La comunidad internacional valora muy positivamente la Cooperación Española y destaca su espíritu de diálogo y consenso para construir un orden internacional que promueva soluciones integrales y conjuntas a problemas globales. El multilateralismo permite encontrar entre todas las partes soluciones coordinadas a problemas comunes. Según Pilar Cancela Rodríguez, secretaria de Estado de Cooperación Internacional y presidenta de AECID, España aboga por un multilateralismo eficaz y una cooperación que tenga impacto.
El proceso de globalización en el que nos vemos inmersos ha generado un mundo cada vez más interdependiente e interconectado donde los problemas colectivos no pueden ser abordados de manera unilateral. Los grandes retos que presenta la lucha contra la pobreza, acompañada de exclusión social y desigualdad de género, la paz y prevención de conflictos o la degradación medioambiental, requieren de acciones concertadas entre los estados que, principalmente, se canalicen a través de organismos internacionales. La Cooperación Española contribuye a fortalecer las capacidades del sistema multilateral para convertirlo en un instrumento eficaz y legitimado al servicio de la gobernabilidad democrática mundial.
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) es el principal órgano de gestión de la Cooperación Española, orientada a la lucha contra la pobreza y al desarrollo humano sostenible. Según su Estatuto, la Agencia nace para fomentar el pleno ejercicio del desarrollo, concebido como derecho humano fundamental, siendo la lucha contra la pobreza parte del proceso de construcción de este derecho. Pilar Cancela Rodríguez fue nombrada secretaria de Estado de Cooperación Internacional en el Consejo de Ministros celebrado el 20 de julio de 2021.
Nacida en Stuttgart (Alemania), es licenciada en Derecho, pertenece al Cuerpo Superior de la Administración General de la Xunta de Galicia desde 1993 y es Técnica Superior en Prevención de Riesgos Laborales desde 2006. Ha sido directora general de Relaciones Laborales en la Xunta de Galicia en dos ocasiones, en 2003 y en el 2005-2009. Además, ha sido diputada por el PSdeG-PSOE en las Cortes Generales desde 2016 hasta la actualidad, por la provincia de A Coruña. Desde entonces, ha presidido la Comisión de Igualdad del Congreso y la Comisión de Seguimiento del Pacto de Estado en materia de Violencia de Género. Ha sido secretaria de Organización del PSdeG-PSOE (Galicia) y presidenta de la Gestora.
Desde junio de 2017, forma parte de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE como responsable del Área de Políticas Migratorias y PSOE-Exterior. Es además patrona en la Fundación Pablo Iglesias.
Asistimos a la configuración de un nuevo orden internacional en el que se observa un nuevo equilibrio de poderes. ¿Qué importancia debe tener el multilateralismo y la cooperación?
Efectivamente, estamos ante un momento clave de las relaciones internacionales con nuevos actores, nuevos planteamientos, nuevos desafíos. Pero no debe verse todo ello como una amenaza. Muchos de estos cambios son positivos en la medida en que son el resultado de grandes avances en muchos países en vías de desarrollo, que han mejorado sustancialmente su posición económica y social relativa notablemente, en parte gracias a la cooperación al desarrollo. Pero, como todo cambio, también supone un gran reto y pone presión sobre el sistema, que a su vez debe adaptarse a ese nuevo mundo.
Para España, en este contexto, la vía a seguir es el multilateralismo, pues permite encontrar entre todas las partes soluciones coordinadas a problemas comunes. Lo unilateral conduce a un mayor conflicto y coste comparativo para resolver problemas globales. ¿Se imagina cómo podríamos abordar el cambio climático si tuviéramos que ir encontrando docenas o cientos de soluciones unilaterales o bilaterales? Algo parecido ocurre con la cooperación al desarrollo, donde hay objetivos globales compartidos (los ODS de la Agenda 2030) que nos marcan el camino a seguir. Pero España aboga, al mismo tiempo, por un multilateralismo eficaz y una cooperación que tenga impacto, teniendo en cuenta las demandas de nuestros socios. Esa es, a mi entender, la vía.
Gran parte de los problemas derivados de la situación actual, y acentuados con la guerra de Ucrania, tienen su origen en la pasividad de la Unión Europea. ¿Qué papel debería desempeñar en este nuevo orden?
No coincido en esa visión de pasividad de la Unión Europea. Desde luego no se nos puede atribuir la responsabilidad por la invasión rusa en Ucrania, que tiene una clarísima autoría y está condenada por la Asamblea General de Naciones Unidas. La Unión Europea ha dado una respuesta firme, mesurada y, sobre todo, unida, algo con lo que no contaban muchos. Por otro lado, creo que debemos enfocarnos más en qué iniciativas tomamos para dar solución y respuesta a dichos problemas. En el ámbito de la Cooperación Internacional y el desarrollo debemos centrarnos en atajar la pobreza, las desigualdades, el apoyo al buen gobierno, la resolución pacífica de conflictos o las crisis humanitarias, entre otros aspectos.
El papel futuro de la Cooperación Española se ha venido definiendo en los últimos años, y más desde la respuesta solidaria a la crisis de la Covid-19 o la invasión rusa, como más Europa, más coordinación y una actuación conjunta que nos permita trasladar nuestra manera de ver el mundo –cooperativa y solidaria–, sin depender de terceros. Es importante explicar mejor qué es lo que hace la Unión Europea en este nuevo contexto global.
La pandemia ha evidenciado que ante problemas globales no pueden arbitrarse soluciones locales. ¿Ha aprendido la comunidad internacional la lección asumiendo el valor de la cooperación?
Esperemos que sí. La pandemia ha evidenciado dos cuestiones capitales: los asuntos de salud global solo pueden abordarse de manera global y cooperativa. Un solo país no puede pretender solucionar sus problemas sin atender a los demás, lo hemos visto con el surgimiento de las variantes del COVID. En segundo lugar, la centralidad de sistemas públicos de salud sólidos que permitan atender las necesidades ordinarias como estar listos para confrontar desafíos extraordinarios. Ello, de nuevo, es en parte responsabilidad de cada país, pero también de la comunidad internacional en su conjunto. Esperemos que ahora podamos acordar mecanismos de preparación y respuesta ante nuevas pandemias que superen las limitaciones que la COVID puso de manifiesto, en particular en 2020.
El sistema de Cooperación Española, vigente desde 1998, está actualizándose para adaptarse a un mundo en cambio. ¿Cuáles son los objetivos y prioridades de esta transformación?
El escenario internacional en el que nos encontramos ha sufrido muchas modificaciones desde la aprobación de la vigente Ley de Cooperación del año 1998. El compromiso con la Agenda 2030 y los ODS, la participación de nuevos actores y nuevos instrumentos, hacen visibles una serie de debilidades de nuestro sistema y aspectos susceptibles de optimizarse en aras de adaptar y modificar nuestro sistema de cooperación. Partiendo de esta base, el objetivo último de la transformación del sistema de cooperación española no es otro que su adaptación al momento actual, con la inclusión de estos nuevos actores, por una parte, y la regulación por Ley de compromisos internacionales adoptados por España como el 0,7% de RNB (Renta Nacional Bruta) para AOD (Ayuda Oficial al Desarrollo), por otra.
Se trata, pues, de una reforma íntegra y vanguardista del sistema, aprendiendo de nuestras debilidades, pero tomando nuestras fortalezas como base para reforzar y mejorar la cooperación española. Esta nueva Ley dará lugar a futuras transformaciones, en concreto un nuevo Estatuto para la AECID, un Estatuto del Cooperante, la reforma financiera y simplificación de la gestión, y ese objetivo de alcanzar el 0,7% de la RNB para la AOD.
¿Qué relevancia tendrá el Estatuto del Cooperante?
La Cooperación Española es sólida, profesional y muy reconocida, y lo es porque tiene detrás a muchos profesionales dedicados en cuerpo y alma a este trabajo. Con la nueva Ley de Cooperación queremos seguir mejorando sus condiciones y resaltando su papel central en nuestro sistema. Por ejemplo, la ley establece el principio de deber de cuidado, que incluye obligaciones de información, protección y asistencia consular y, en su caso, la adopción de recomendaciones y otras medidas de apoyo que contribuyan a la seguridad en el terreno de dicho personal, en particular para el personal que actúa en la acción humanitaria. Asimismo, la ley recoge una demanda legítima e histórica de este sector, como es la equiparación de las personas cooperantes al régimen de indemnizaciones del Real Decreto-Ley 8/2004.
Por lo tanto, respondiendo a su pregunta, el Estatuto tendrá un papel importante al completar en detalle los grandes principios y vectores que establecerá el nuevo marco legal y contribuyendo a seguir dignificando las condiciones de trabajo de las y los cooperantes.
La comunidad internacional valora especialmente de la cooperación española su espíritu de diálogo y consenso mediante el pacto y la concordia. ¿Es su gran seña de identidad?
El espíritu de diálogo y consenso es, no cabe duda, una seña de identidad de la Cooperación Española de la cual estamos especialmente orgullosos. Así lo resaltan nuestros socios y así lo refleja el reciente informe de pares (“Peer Review”) del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, que especifica que la consulta y la inclusividad son elementos fundamentales del enfoque de la cooperación para el desarrollo de España. Este informe valora la unidad del Gobierno y de la sociedad para hacer frente a retos como la condonación de la deuda y la recuperación poscovid.
Además, este informe de pares pone en valor los marcos de asociación que trazamos con los países donde cooperamos por ser un diálogo abierto para ambas partes, así como para los agentes implicados de la Cooperación Española, incluida la sociedad civil y las autoridades locales y autonómicas. Más allá de este importante informe, cada vez que viajamos se constata que la Cooperación Española es muy valorada por su capacidad de escucha y empatía, así como por ser una cooperación feminista, al apostar firmemente por la igualdad de género, que es transversal en todos nuestros programas y proyectos, así como por el compromiso con la Agenda 2030.
“NECESITAMOS REPENSAR EL CONTRATO SOCIAL. LAS DEMOCRACIAS DEBEMOS HACER UNA REFLEXIÓN CONJUNTA Y TRATAR DE DAR CON LAS RESPUESTAS Y REFORMAS NECESARIAS QUE DEMANDAN CRECIENTEMENTE LOS CIUDADANOS, YA SEA EN EUROPA COMO EN OTRAS ÁREAS GEOGRÁFICAS”
Pese a este talante, la falta de recursos condiciona la ayuda. ¿Es también urgente una reforma financiera?
Efectivamente, los retos globales y la necesidad de procurar bienes públicos globales requieren de mayores esfuerzos presupuestarios. De hecho, la propuesta de la nueva ley de cooperación incluye un compromiso político de destinar los recursos suficientes a la altura de los retos que tiene la cooperación y que se ha establecido del orden del 0,7% de la RNB para 2030. Este Gobierno ya ha empezado a caminar en ese sentido y ha aumentado los recursos destinados a AOD. Entre 2021 y 2022 se espera un aumento de 0,03 puntos porcentuales de AOD respecto a la RNB, pasando del 0,25% en 2021 a un 0,28% en 2022. Pasamos de un desembolso en AOD de 2.995,06 millones de euros en 2021 a un volumen en 2022 de 3.507 millones de euros en los PGE (Presupuestos Generales del Estado).
Pero, además de dotarnos de mayores recursos financieros, nuestra cooperación mejorará sustancialmente y estará a la altura de los compromisos y de la responsabilidad de nuestro país, con la transformación y reforma profunda de los instrumentos a nuestra disposición que se plantean en la nueva norma. Sirva a título de ejemplo citar la creación del FEDES (Fondo Español para el Desarrollo Sostenible), que nos permitirá mejorar y ampliar nuestra cooperación financiera; la reforma de la normativa de subvenciones, actualmente poco adecuada para las características de la cooperación española; o la adopción y refuerzo de los mecanismos de coordinación entre los múltiples actores de la Cooperación Española, lo que facilitará una gestión de los recursos de una manera más coordinada, eficiente y, por tanto, eficaz.
Entre los desafíos que plantea el mundo que viene tienen especial relevancia todos los relacionados con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas: el medio ambiente, la salud, la mujer, la educación o el empleo, por citar algunos, son fundamentales. ¿Cómo plantea España a escala global soluciones para estos retos, que requieren actuaciones transversales?
La escala de las soluciones es, como usted bien dice, global, y por lo tanto la respuesta debe de serlo también. Por ello, desde la Cooperación Española reiteramos nuestro compromiso inquebrantable con el multilateralismo, Unión Europea, la Agenda 2030 y demás instrumentos internacionales de los que se ha dotado o se dotará la comunidad internacional.
Este compromiso se concreta en acuerdos estratégicos con un número elevado de organismos multilaterales y con el diseño e implementación conjunto de programas y proyectos en los sectores que usted cita. Además, jugamos un claro e inequívoco papel central en la cooperación europea. Podemos afirmar que la Cooperación Española es hoy en día uno de los ejes vertebradores del sistema de cooperación europeo, reflejado, entre otros, en nuestra participación activa en las Iniciativas Equipo Europa (Team Europe Initiatives).
“EXISTE UN MARCO JURÍDICO ESPECÍFICO PARA LAS PERSONAS QUE HUYEN DE LA VIOLENCIA: EL DERECHO DE ASILO Y REFUGIO, QUE LOS ESTADOS FIRMANTES DE LA CONVENCIÓN SOBRE EL ESTATUTO DE LOS REFUGIADOS DEBERÍAMOS HACER VALER, ENTRE ELLOS, TODOS LOS PAÍSES DE LA UNIÓN EUROPEA”.
También apostamos por una cooperación al desarrollo integral y holística, con la presencia de los actores que la componen: una AECID fortalecida, la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP) con su expertise en el sector público y la Fundación Carolina, que destaca en cultura y educación. Además, la Dirección General de Políticas de Desarrollo Sostenible, encargada de la planificación, estrategia, ejecución y evaluación de la política de cooperación.
Todo esto lo hacemos priorizando tres sectores clave: género, salud y acceso universal a servicios básicos sanitarios y transición ecológica justa. Asimismo, mantenemos nuestro compromiso solidario con los que más sufren, plasmado entre otros en nuestra Estrategia de Acción Humanitaria y en los recursos que a la ejecución de la misma destinamos a través de nuestra Oficina de Ayuda Humanitaria.
Sirva de ejemplo reciente y paradigmático el paquete de 31 millones de ayuda humanitaria que estamos destinando a Ucrania, y que se planteó y preparó la misma semana del aciago 24 de febrero, en un claro ejercicio de agilidad. La visita del presidente del Gobierno a Kiev ejemplifica este compromiso reiterado por el ministro en sus recientes visitas a Polonia y Moldavia, países limítrofes que están sufriendo de manera indirecta las graves secuelas del conflicto.
Todas estas urgencias se agravan en situaciones de pobreza, cuando no existe ni Estado de Derecho ni derechos humanos. ¿Es la gran epidemia del siglo XXI?
La pandemia ha agravado las situaciones de pobreza y desigualdad en el mundo, de eso no hay duda. Al mismo tiempo, navegamos en aguas turbulentas, con democracias en muchos países, también con déficits de derechos humanos, que exacerban el sentimiento de desamparo de muchos ciudadanos que tienen crecientes dificultades para acceder a puestos de trabajo dignos (ya se ha acuñado el término de trabajador pobre en los países ricos y supuestamente socialmente avanzados); a servicios básicos y al pleno ejercicio de sus derechos humanos. Por ello, necesitamos repensar el contrato social.
Las democracias debemos hacer una reflexión conjunta y tratar de dar con las respuestas y reformas necesarias que demandan crecientemente los ciudadanos, ya sea en Europa como en otras áreas geográficas. La Cooperación Española quiere aportar su granito de arena y, para ello, en nuestros Centros de Formación de América Latina vamos a llevar a cabo jornadas de reflexión para intentar identificar las posibles respuestas. El futuro de las democracias y por ende el respeto de los derechos humanos está en juego.
Las iniciativas y soluciones que se promueven necesitan de la acción integral de todos los actores: administraciones públicas, empresa privada, agentes económicos y sociales, organizaciones no gubernamentales. ¿Cómo implementar esta unidad de acción?
El sistema de la Cooperación Española ya integra, buscando el consenso y la unidad de acción, a todos los actores involucrados a través de sus órganos de gobernanza y participación, como son el Consejo de la Cooperación al Desarrollo o las Comisiones Interministerial e Interterritorial de cooperación al desarrollo. Estos espacios de coordinación y colaboración son fundamentales para alinear y armonizar enfoques y actuaciones de todos los actores, ya sean administraciones públicas, sociedad civil o agentes del sector privado.
En esta línea, la nueva Ley de la Cooperación busca reforzar el papel de estos escenarios de participación impulsando una necesaria coherencia de políticas que es uno de los principios orientadores del texto de la ley. Este impulso a la colaboración y diálogo entre actores de la nueva ley viene a apoyar otros foros de participación multiactor, como son los grupos de trabajo y equipos que se conforman en torno a la elaboración, seguimiento y evaluación de los acuerdos bilaterales de cooperación internacional (Marcos de Asociación País –MAP-) que España firma con los países socios.
En definitiva, la presencia activa y aportación de cualquier actor en los procesos, iniciativas y soluciones promovidas por la Cooperación Española está asegurada. Los actores y agentes de la cooperación son, junto a las administraciones públicas, parte consustancial del sistema de la Cooperación Española.
Los movimientos migratorios, ya sea por causas políticas, económicas o por el cambio climático, generan oleadas de refugiados que huyen de la pobreza y la violencia buscando una vida mejor. ¿Cómo atender la creciente demanda de ayuda solidaria e inclusión? ¿Cómo garantizar la seguridad de los corredores humanitarios?
El de la población en movimiento, sea huyendo de la violencia, de la pobreza o simplemente buscando nuevas oportunidades, es un reto creciente con múltiples facetas. España es un país firmante del Pacto Mundial sobre Migración y del Pacto sobre el Asilo. Desde la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional estamos trabajando con los países de origen y tránsito de los migrantes, así como con países de acogida (hay que recordar que la gran mayoría de desplazados, refugiados y migrantes se encuentran en países destinatarios de la cooperación al desarrollo).
Estas actuaciones ponen al migrante en el centro y lo reconocen como un sujeto activo del desarrollo, tal como hace el Pacto Mundial. Su seguridad en ruta y en los países de acogida es una prioridad y luchar contra la criminalidad asociada a la movilidad y la explotación de los migrantes es muy importante. Garantizar el acceso de personas migrantes a derechos y a servicios básicos es fundamental. Para un acompañamiento desde la mirada del desarrollo es también importante tener en cuenta la migración en nuestro país y trabajar para generar círculos virtuosos con sus países de origen. El objetivo final es avanzar hacia una migración legal, segura y ordenada.
Por otra parte, existe un marco jurídico específico para las personas que huyen de la violencia: el derecho de asilo y refugio, que los estados firmantes de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados deberíamos hacer valer, entre ellos, todos los países de la Unión Europea. La reciente activación –por primera vez en la historia– de la Directiva europea de protección temporal (Directiva 2001/55/CE) supone un marco adicional para facilitar la integración de refugiados y refugiadas provenientes de Ucrania en países europeos. Los corredores humanitarios, a su vez, deben organizarse conforme al Derecho Internacional Humanitario, que prevé sus condiciones prácticas y efectivas de aplicación.
Estamos trabajando de forma intensa en Ucrania, y en otros territorios en conflicto, para hacer llegar ayuda humanitaria tanto a las víctimas en origen como a las personas desplazadas antes de su acogida efectiva en la Unión Europea. España está siendo muy activa tanto en la asistencia allí como en su recepción aquí.
Tradicionalmente, España ha sido puente entre Latinoamérica y la Unión Europea. ¿Habría que añadir a esta vocación trasatlántica el papel que puede desempeñar como embajadora de África y nexo de unión en el Mediterráneo?
No solo habría que añadirlo, sino que lo estamos ejerciendo, de facto y de iure. El arco mediterráneo sur es clave para la Cooperación Española y para nuestro compromiso con el continente africano. No puedo agotar en esta entrevista los ejemplos concretos de nuestra alianza con África y con el Mediterráneo, que le reconozco es menos conocida, pero no por ello menos profunda o intensa que la que tenemos, eso sí, de más larga data, desde la Cooperación Española con América Latina y Caribe.
La Cooperación Española apuesta por colaborar con estos países para reforzar sus sistemas productivos y contribuir a que sus ciudadanos, los más jóvenes, puedan plantearse un futuro próspero y de expectativas colmadas en sus países. Y eso lo hacemos con proyectos bilaterales, pero también con socios como la Unión por el Mediterráneo y la GIZ alemana, en el marco de una iniciativa europea para fomento del empleo entre las y los jóvenes en la región. Otro ejemplo es el programa RAISA, que potencia el empoderamiento de lideresas africanas y les ofrece formación en España.
El conjunto de donantes mantenemos en estos momentos una cartera de proyectos con esta región muy sustantiva: 1.212 proyectos, por valor de 26.000 millones de euros. En esta reunión, nuestro ministro ofreció, y así lo respaldaron el resto de socios, seguir presidiendo por tercera vez consecutiva esta plataforma, lo que demuestra el gran compromiso español con esta región, así como el reconocimiento del mismo que hacen otros actores miembros de la plataforma (desde Francia, a Suecia pasando por Estados Unidos).