A las personas negras aún las llaman “esclavas” en Sudán. El racismo estructural que prevalece en ese país es un reto que su población debe superar, aseguró el periodista africano Zeinab Mohammed Salih en una carta que divulgó el portal BBC Mundo.
“El racismo es dañino en Sudán”, dice el texto. También asegura que es común que los periódicos del país “usen insultos raciales, incluyendo la palabra ‘esclavo».
«Casi todos los medios sudaneses describen a los jóvenes delincuentes de Jartum, la capital del país, como ‘negros’, dado que se les considera pobres y no étnicamente árabes», expone.
“Hoy, si vas a alguna oficina gubernamental o entras a algún banco en Jartum, pocas veces verás a una persona negra ejerciendo una función importante”, afirma. “Muchos sudaneses se ven a sí mismos como árabes y no como africanos, y emplean la palabra ‘esclavo’, entre otros términos despectivos, para referirse a la gente negra”, agrega.
Sudán siempre ha estado dominado por una “élite de piel clara que habla árabe”. Mientras tanto, los africanos negros del sur y oeste del país “enfrentan discriminación y son marginados”.
“El complejo de superioridad de muchos miembros de la élite árabe —acota el texto— está en el centro de uno de los peores conflictos que han azotado a Sudán desde la independencia. Desde entonces los negros exigen igualdad o una patria aparte”.
Desde la independencia de Sudán, la mayoría de los altos cargos gubernamentales han sido ocupados por personas del norte del país, quienes pertenecen a los grupos étnicos árabes y nubios. Casi todos los militares de alta jerarquía también pertenecen a estas comunidades, lo que “les ha permitido usar su influencia para dominar el sector empresarial”.
Las redadas contra personas negras en Sudán
No existen estadísticas confiables sobre el desglose étnico de la población de Sudán. Sin embargo, grupos que luchan por los derechos de la población negra indican que 60% de los residentes de la capital son de esa raza.
Darfur, que se encuentra en el occidente del país, es el centro de las pugnas entre las milicias Janjaweed, presuntamente armadas por las etnias árabes, y los pueblos de raza negra.
“Diferentes reportes han informado que las redadas de esclavos en el sur continuaron hasta el final de la guerra civil en 2005. Esto llevó a que Sudán del Sur, habitada principalmente por negros, se separara de Sudán, donde la mayoría es árabe, cinco años después”, dijo el portal.
A las milicias árabes de Janjaweed las acusan de «llegar a caballo a pueblos negros, matar a los hombres y violar a las mujeres”.
“Poco ha cambiado en esta zona en el último año” desde que una coalición asumió el poder tras el derrocamiento del dictador Omar al-Bashir. “Varios informes han reportado que las violaciones y la quema de aldeas continúan a pesar de las conversaciones de paz organizadas” por el nuevo gobierno.
“Pero no está claro si (el gobierno de coalición) está realmente comprometido a abordar el racismo estructural que existe dentro del Estado sudanés”. Partiendo del texto de BBC Mundo, muchos de los militares del nuevo gobierno formaron parte del régimen de Al Bashir.
El Partido del Congreso de Sudán (SCP, por sus siglas en inglés), un miembro clave del brazo civil del gobierno, dice que se ha propuesto una ley para criminalizar el discurso de odio. Propone castigar el uso de insultos raciales con cinco años de cárcel.
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