Con más de 20 años en el mercado, el periódico financiero de Rusia, Vedomosti, se encuentra en un proceso de venta que podría implicar la pérdida de su independencia, en tiempos en que la censura ha ido aumentando progresivamente bajo el gobierno de Vladimir Putin y cercando cada vez más a los medios de comunicación.
La tensión comenzó a tomar los espacios del periódico en marzo, cuando el nuevo editor en jefe, Andrey Shmarov, prohibió escribir sobre las controvertidas reformas constitucionales de Vladimir Putin, que podrían mantener al presidente en el poder por mucho más tiempo de lo previsto en la Carta Magna. También eliminó una columna del gigante energético Rosneft. Y aunque lo negó habría pedido que no se citaran más encuestas del independiente Levada Center.
En una entrevista a Deutsche Welle, la editora de medios de Vedomosti, Ksenya Boletskaya, dijo que todos esos cambios generaron malestar y en un editorial, el personal afirmó que los cambios «están dañando la confianza en la publicación». Acusaron a Shmarov de censura y señalaron que Vedomosti se convertirá en «otro medio de comunicación más dependiente y controlado«, de los que «ya hay suficientes en Rusia».
Shmarov fue puesto al frente del periódico después de que el editor hizo un trato para venderlo a nuevos propietarios. Pero el Financial Times, que junto con The Wall Street Journal fue accionista del medio, indicó que el escándalo llevó a uno de los compradores a retirarse del acuerdo, lo que ha dejado a Vedomosti “en una especie de limbo extraño. No solo ya no está claro quién es el propietario, sino que fue excluido recientemente de una lista gubernamental de compañías esenciales que recibirán apoyo durante la crisis causada por el nuevo coronavirus”.
Acabar con la independencia de Vedomosti
La decisión de dejar fuera al periódico del apoyo financiero es precisamente por el conflicto, según DW. El viceministro de comunicaciones de Rusia, Aleksey Volin, comparó el equipo editorial con un autobús sin conductor, donde varias personas luchan por el volante. «Ese no es el símbolo de un negocio esencial en absoluto».
El experto en medios y editor Ivan Zassoursky, señala que recibir fondos del gobierno podría ayudarle a sobrevivir en esta coyuntura que ha causado el coronavirus, que ha mermado los ingresos de publicidad y la venta física, pero también dañaría su reputación como medio independiente.
Sostuvo que con la crisis que están experimentando los periódicos, los nuevos propietarios deben tener muy claro que el objetivo es ejercer influencia política. No ve otra razón. También cree que su cierre sería un duro golpe para el periodismo. Se trata de «un destacado raro en el mercado de los medios, con su propia voz, sus propias políticas editoriales que se cumplen estrictamente».
Medios bajo las manos del Kremlin
El control del Kremlin cada vez toma mayor presencia en el periodismo ruso. La televisión está casi completamente controlada por el Estado. El diario de negocios RBC, uno de los principales competidores de Vedomosti, vio reemplazar a sus editores por figuras progubernamentales. El año pasado, todo el departamento político del periódico Kommersant renunció, cuando un nuevo editor en jefe despidió a dos periodistas por informar sobre una posible reorganización en la cámara alta del parlamento de Rusia.
Según la plataforma crítica en línea Meduza, el nuevo editor es un «candidato de la administración presidencial», lo que negó el portavoz del Gobierno, Dmitry Peskov, al afirmar que la censura es inaceptable.
«Estamos interesados en que el periódico Vedomosti continúe su trabajo en su nivel actual altamente profesional».
Boletskaya no es optimista sobre el futuro del medio por las presiones económicas y políticas que le acorralan. Algunos de sus colegas han anunciado que se marchan, pero otros, como en su caso, continuarán haciendo “todo lo posible para garantizar que siga informando. Valoramos mucho este periódico, ni siquiera para nosotros sino para nuestros lectores”.
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