En la pantalla, se siente seducida por el lado oscuro del ser humano. En la realidad, busca la luz, la simplicidad y el confort que le proporciona la vida en el sur de Estados Unidos, rodeada de naturaleza y familia. Nicole Kidman es una actriz que siempre ha ido en busca de desafíos y de nuevas experiencias en las que meterse de lleno. Pocas arriesgan como ella.
«Me gustan las personas poco convencionales, complejas y con defectos porque, aunque todos intentamos ser maravillosos y alcanzar la perfección, la vida también es todo eso que nos limita”, dice la actriz en nuestro encuentro en Los Ángeles.
La imperfección es algo que está lejos de esta mujer que a sus 51 años sigue luciendo un físico de impresión. Un físico que ella se empeña en alterar o transformar cuando se trata de encarnar a un nuevo personaje. Tal fue el caso de Destroyer, en la que interpretaba a una agente de policía, endurecida por el tiempo y destruida por un tormentoso pasado.
Límites aparte, lo que realmente motiva a la australiana es la maternidad, fuente de energía, de inspiración y un pozo sin fondo de emociones a las que puede acceder cuando un papel lo requiere. Así lo hizo en Identidad borrada, donde Nicole daba vida a la madre de un joven que a los 19 años confiesa a sus padres que es homosexual y estos deciden someterle a terapia psicológica para intentar suprimir su identidad.
“Me dejó muy tocada esta historia”, confiesa hoy la actriz. En ambos casos Nicole estaba espléndida en esa madurez que le imprime carácter y ese aire misterioso que tanto nos fascina. A esa gloriosa edad en la que, tradicionalmente, Hollywood hace un fundido en negro a sus actrices, Kidman brilla más que nunca.
Salir de la zona de confort
Después de su doblete cinematográfico y su incursión en la TV, con la serie Big Litle Lies, en el año 2018, se enfrenta ahora a dos papeles estelares, el de Mrs. Barbour en The Goldfinch y el de Gretchen Carlson en el biopic sobre Roger Ailes (fundador de Fox News, mano derecha de Murdoch y asesor de Nixon, Reagan, Bush y Trump), todavía sin título.
“Es muy importante salir de tu zona de confort y aventurarte a hacer cosas distintas», explica la actriz. «Sobre todo ahora que, con suerte, vivimos muchos más años. No te puedes parar a los 51″, exclama riendo. «Todavía me queda mucha energía creativa que tengo que sacar fuera”, añade la australiana, afincada en la localidad norteamericana de Nashville (Tennessee).
En ello está entregada de lleno a su triple labor de productora ejecutiva, guionista e intérprete de la serie Big Little Lies, que ya empieza su segunda temporada y en la que la actriz encarna a Celeste, una esposa y madre a la que la vida parece sonreírle pero en el fondo nada es lo que parece. Un trabajo que le ha valido un Globo de Oro y que le ha brindado la oportunidad de darle la réplica a una extraordinaria Meryl Streep.
“Es maravilloso ver a este equipo de actrices (Meryl Streep, Reese Witherspoon, Laura Dern, Zöe Kravitz y Shailene Woodley), a cada cual más distinta, que se complementan unas a otras”, dice esta divinidad del celuloide que en las distancias cortas desprende sencillez, simpatía y una mezcla de fragilidad y fortaleza que reconforta al más común de los mortales.
¿Qué le ha impulsado a producir sus propios proyectos?
Las ganas de seguir contando historias que me motiven y que puedan motivar a los demás. Después de 30 años de no hacer televisión, me ha sorprendido ver lo mucho que estoy disfrutando este trabajo. Es un privilegio contar con el talento de estas cinco actrices y sobre todo con Reese Witherspoon, que es mi socia en esta aventura que está siendo Big Little Lies. Es una suerte contar con plataformas y cadenas de TV que se arriesguen a apoyar historias como esta.
Un personaje pensando en Meryl Streep
Una historia que habla de mujeres, tres madres con vidas, aparentemente perfectas, pero en realidad no tan placentera como uno podría imaginar ¿Qué le interesó de ella?
Que es todo un tour de force de la complejidad femenina en toda su expresión, con su belleza y también con su lado oscuro. Reese (Witherspoon) y yo leímos la historia al mismo tiempo y ambas, con nuestras respectivas compañías productoras, quisimos hacerla. En vez de competir para ver quién se la llevaba, decidimos unir fuerzas y hacerla juntas. Hablamos con HBO, les interesó el proyecto y hasta ahora.
¿Estaba pensado para hacer más de una temporada?
En principio no, porque la novela en la que está basada la serie tiene solo 200 páginas, por tanto no había material suficiente para hacer una segunda temporada. Pero, dado el interés que fue despertando en el público, hablamos con Liane (Moriarty), la autora, para ver si le gustaría escribir un libro de ella y así poder extender la historia. La novela nunca se llegó a publicar así que la trama sigue siendo un secreto. David E. Kelly volverá para escribir el guión y Jean Marc (Vallée), que dirigió la primera, ahora regresa como productor.
¿Volverá Meryl Streep?
Por supuesto, y con más fuerza…
¿Cómo consiguieron que interpretara a Mary Louise, su suegra?
Bueno, conozco a Meryl desde hace muchos años, trabajamos juntas en Las horas, además compartimos el mismo agente. La idea surgió de Liane (Moriarty). Escribió el personaje de Mary Louise, pensando en Meryl para interpretarlo, de hecho Mary Louise es el verdadero nombre de Meryl. Pero yo le advertí que no iba a ser tan fácil conseguirla, aún así lo intentamos. Le enviamos un correo y al poco tiempo, justo el día después de que la serie ganara el Globo de Oro, nos envió un mensaje diciendo: “Bueno, esto significa que ahora tengo que aceptar el papel” (ríe). No se puede dar una idea del grito de alegría que lancé cuando leí el mensaje. Lo mejor de todo esto es que Meryl aceptó para ayudarnos a Reese (Witherspoon) y a mí a llevarlo adelante. Ese es el tipo de persona que es Meryl. Sin ella estoy segura de que no hubiera habido una segunda temporada.
Celeste, una mujer vulnerable
Kidman nació en Hawái, pero a los pocos años sus padres –Anthony, bioquímico y psicólogo clínico y Janelle, enfermera– se trasladaron a vivir a Sídney, donde nació su hermana Antonia. Desde muy jóvenes, las hermanas Kidman fueron educadas en una familia liberal donde se les motivaba a expresar y debatir sus ideas tanto políticas como sociales y sobre todo a participar y contribuir a la sociedad.
Desde 2006, Nicole es embajadora de buena voluntad de Naciones Unidas en asuntos relacionados con la mujer. El año pasado donó medio millón de dólares para contribuir a acabar con la violencia de género. Una acción que hizo extensa en su preparación para el papel de Celeste, trabajando directamente con víctimas, educadores y personas que abogan por la educación y la prevención de la violencia de género. Antes hablaba de la complejidad de la mujer. Celeste es un ejemplo de ello.
¿Cómo va a ser en esta segunda temporada?
Muy complicada para mi personaje. Ahora tiene que enfrentarse a vivir sin el marido, como madre soltera, con dos hijos y una suegra de la que se tiene que ocupar y que sigue estando en duelo por la muerte de su hijo. Celeste sigue siendo muy vulnerable y todavía guarda muchos secretos. Eso es muy importante para mí porque cuando estas lidiando con abusos y violencia de género estás lidiando con algo que sigue unos patrones. Detectar cuáles son esos patrones y cómo romperlos para recuperar la salud mental y emocional requiere una enorme cantidad de trabajo. Celeste y su familia pasan por un momento muy traumático y de gran dolor.
Muy distinto a su situación en la vida real. Para empezar, un marido que le apoya en todo. ¿Ayuda eso a vivir este tipo de situaciones en la ficción?
No creo que pudiera hacer nada de lo que hago si no contara con el apoyo de Keith (Urban). Él es el primero en ver todos los episodios, no se pierde uno y le gusta verlos conmigo para comentarlos y darme su opinión. Keith está totalmente enganchado a la serie y eso es muy importante para mí porque representa a un sector de la sociedad –hombres casados y con familia– que siguen la serie. Eso me anima a continuar produciendo.
«La vida es un camino largo…»
Este último año ha interpretado a tres madres distintas. ¿Hasta qué punto ser madre en la vida real le ha ayudado a crear estos personajes en la pantalla?
La maternidad es como un gran pozo de emociones, desde las más alegres a las más tristes y eso hace que pueda acceder a ellas fácilmente a la hora de interpretar todo tipo papeles.
¿Se siente más fuerte ahora que es madre?
Sí, mucho más. Cuando eres madre tu instinto por proteger a tus seres queridos o a cualquier otra persona que esté en peligro se hace mucho más fuerte. Quisiera pensar que en un momento dado puedo sacar de mí la fuerza y la habilidad para enfrentarme a cualquier cosa que se me ponga delante. Físicamente no soy la persona más fuerte del mundo (ríe), pero mental y emocionalmente sí lo soy. Lo he comprobado a través de los años enfrentándome a muchos desafíos personales y profesionales. Nunca creí que podría hacerlo, pero lo cierto es que cuando ha hecho falta, he sabido sacar fuerzas que jamás habría pensado tener.
¿Cree que nació para ser actriz?
Sí, absolutamente. Pero no lo supe hasta los 14 años. Antes quise ser astronauta, luego bailarina, pero me dijeron que era demasiado alta y no lo conseguiría. Ya ves, hoy hay bailarines de mi talla e incluso más altos. Mi amor por la actuación nació de mi amor por la lectura, pronto me di cuenta de que me apasionaba actuar y que de hecho podría tener una carrera haciéndolo. Luego descubrí actrices como Meryl Streep, que para mí fue un ejemplo a seguir porque ha demostrado que se puede tener una carrera longeva y al mismo tiempo un matrimonio y una familia estable.
Lleva casi 40 años actuando. ¿A qué atribuye su longeva carrera?
A la pasión y la tenacidad que pongo en todo lo que hago. Tú conoces mi carrera y sabes que he pasado por momentos en los que no se me ofrecían tantas oportunidades de interpretar papeles interesantes, pero he seguido paso a paso y sin descansar. La vida es un camino largo y hay que tener pasión y compromiso por las cosas. Sobre todo no he tomado nunca por hecho el que me lleguen ofertas de trabajo. Es algo que siempre digo a los actores jóvenes, es un regalo el poder tener trabajo remunerado en esta profesión porque no importa el éxito que tengas, nunca se sabe cuando va a llegar el próximo.
Lo principal es la familia
Un regalo también es el trabajar con los mejores directores, como ha sido su caso…
Sin duda, empezando por Phillip Noyce, que creyó en mí cuando solo tenía 19 años y me dio la oportunidad de mi vida en calma total y terminando por Stanley Kubrick, maestro de maestros. Ahora mi misión es trabajar con tantas mujeres directoras como pueda, por lo menos cada año y medio. Lo estoy consiguiendo. En los últimos años he trabajado con Sofía Coppola, Susanne Bier, Andrea Arnold y Karyn Kusama y pienso seguir buscando nuevos directores y directoras.
¿Qué tiene en cartera para el futuro?
Ahora mismo nada. Estoy tratando de cerrar un proyecto, pero no hay nada en concreto. Llevo dos años sin parar de trabajar y ahora quiero centrarme en mi familia, en ser mamá y esposa. En cuidarme un poco, leer, dormir, bañarme en el océano y en mimarme un poco (ríe).
Se le ve muy feliz… ¿Le falta algo para completar esa felicidad?
Echo de menos a mi padre. Su pérdida me ha hecho ver muy claro cuáles son mis prioridades en la vida. He revaluado todo lo que quiero y lo que necesito para ser feliz y mi familia es lo principal. Me encanta criar hijos, me gusta tenerlos a mi alrededor. Ahora mismo, cuidar y educar a mis dos hijas pequeñas –Sunny y Faith– me proporciona una inmensa alegría. Me despierto por la mañana, siempre de buen humor (risas), lo juro, siempre me levanto de buen humor, mi marido me dice: “¿Cómo lo haces para levantarte siempre con buen pie?” (risas), luego llevo a mis hijas al colegio, que les encanta, y ya estoy preparada para lo que me traiga el día.
Conscientes del impacto medioambiental
¿Ahora que vive en Nashville, no echa de menos Australia?
Sí, por supuesto. Allí vive mi madre, mi hermana, mis sobrinos y otros familiares. Keith y yo tenemos una granja con mucho terreno porque la tierra es algo que, siendo australianos, valoramos mucho. Allí criamos ganado vacuno, tenemos aves y también alpacas y cultivamos productos biológicos. Tenemos muchos árboles y cuidamos de la tierra de forma sostenible. Somos muy conscientes del impacto medioambiental que provoca el hombre en la naturaleza y eso es algo que tenemos muy en cuenta a la hora de conservar agua y energía y de no utilizar productos que dañen el medioambiente. Pero aquí en Nashville llevamos una vida muy tranquila y aunque no tenemos el océano cerca, sí hay parques nacionales próximos a casa y hacemos muchas excursiones. Estamos rodeados de naturaleza.
¿Cómo describiría a la Nicole Kidman que es hoy?
Como una mujer que está humildemente agradecida por lo que tiene y que vive el presente. Hay momentos en los que pienso en el futuro, porque teniendo hijos es inevitable, pero el presente es lo que cuenta. Cada vez tengo más claro lo que no quiero y mis ideas son firmes, pero al mismo tiempo me gusta agradar a los demás y por eso cedo en muchas cosas. Por suerte tengo a Keith a mi lado que refuerza mi autoestima.
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