El Parlamento Europeo reiteró este jueves su reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. En este sentido, instó a los Estados miembros de la UE a considerarle, junto a la Asamblea Nacional votada en 2015, como los únicos representantes válidos de la República Bolivariana de Venezuela.
La mayoría de los miembros del Parlamento Europeo se colocaron del lado de la democracia y del pueblo de Venezuela. Pero no todos. El Partido Socialista Obrero Español, su socio Unidas Podemos y las formaciones separatistas, prefirieron ponerse del lado del dictador Nicolás Maduro y la írrita asamblea nacional elegida en unos comicios sin la participación de la oposición, sin un organismo electoral imparcial y si transparencia alguna.
Ya se ha visto como, en el pasado, la izquierda condenaba (con razones, es cierto), las dictadura de Augusto Pinochet en Chile, al tiempo que defendía la igualmente reprochable de Fidel Castro en Cuba. A pesar de que esta última comenzó mucho antes y se ha mantenido más allá de la muerte del dictador, que lo sucedió su hermano Raúl. Y no se trata solo del pasado. Continúan ocurriendo. Ahí está Nicaragua que acaba de aprobar la prisión perpetua por traición a la patria, que es lo mismo que ser opositor.
Lo que dice la resolución
El Parlamento Europeo pidió a las otras instituciones de la UE y a las naciones del bloque que reconozcan la continuidad de la Asamblea Nacional elegida en Venezuela en 2015 «y del legítimo presidente interino Juan Guaidó». Lo recoge claramente la resolución aprobada. También insta a reconocer ese parlamento como la “última libre expresión de los venezolanos en un proceso electoral”, a su presidente Juan Guaidó y a la Comisión Delegada” que funciona desde hace dos semanas.
El documento indica que la “única solución” a la crisis en Venezuela debe incluir “elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales y locales que sean creíbles, inclusivas, libres, justas y transparentes”. También muestra el beneplácito por la decisión de la UE, adoptada en noviembre, de extender por un año la aplicación de las sanciones económicas a los funcionarios del régimen de Maduro incurso en delitos de lesa humanidad, blanqueo de dinero y narcotráfico.
Contrario a lo que piensan quienes se oponen a mantener el apoyo a Juan Guaidó, la resolución es una «carta blanca». La Resolución también hace un llamamiento «a la legítima Asamblea Nacional y a su presidente Juan Guaidó a asegurar transparencia total en el uso de fondos”. Si bien no se hace mención directa es evidente que esta parte del texto obedece a las recientes denuncias de corrupción contra emisarios de Guaidó en diversos países.
En los últimos días, han aparecido señalamientos de que Juan Guaidó o algunos de sus colaboradores cercanos habrían desviado los fondos provenientes de ayudas humanitarias de organismos internacionales. No se trata de nada nuevo. La mayor parte de las acusaciones provienen del régimen de Nicolás Maduro, aunque no todas. Hasta el momento son señalamientos no comprobados.
Ni socialistas ni separatistas
La Resolución del Parlamento Europeo de este jueves fue aprobada con 391 votos a favor, 119 en contra y 177 abstenciones. Aquí aparecen algunas diferencias en el concepto de «democracia» que tienen algunos legisladores, en función de su ideología.
En contra de la resolución, en su totalidad, se expresaron los parlamentarios de Unidas Podemos, ERC, y EH Bildu. También Carles Puigdemont y los eurodiputados de Junts. Los representantes del PSOE se abstuvieron.
Los socialistas justificaron su abstención por no estar de acuerdo con el primer punto de la resolución. En esa sección se pide continuar considerando a la Asamblea Nacional elegida en 2015 y a su presidente Juan Guaidó como únicos representantes políticos de Venezuela.
Estas formaciones no ocultan sus simpatías por el régimen de Maduro. A principios de diciembre, algunos de sus representantes en el Congreso de los Diputados sostuvieron, en la Sala Sert de la Cámara baja, un cordial encuentro con el nuevo embajador de la dictadura venezolana en España, Mauricio Rodríguez Gelfenstein, y la nueva cónsul en Madrid, Yaifred Ron. Participó en la reunión Gerardo Pisarello, de Unidas Podemos-En Comú-Galicia en Común. También Enrique Santiago y Antón Gómez Reino, del Partido Comunista. Además, Oskar Matute (EH Bildu).
No todos a favor de la democracia
Hasta ahora, el Parlamento Europeo es la única institución comunitaria que reconoce el estatus de Guaidó. La falta de unanimidad en la Unión Europea se debe a que dos estados miembros -Italia y Grecia- no han querido respaldarle.
Tan solo dos días antes de la aprobación de este texto, Josep Borrell, en su calidad de jefe de la diplomacia de la UE, insistió ante ese mismo Parlamento que el Consejo Europeo “nunca» se refirió a Juan Guaidó «como presidente” de Venezuela. Argumentaba la falta unanimidad entre los países del bloque.
La UE desconoce el resultado de las elecciones legislativas realizadas en Venezuela en diciembre. Por ello, no reconoce la Asamblea Nacional surgida de esos comicios, que asumió funciones el 6 de enero. Pero en el comunicado conjunto para expresar su posición, Borrell evitó referirse a Guaidó como presidente interino. Aun así, mostró su disposición a tratar con él y los diputados de la anterior Asamblea, a los que considera interlocutores válidos.
Los traspiés de Borrell con Venezuela
El socialista Borrell ha mantenido una línea tibia, por decirlo de alguna manera. Ello le ha llevado a ser objeto de críticas en el seno del Parlamento Europeo cuando se trata el tema de Venezuela. La más reciente fue por su negativa a calificar a Juan Guaidó como presidente encargado. Pero el punto más álgido ocurrió a finales del año pasado, luego de que el alto representante enviara una misión para negociar con el régimen de Maduro, sin el consentimiento de la Comisión Europea.
La misión partió a Caracas para reunirse con Jorge Rodríguez, en ese momento ministro de Comunicación, y con el canciller Jorge Arreaza.
La postura ambigua de Borrell, a veces con Dios a veces con el diablo, va en línea con la actitud de Pedro Sánchez. No hay que olvidar que el presidente del Gobierno decidió no reunirse con Guaidó cuando visitó España. Además, ha evitado tomar medidas o investigar la oscura reunión que su ministro de Transportes, José Luis Ábalos, sostuvo con la vicepresidente de Maduro, Delcy Rodríguez, en Barajas.
También Rodríguez Zapatero
Los casos de Borrell, Sánchez y los eurodiputados del PSOE no constituyen un caso aislado dentro del partido socialista. El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ha sido, incluso, mucho más abierto a mostrar sus simpatías por la dictadura chavista. De hecho, en diciembre viajó a Venezuela para respaldar las «transparentes» elecciones parlamentarias, en las que todos los candidatos, todos los miembros del poder electoral y hasta los observadores internacionales eran aliados de Maduro.
Por esta posición, Vox introdujo en el Congreso una proposición no de ley, destinada a condenar el apoyo de Rodríguez Zapatero al régimen totalitario de Venezuela. La intención era que se investigara a profundidad los vínculos del expresidente español con la dictadura chavista, para la que trabaja como representante, bajo la figura de «mediador».
Sin embargo, la propuesta no prosperó. El PSOE y Unidas Podemos utilizaron su mayoría para frenar la iniciativa. Otra vez socialistas y comunistas se colocaron de parte de la tiranía venezolana.
Las honrosas excepciones
Sin embargo, el apoyo a las dictaduras no necesariamente es un asunto de ideologías. Al menos, eso es lo que ha dado entender el expresidente Felipe González, quien ha marcado distancia con respecto a la «mediación» de Rodríguez Zapatero y de la «neutralidad» de Sánchez.
Felipe González ha hecho honor a su condición de «viejo amigo» de la democracia venezolana. En Caracas se le recuerda por las excelentes relaciones hubo durante su presidencia. Cuenta con el aprecio no solo de dirigentes políticos, sino también de muchos «venezolanos de a pie».
Y esa posición, de defensa de los principios democráticos le ha colocado, al menos en el caso de Venezuela, más cerca de sus «adversarios» políticos que de sus compañeros ideológicos. Es la muestra de que no se trata de derecha o izquierda, sino de dictadura o democracia.
Agradecimiento
El presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, agradeció la resolución del Parlamento Europeo, en apoyo a Venezuela, su democracia y su gente. Aprovechó para instar a la Organización de Estados Americanos y al Consejo de Seguridad de la ONU para que «sigan el audaz liderazgo de Europa».
«El pueblo de Europa ha sido un gran amigo del pueblo venezolano en nuestros momentos de mayor necesidad y esto es algo que nunca olvidaremos», dijo Guaidó. Asimismo, reiteró la importancia de este tipo de apoyos para avanzar hacia un «gobierno de emergencia» y la celebración de elecciones «verdaderamente libres y justas».
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