Las prioridades de Pablo Iglesias pueden cambiar como una veleta. El Comité de Ética de Podemos era un asunto importante cuando no estaba en el Gobierno. Pero no lo era cuando podía obligarle a renunciar al cargo. Ha dicho que la condición de aforado es un «privilegio» para quienes desde el poder tratan de evadir la Justicia. Es válido cuando habla de «otros», pero no de sí mismo. Del mismo modo, elaborar la Estrategia de Desarrollo Sostenible para España era prioritario en enero. Pero ahora, los compromisos para combatir el cambio climático, acabar con la desigualdad o erradicar la pobreza, pueden esperar.
A ver si se entiende. En enero, el vicepresidente segundo aseguraba que su tarea más apremiante era la de elaborar la Estrategia de Desarrollo Sostenible. Recordaba que España estaba en deuda, pues se había comprometido ante Naciones Unidas a tener listo el instrumento en 2019.
Pero tal parece que mientras más tiempo pasa sin que se cumplan los objetivos, la urgencia disminuye. A contravía de la lógica. La Comisión Delegada para la Agenda 2030 tendría que haberse reunido en marzo. Apenas en julio empezaron a elaborar la Estrategia de Desarrollo Sostenible. Aún podría pasar casi un año para que esté lista.
¿Mientras más tarde mejor?
El propio Iglesias confirmó que la estrategia para que España pueda cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible (o la Agenda 2030) no estará lista antes de junio de 2021. Es decir, será año y medio después de que insistiera que era «lo primero» que iba a hacer a su llegada al Gobierno.
El anuncio no llegó con una justificación por la demora. No hubo mención de alguna circunstancia imprevista que hubiese retrasado los planes. Al contrario, Iglesias dijo que «España no ha contado con una Estrategia de Desarrollo Sostenible en los cinco primeros años de andadura de la Agenda, por lo que ahora nos toca ser especialmente ágiles«. ¡Menuda agilidad!
Reformas estructurales
Aclaró, eso sí, que la estrategia establecerá «reformas estructurales» en España abordando «los principales retos, prioridades de actuación y políticas estratégicas y transformadoras». También quiere que «se alinee, fortalezca y amplíe» con las iniciativas europeas de recuperación y resiliencia. Además apunta a que sirva de refuerzo del multilateralismo impulsado por Naciones Unidas.
Aseguró que los Presupuestos Generales del Estado para 2021, que el Parlamento está tramitando, servirán para apalancar «las posibilidades que tiene la Agenda 2030 de convertirse en una realidad tangible». Para ello, los PGE reflejarán el compromiso del Gobierno con el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que «adoptan la dimensión de política de Estado».
El vicepresidente segundo comparece este jueves en la Comisión Mixta Congreso-Senado para la Coordinación y Seguimiento de la Estrategia Española para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Allí presentará la hoja de ruta. Además, en las próximas semanas llevará la propuesta a la Conferencia Sectorial con comunidades autónomas.
Estrategia de Desarrollo Sostenible en manos de Iglesias
En enero se anunció que, como vicepresidente segundo del nuevo Ejecutivo, y a través de una secretaría de Estado a cargo de Ione Belarra, Pablo Iglesias tendría en sus manos la Agenda 2030. Anteriormente, dependía directamente del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y estaba a cargo de Cristina Gallach.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ese es su nombre completo) es un instrumento que fue adoptado por la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2015. Se trata de un plan de acción en el que los 193 países de Naciones Unidas se comprometen a movilizar los recursos y las políticas públicas necesarias para hacer cumplir, en sus propios países y en terceros, un total de 17 objetivos y 169 metas de Desarrollo Sostenible que deberían ayudar a erradicar la pobreza y favorecer la igualdad en el mundo para el año 2030 (de allí su nombre).
Debido a su carácter multilateral, la Vicepresidencia de Asuntos Sociales se encarga de coordinar, junto al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, la participación de España en todos los foros internacionales e instituciones de la ONU donde se traten cuestiones relacionadas con la Agenda 2030.
Todas las propuestas que España lleve a Naciones Unidas en materia de Agenda 2030 deben haber sido coordinadas directamente por Iglesias y Belarra.
Dudas y recelo
Esta situación generó cierto recelo entre los especialistas en desarrollo y pobreza. Por un lado, el hecho de que la oficina del Alto Comisionado para la Agenda 2030, que dependía directamente de la Presidencia, fuese degradada, al pasar a estar bajo la supervisión de la Vicepresidencia Segunda.
También hubo dudas sobre el nombramiento de Belarra en reemplazo de Gallach, quien contaba con el reconocimiento de los sectores sociales por su labor al frente del Alto Comisionado para la Agenda 2030 bajo el Gobierno de Sánchez. Además, se le reconoce su amplia experiencia internacional. Es la única mujer española que ha estado en puestos de relevancia en las tres grandes organizaciones internacionales: la UE, la ONU y la OTAN.
Belarra ha estado vinculada a agendas sociales y de derechos humanos. Pero no tiene el bagaje internacional que sí posee Gallach.
Lapsos «justificados»
Ione Belarra explicó que la Estrategia de Desarrollo Sostenible tendrá la «vocación de trascender a este Gobierno y que la próxima Administración la asuma como propia».
La Secretaría de Estado para la Agenda 2030 está recabando las propuestas y aportaciones de ministerios, comunidades autónomas, movimientos sociales y sector empresarial, entre otros colectivos. El proceso se extenderá durante el primer semestre de 2021 y tiene como objetivo que sea una estrategia «de país, plural y participativa».
En este sentido, Belarra explicó que el largo plazo en el que se trabaja es «razonable» porque «tenemos que alinear no solo al Gobierno de coalición, sino también al conjunto de las administraciones públicas, a las comunidades autónomas, a los entes municipales, al sector privado, a la sociedad civil y a la academia».
Aseguró que, mientras no esté lista la Estrategia, el Gobierno seguirá «haciendo cosas para cumplir» con los objetivos de la ONU. «Tiene que ser una estrategia de país», destacó.
En enero, Pablo Iglesias decía que faltaba mucho camino por recorrer. Casi un año después, la situación no ha cambiado mucho. Habrá que seguir esperando.
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