El cirujano plástico Pedro Cavadas ha exigido una auditoría exhaustiva ante el gran número de muertes por la COVID-19. Insiste en que no puede entender la razón por la que España sea el primer país de Europa en ese sentido y quiere que le revisen los números a la gestión.
«No es posible que España, que no es el primer país en nada en el mundo, ahora seamos los primeros en mortalidad. En casos, en repercusión económica. Eso no puede ser casual», dijo. Propone que la revisión sea con técnicos “que no tengan ningún peaje político ni económico que pagar, porque eso prostituye completamente los resultados”. Además, insiste en que es necesario “determinar los factores que han llevado a España a encabezar la tasa de mortalidad por el coronavirus”.
La exigencia de Cavadas ha conseguido un aliado. El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, también considera lógico que se realice la auditoría independiente a la gestión del Gobierno por la pandemia. “Me parece bien analizar las medidas y cómo se había llevado esta situación porque siempre se pueden sacar lecciones sobre lo que ha ocurrido para el futuro”.
Cavadas no es alarmista, sino realista
La petición de Cavadas no es descabellada. En las declaraciones que se publicaron en el Diario de León, el médico considera que debe existir un motivo “muy sólido para que esté ocurriendo esto y eso hay que auditarlo”.
No es la primera vez que el cirujano plástico más reconocido del mundo se refiera al asunto del coronavirus, aunque no sea médico infectólogo. Cuando recién se escuchaba de la aparición del virus en China, Cavadas tenía sus sospechas sobre la gravedad y mortalidad de este.
En el mes de enero, Cavadas lanzó la primera alerta sobre el impacto que tendría la pandemia en España y en el mundo. Muchos lo tildaron de alarmista y exagerado, pero tenía razón: la pandemia sí incidió en las consecuencias económicas, muy por encima de las sanitarias. Y lo dijo: «Es más nocivo el resultado del mal manejo de las medidas para combatirlo que el virus en sí mismo, ya que es de baja mortalidad».
La vacuna que no termina de llegar a España
El ministro Salvador Illa aseguró esta semana que, según los cálculos, para diciembre se estaría aplicando una vacuna contra la COVID-19 en España. El primer ensayo clínico, llamado Ad26.COV2.S, se empleará en 190 voluntarios sanos de entre 18 y 55 años de edad.
Sin embargo, Cavadas no es tan optimista. Considera que, para que se generalice la aplicación del antídoto contra el virus de la pandemia, habrá que esperar un año y medio, en el mejor de los casos. “Las partes pobres del mundo se vacunarán mucho más tarde y eso hará que la pandemia siga una evolución asimétrica en todo el mundo”, afirmó.
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