Dicen los conocedores en asuntos religiosos que la Iglesia Ortodoxa rusa tiene un peso enorme en las decisiones políticas. Es la única institución que ha mantenido un carácter supranacional desde el siglo XVIII hasta hoy. De allí, la importancia de escuchar lo que opina su jefe máximo sobre la guerra declarada por Vladimir Putin a Ucrania. El arzobispo Kirill, el 16º patriarca ruso, dijo que el conflicto es contra quienes apoyan a los homosexuales. «¿La invasión de Ucrania? Es correcto luchar, es una guerra contra el lobby gay”, manifestó,
La invasión fue el tema de su sermón del Domingo del Perdón. Describió el el Día del Orgullo Gay como un punto de inflexión entre el bien y el mal. “Estamos hablando de algo que va más allá de las convicciones políticas. Hablemos de la salvación humana. Estamos en una guerra que ha adquirido un significado metafísico. Las marchas gay muestran que el pecado es una variable del comportamiento humano”.
Por tanto, agregó el alto prelado, “esta guerra es contra quienes apoyan a los homosexuales, como el mundo Occidental, y han tratado de destruir Donbass. Solo porque esta tierra se opone a los llamados valores que ofrecen quienes pretenden el poder mundial”.
Afuera, en orden y en forma pacífica, un grupo de manifestantes se desplegaron frente a la catedral de San Isaac en San Petersburgo, gritando «¡No a la guerra!».
Kirill (en ruso) oró por el sufrimiento de los soldados. «No dijo una palabra sobre el sufrimiento de los civiles en Ucrania y sobre las iglesias destruidas por las bombas, reseñó el diario italiano Corriere della Sera.
La Iglesia Ortodoxa de Rusia vive el conflicto en Ucrania como la primera gran prueba desde la implosión de la URSS. En los últimos treinta años se ha vuelto más ecuménica y ha logrado colocarse como conciencia nacional, gracias también a Kirill, una persona muy cercana a Vladimir Putin y su entorno.
La del patriarca ruso, una guerra también para los gays
“¿La invasión de Ucrania? Es correcto luchar, es una guerra contra el lobby gay”, insistió el patriarca ruso en su prédica. Kirill justificó diciendo que “durante ocho años ha habido intentos de destruir lo que existe en el Donbass”. La zona ucraniana en la que se están asentadas dos autoproclamadas repúblicas prorrusas. Aseguró que en esa región hay un rechazo fundamental a los llamados valores ofrecidos por quienes se reclaman el poder mundial..
Manifestó que hay una prueba de lealtad a este poder. Una especie de transición a ese mundo ‘feliz’, el mundo del consumo excesivo, el mundo de la ‘libertad’ visible. ¿Sabes cuál es esta prueba? Es muy simple y a la vez terrible: un desfile gay.
El máximo jerarca de la iglesia ortodoxa rusa insistió en que las solicitudes para realizar un desfile gay prueba la lealtad a ese mundo tan poderoso. «Sabemos que si las personas o los países rechazan esas solicitudes se quedan fuera de ese mundo. Esto quiere decir que tratan de imponer por la fuerza un pecado condenado por la ley de Dios, y por lo tanto, obligar a las personas a negar a Dios y su verdad”, subrayó.
En el sermón manifestó: “Lo que está pasando en las relaciones internacionales no solo tiene un significado político. Es algo diferente y mucho más importante que la política. Se trata de la salvación humana, de la humanidad. Seremos fieles a la palabra de Dios, seremos fieles a su ley. Nunca toleraremos a los que difuminan la línea entre la santidad y el pecado. Y menos aún que quienes que promueven el pecado sean ejemplo del comportamiento humano”.
Pedidos del papa Francisco y el cristianismo europeo
En contraposición al planteamiento del patriarca ruso, el papa Francisco no ha cesado en clamor por a la paz en Ucrania. Al concluir el rezo del Ángelus, se refirió al conflicto otra vez. “En Ucrania corren ríos de sangre y lágrimas. No se trata solo de una operación militar, sino de una guerra que siembra muerte, destrucción y miseria”, dijo. Lamentó con gran dolor que “el número de víctimas aumente cada segundo, al igual que las personas que huyen, especialmente las madres y los niños”.
«Urge la ayuda humanitaria en este atormentado país. Dirijo encarecidamente un llamado para que se aseguren los corredores humanitarios. Se garantice el acceso a las zonas asediadas para proporcionar un socorro vital a nuestros hermanos y hermanas oprimidos por las bombas y el miedo”, declaró.
Asimismo, la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) solicitó al patriarca de Rusia y Moscú, Kirill, que “interceda ante el Kremlin para detener la guerra en Ucrania”.
En una carta dirigida a la autoridad de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el presidente de la comisión, el cardenal Jean Claude Hollerich, pidió al patriarca ortodoxos interceder ante las autoridades rusas. Apelamos a su “buena voluntad para buscar una solución diplomática al conflicto, basada en el diálogo, el sentido común y el respeto del derecho internacional”.
Hollerich destacó que la autoridad religiosa rusa podría traer un signo de esperanza para una solución pacífica. Recordó la declaración conjunta firmada en 2016 por el patriarca Kirill y el papa Francisco deplorando las hostilidades que se estaban desarrollando en Ucrania. “Por favor, no dejen que esas poderosas palabras queden en vano”, dijo.