La Agencia Europea de Sustancias Químicas evidenció los riesgos potenciales para la salud y el medio ambiente del policloruro de vinilo y sus aditivos, contenidos en numerosos objetos y materiales de uso cotidiano. Al corroborar la toxicidad del PVC, el derivado del plástico más versátil, la ECHA respaldó la necesidad de una actuación urgente por parte de la Comisión Europea para limitar este material.
El 58% del PVC fabricado en el mundo va dirigido al sector de la construcción, principalmente en forma de tubos, canalizaciones, perfiles extruidos para carpinterías y láminas para imprimación o recubrimientos. Contiene aditivos tóxicos, como los ftalatos, relacionados con alteraciones hormonales incluso a bajas concentraciones. Los potenciales efectos cancerígenos del PVC es otra de las amenazas derivadas de muchas de las sustancias que libera este material, según los expertos.
La investigación de la agencia se centró en 63 aditivos del PVC, incluidos plastificantes, estabilizadores térmicos y retardantes de llama. Los hallazgos confirman los temores a los graves efectos del PVC sobre la salud y el medio ambiente y sugieren necesaria una acción regulatoria. También admiten que existen alternativas más seguras para sustituir este plástico.
Ante tales resultados, 67 organizaciones no gubernamentales de Europa, encabezadas por el European Environmental Bureau se dirigieron a la CE para pedir la eliminación del PVC antes de 2030. Por ser “un plástico nocivo con consecuencias perjudiciales para la salud y el medio ambiente”.
Le solicitaron que proponga cuanto antes un plan para lograr “una ambiciosa restricción a la producción, el uso y la comercialización del PVC y sus aditivos, en todos los sectores. En virtud del reglamento REACH (Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de sustancias y mezclas químicas) por el que se regulan los productos químicos en la UE”.
La CE debe regular el uso del PVC
Las ONG consideran que sólo deberían permitirse en condiciones estrictamente controladas en los cuales no existan alternativas más seguras disponibles. En su papel como modelo global de regulación química, hicieron un llamado a la CE y a sus Estados miembros para que exijan una prohibición del PVC en el marco del nuevo Tratado Global sobre Plásticos.
Asimismo, minimizar los riesgos asociados a los plastificantes, en particular determinados ortoftalatos, que son nocivos para la reproducción. Reducir los riesgos derivados de las organotinas termoestabilizadoras, como la DOTE, que pueden causar malformaciones en el desarrollo y daños reproductivos. Y disminuir las emisiones de retardantes de llama, tal como se sugiere en la estrategia reguladora de la ECHA para los retardantes.
El estudio de la ECHA precisó que la liberación de micropartículas de PVC contribuye a la contaminación por plásticos. Estas micropartículas también contienen aditivos nocivos, por lo que minimizarlas reduciría las emisiones.
Según el EEB, el PVC es un plástico que genera problemas severos también en su producción y posterior eliminación como residuo. Durante su producción y la de sus materias primas se liberan sustancias peligrosas para la población y los trabajadores. Entre ellas, hay algunas cancerígenas, como el dicloruro de etileno, el monómero cloruro de vinilo, las dioxinas, los metales pesados y el amianto, entre otras.
El PVC igualmente está presente en infinidad de productos cotidianos, desde juguetes a envases, pasando por instrumental médico bolsas, guantes, equipamiento, tubos. En el sector automovilístico: panelados para puertas, tapicería, alfombras, cables, ventanas o juntas.
Los políticos deben actuar
El responsable de la iniciativa Hogar sin Tóxicos, Carlos de Prada, dijo a El Periódico que “un aspecto preocupante del PVC es que un porcentaje muy notable de su peso pueden ser aditivos como los ftalatos. Sustancias que no están químicamente unidas a la estructura del plástico y que, por ello, se van liberando poco a poco. Esto hace que puedan ser inhalados en espacios cerrados a través del aire y el polvo doméstico”.
Entretanto, la portavoz del área de sustancias tóxicas de Ecologistas en Acción, Kristiñe García, adicionó que “los ftalatos se encuentran hoy en día en el cuerpo del 99% de los europeos analizados. Tal y como indican los datos de la Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana. Algunas de estas sustancias sintéticas han sido asociadas a efectos de alteración hormonal, efectos que pueden producirse a bajísimas concentraciones”.
Por otra parte, Christine Hermann, responsable asociada de políticas para productos químicos de la Oficina Europea de Medio Ambiente, alertó sobre el uso del PVC. «Los responsables políticos conocen desde hace mucho tiempo los peligros del PVC, pero han retrasado las acciones una y otra vez. Esperamos que las autoridades de la CE implementen ahora lo que prometieron en el Estrategia química para la sostenibilidad, es decir, actuar sobre el PVC».
Dijo la Agencia Europea de Sustancias Químicas que su investigación ayuda a la CE a determinar cómo se podrían controlar los riesgos potenciales de los aditivos de PVC. Además, añadió, el trabajo contribuye a los objetivos de la Estrategia de Plásticos de la UE y al compromiso del bloque de reducir la contaminación plástica en el marco del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).