Pedro Sánchez no rehuye y desafía a Donald Trump. El presidente del gobierno ordenó al Ministerio de Hacienda aprobar –»lo antes posible»– la denominada «tasa Google», que afectará a las grandes compañías tecnológicas de los Estados Unidos que operan en España.
A pesar de que Francia suspendió la imposición del mismo impuesto a las empresas estadounidenses, el presidente del gobierno español pretende seguir adelante y echar un pulso con su homólogo estadounidense.
El pasado año, la respuesta del gobierno de Trump a la «tasa Google» fue imponer aranceles a los productos agrícolas de la Unión Europea. Derivados de cerdo, aceite de oliva, aceitunas, quesos, vino y otros rubros fueron alcanzados por la medida arancelaria.
Uno de los países más afectados fue España, lo que ha puesto en peligro la estabilidad de cinco mil empleados españoles.
En su momento, el gobierno rechazó esta medida de los Estados Unidos, calificándolas de «inaceptables».
Escalada de tensión
En las últimas semanas, las tensiones entre Estados Unidos y España fueron más allá del sector comercial. Los gobiernos de Sánchez y de Trump tuvieron un encontronazo en el terreno diplomático.
El gobierno estadounidense demostró su malestar luego de que el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, tuviera un encuentro con la vicepresidenta del régimen de Maduro, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Barajas, obviando las sanciones que le impedían pisar territorio europeo. El hecho fue considerado como un intento del gobierno de Sánchez de interferir con la política internacional de Washington.
Otro motivo que generó la colisión fue la amenaza del Gobierno estadounidense de sancionar a Repsol, después de que la empresa española mostró la intención de profundizar negocios con Petróleos de Venezuela.
Las tensiones entre los gobiernos de España y los Estados Unidos podrían llevar a un conflicto diplomático si se siguen elevando. No en vano, el embajador de la Casa Blanca en España, Duke Buchan, solicitó reuniones con dos ministros españoles. Asimismo, el secretario de Estado, Mike Pompeo, se comunicó con la titular de Exteriores, Arancha González Laya, ante la amenaza de Madrid de cerrar las bases norteamericanas que operan en España.
En respuesta, Trump acusó al «inquilino de La Moncloa de violar las normas de la Unión Europea», una clara referencia a Sánchez.
El líder del PSOE no se dejó intimidar y presionó al ministerio de Hacienda para que apruebe -«lo antes posible»- el impuesto sobre servicios digitales.
La «tasa Google»
Este tributo gravará con un 3% a las empresas que facturen 750 millones de euros a nivel global e ingresen un mínimo de 3 millones en suelo español, por actividades como la publicidad online y transmisión de datos. Con el impuesto España pretende recaudar 1.200 millones de euros anuales.
El antecedente francés
Sánchez decidió tensar la cuerda con Trump, a pesar de tener una situación similar en Francia. Emmanuel Macron tuvo la intención de enfrentarse a Trump, pero tuvo que frenar. Cuando el gobierno francés quiso aplicar de forma unilateral su propia «tasa Google», se vieron obligados a ceder, debido a las amenazas de represalias arancelarias que se dispararon por orden de Washington.
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