según los expertos del sector. La cadena se ha visto obligada a cerrar su filial en Alemania y replegarse en Rusia, donde les ha afectado la crisis del rublo. La ambiciosa estrategia de expansión internacional les pasa factura.
Para evitar el desastre, la cadena de juguetes educativos está buscando activamente un nuevo socio inversor. Según El Confidencial, Montalbán Atlas Capital podría hacerse con un 30% de las participaciones para que Imaginarium pueda salir a flote y mantenga más de 20 años de historia como una de las tiendas infantiles más conocidas del país.
Menos franquicias
Desde 1992 las reconocibles tiendas de Imaginarium, con su original doble entrada para mayores y pequeños, inundan centros comerciales y calles de más de una veintena de países. Pero el modelo de juegos educativos parece haber tocado techo. Tras superar los 400 puntos de venta en todo el mundo en 2014, la compañía aragonesa se ha visto obligada a prescindir de varias franquicias en Europa y sólo se plantea continuar su expansión en Oriente Próximo.