Desde Gravity Wave, startup social dedicada a la limpieza de plásticos de mares y océanos, inciden en que todas las acciones que se plantean para reducir las emisiones de CO2 son necesarias y urgentes, pero si no se tiene en cuenta a los océanos, las medidas para hacer frente el cambio climático no servirán de nada.
Y es que la labor de los mares y océanos es más importante de lo que puede parecer. Tanto, que los océanos son responsables de la producción de más del 80% del oxígeno, absorben el 90% del exceso del calor producido y capturan más del 30% de C02, convirtiéndose en el mayor sumidero de carbono del planeta, afirma Amaia Rodríguez, cofundadora y CEO de Gravity Wave.
Gravity Wave basa su actividad en que otras compañías contraten su servicio de limpieza de residuos en mar abierto para generar un impacto positivo en el medioambiente. ¿Bajo qué condiciones funciona este emprendimiento social colaborativo?
Ofrecemos a las empresas la oportunidad de involucrarse en tener un impacto positivo en el mar a través de la limpieza de plástico del mar con pescadores. Trabajamos con empresas que busquen comprometerse y contribuir a ser parte de la solución, y hacemos diferentes sistemas con cada una. Hay ciertas empresas que lo hacen a través de la venta de sus productos, y por cada producto vendido se limpia un kilo de plástico del mar. Otras deciden poner una cantidad anual como parte de su compromiso y les damos a cambio un report de impacto con certificaciones blockchain para trazar dónde hemos recogido el plástico gracias a su contribución.
La iniciativa no será posible si el plástico recogido no se recicla y se transforma en productos sostenibles. ¿Cómo se lleva a cabo este modelo de economía circular?
De todo el plástico que recogemos, más del 40% son redes de pesca. Enviamos los diferentes residuos de plástico a plantas de reciclaje que tienen procesos establecidos y las redes de pesca las reciclamos en una planta en Valencia, que luego enviamos a transformar en mobiliario. Contamos con proyectos de I+D para poder aprovechar el máximo porcentaje de residuo recogido.
La empresa ha cerrado 2022 con presencia en casi un centenar de puertos del Mediterráneo, el Atlántico y el Cantábrico (60 de ellos españoles) y con más de 163.000 Kg de redes de pesca retiradas del mar. ¿Qué balance hace Gravity Wave de estas actuaciones?
Esa cantidad no sería posible sin el apoyo de las empresas. Hemos sido capaces de expandir la presencia y el impacto y multiplicar por 10 la cantidad de plástico recogido. Además, cada vez llegamos a más pescadores que buscan formar parte de este proyecto y ser parte de la solución. Cuanto más crecemos como empresa, más crece nuestro impacto.
¿Hasta qué punto las empresas colaboradoras han contribuido a estos resultados?
Gracias a ellas, todo esto es posible. Nos financian tanto la recogida como la expansión a nuevos puertos, lo que nos permite trabajar con más pescadores y lograr recoger más y más residuo y plástico del mar.
Están comenzando a comercializar productos para clientes franceses y portugueses. ¿La expansión internacional es estratégica para el proyecto?
Es estratégica en el sentido de dar solución a un problema que está presente en todo el mundo en cuanto a la recogida, por lo que los mercados de otros países también están sensibilizados con lo que ofrecemos, ese material y muebles alternativos a materiales vírgenes que gastan recursos. Es verdad que hay países más conscientes y sensibles que otros, pero la idea es que la solución que ofrecemos desde Gravity Wave sea escalable a todo el mundo.
¿Cómo previenen que el plástico que se genera termine nuevamente en las aguas?
Llevamos el plástico a plantas de reciclaje y transformamos las redes de pesca en mobiliario, un producto de larga duración para asegurarnos y garantizar que el plástico no vuelva al mar.
¿Qué objetivos se plantean este año?
Queremos estar en el 100% de los puertos españoles para final de 2023 y haber recogido 500.000 kilos de residuo marino que transformaremos en materia prima y mobiliario.
¿Cómo surge la idea de fundar Gravity Wave y qué dificultades se presentaron para llevarla a la práctica?
Surge de una preocupación personal y de ver la necesidad de construir un proyecto que pusiera solución a un problema que afecta a todo el planeta. Tenemos muy claro que alguien tiene que empezar, y nosotros somos ese agente de cambio. Decidimos pasar a la acción puesto que veíamos que nadie más estaba haciendo lo suficiente.
Emprender es muy complicado, y emprender un proyecto social es todavía más difícil. Nos hemos encontrado con todas las dificultades posibles. Desde la falta de recursos económicos hasta el fracaso del primer producto que intentamos lanzar al mercado, pasando por el poco conocimiento de la industria del plástico reciclado.
La contaminación plástica es uno de los mayores desafíos del cambio climático. ¿Están haciendo suficiente los gobiernos para combatirla?
Los océanos son los grandes olvidados en los planes de los gobiernos, y especialmente la contaminación de plástico que llega a ellos. El problema viene de la mala gestión de los residuos y de no garantizar que se revaloricen antes de terminar en vertederos, en ríos y en el mar.
¿Es necesario legislar para obligar a empresas e instituciones a cumplir con los acuerdos internacionales y limitar o penalizar determinadas actividades contaminantes?
Es importantísimo poner normativas que aporten una solución real y no solamente penalizar económicamente a las empresas que contaminan sin ofrecer un plan B. Si no trabajamos todos los agentes de la sociedad de manera interdependiente, nunca vamos a conseguir cambiar el sistema y que pueda funcionar para todos.
EMPRESAS, consumidores Y MEDIOAMBIENTE
No solo a través del reciclado de plásticos del mar es posible poner solución a la contaminación de mares y océanos. Las empresas pueden –y deben– llevar a cabo proyectos sostenibles que, además, puedan suponerles un beneficio.
Desde Gravity Wave han cerrado numerosos acuerdos con compañías que quieren apostar por la sostenibilidad y el cuidado de los mares y océanos. Por ejemplo, la compañía automovilística MINI se compromete a limpiar 10 toneladas de plástico de mares y océanos. Pero, además, también están llevando a cabo acciones de concienciación. Este verano recorrieron las costas mediterráneas con un coche MINI 100% eléctrico vinilado para hacer visible en un objeto tangible su compromiso con el cuidado del planeta y los océanos.
Con Garden Gourmet y su alternativa vegetal al atún, VUNA pactaron eliminar 14,5 toneladas de redes fantasma de los mares este año. Por otro lado, Viña Esmeralda se ha comprometido a limpiar 27 toneladas de plástico de las costas y puertos del Mediterráneo. Por cada botella de vino vendida, retiran el equivalente a 10 botellas de plástico del mar Mediterráneo.
Gravity Wave premia la implicación y compromiso de empresas y pescadores con la limpieza de los océanos. ¿Es una forma más de reconocer el esfuerzo y concienciar a la sociedad?
Pensamos que una de las partes fundamentales para animar a las empresas a comprometerse con la limpieza de los océanos es hacérselo fácil, con un impacto que se pueda medir y que disfruten del camino. Es por eso que hemos creado los Gravity Wave Awards, un evento donde celebramos a las empresas colaboradoras, a los pescadores y a todos los agentes conectados directamente con el impacto de Gravity Wave.
Además de la limpieza de mares y océanos, las empresas pueden llevar a cabo diferentes proyectos sostenibles que les reporten un beneficio. ¿Qué tipo de iniciativas se ponen en marcha?
Estamos en un momento de cambio, y nos enfrentamos a muchísimos retos a nivel social, económico y medioambiental. La responsabilidad de las empresas y su involucración en contribuir a ser parte de la solución va a ser clave para alcanzar antes las soluciones. No solo eso, sino que las empresas que no tengan una hoja de ruta con planes de sostenibilidad sólidos, se quedarán antes o después fuera del mercado.
Usted figura en el cuarto lugar de la lista Forbes de líderes con capacidad de transformar la sociedad, justo detrás de Pablo Fernández, el emprendedor cofundador de Clicars que hoy es socio de Gravity Wave. ¿La acción por el cambio une a los líderes de la sostenibilidad?
Pablo es un emprendedor de éxito que quiere devolver a la sociedad todo lo que ha aprendido y conseguido, y conecta directamente con el mar y el objetivo que tenemos desde Gravity Wave. Estamos seguros de que la acción por el cambio une a personas increíbles que juntos podemos conseguir más que si vamos solos.
¿Cada vez son más los business angels que se interesan por este proyecto? ¿Qué aportan estas rondas de inversión?
Cada emprendedor decide qué busca en inversores o business angels, y nosotros teníamos muy claro que queríamos formar un equipo de inversores que no solo aportasen la parte económica, sino un conocimiento y expertise que complemente lo que nosotros sabemos y queremos conseguir.
Es muy importante además que estos inversores conecten directamente con el propósito de lo que estamos haciendo y queremos obtener.