De un tiempo para acá, hay que cuidar lo que se dice. Cualquier frase, tuit o chiste entra inmediatamente en un terreno hostil y vigilado por censores de control o policías del lenguaje. Una expresión indebida conlleva acciones de rechazo, indignación y ataques, así haya sido sin la intención de ofender. Ser «políticamente correcto» se ha convertido en algo fuera de este mundo.
El cine, la música, los deportes, la educación, la industria. Una a una, las más diversas actividades de la sociedad se han enfrentado al riesgo de sufrir un juicio por no ser políticamente correcto. Y parece que nada ni nadie se escapa, ni siquiera en galaxias que están a miles de millones de años luz de la Tierra.
Espacio políticamente correcto
El asunto es tan serio que llegó hasta la NASA. El organismo aeroespacial informó hace un par de semanas que dejará de usar ciertos apodos para objetos astronómicos que se consideren racistas.
Los numerosos observatorios espaciales de la NASA recopilan imágenes impresionantes de objetos cósmicos distantes, que reciben designaciones oficiales (compuestas por siglas y números) por la Unión Astronómica Internacional. Pero a algunos objetos se les dan apodos que son menos técnicos para hacerlos más «amigables para el público», según el ente.
Estas denominaciones constituyen una suerte de mnemotecnia, que facilita la identificación de numerosos objetos celestes en función de su apariencia. Pero la NASA que debía hacer lo políticamente correcto.
Ni esquimales ni siameses
La nebulosa planetaria NGC 2392 se encuentra a cerca de 3.000 o 5.000 años luz de distancia de la Tierra. Está compuesta por dos lóbulos elípticos de materia saliendo de la estrella moribunda. Su curiosa apariencia recuerda a la cara de una persona rodeada por una capucha. Por ello, la NASA le ha dado también el nombre de «nebulosa esquimal«.
Lamentablemente, los pueblos indígenas han criticado durante años el uso de la palabra «esquimal» debido a sus raíces racistas. «Es vista como un término colonial con una historia racista, impuesto a los pueblos indígenas de las regiones árticas. Por esta razón, la mayoría de los documentos oficiales de la NASA se han alejado de su uso», afirmó la agencia espacial en una declaración del 5 de agosto, emitida por su Oficina de Diversidad e Igualdad de Oportunidades (ODEO).
Igual destino corren NGC 4567 y NGC 4568, un par de galaxias espirales que se encuentran en el Cúmulo de Virgo. La NASA dejará de emplear el término «Galaxia de los Gemelos Siameses» para referirse a estas formaciones en el futuro.
De ahora en adelante, usará solo las designaciones de la Unión Astronómica Internacional «en los casos en que los apodos sean inapropiados». No están claras en la declaración cuáles fueron las posibles críticas y discusiones que dieron pie a este cambio..
Los próximos pasos
«Apoyo nuestra reevaluación en curso de los nombres con los que nos referimos a los objetos astronómicos», dijo en el comunicado Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la NASA para misiones científicas.
«Nuestro objetivo es que todos los nombres estén alineados con nuestros valores de diversidad e inclusión, y trabajaremos de manera proactiva con la comunidad científica para ayudar a garantizarlo. La ciencia es para todos y cada faceta de nuestro trabajo debe reflejar ese valor», señaló en el comunicado.
Aún no se sabe cuáles serán los próximos pasos de la NASA para prevenir el uso de lenguaje dañino. Por ahora, está »examinando su uso de terminología no oficial para objetos cósmicos como parte de su compromiso con la diversidad, equidad e inclusión».
El sitio web de la ODEO describe programas de énfasis especial para comunidades históricamente marginadas por motivos de raza, género y orientación sexual. También dedica una página al Programa contra el acoso de la NASA.
Contra el racismo sistémico
El caso de la NASA no es el único. La Unión Geofísica Estadounidense (AGU) dijo la semana pasada en un comunicado que, que se está comprometiendo con un plan viable para combatir el racismo dentro de sus filas.
Partiendo de la declaración, «desde finales de mayo, casi todos los comités y grupos de liderazgo de la AGU han estado discutiendo cómo (…) debemos abordar juntos el racismo sistémico. Tenemos la oportunidad de liderar tanto a escala individual como institucional la manera de trabajar juntos para construir el futuro equitativo que todos imaginamos y valoramos».
En busca de consenso
Aunque el plan fue elaborado para combatir el racismo sistémico, la organización busca ir más allá. La junta directiva ha ordenado que la AGU mantenga «el compromiso con la inclusión de todos los grupos étnicos y raciales subrepresentados y con aquellos con problemas similares de discriminación y exclusión, como los miembros de nuestra comunidad LBGTQ+».
El plan estratégico ha mencionado seis «valores»: excelencia, integridad, respeto, diversidad, colaboración y educación y divulgación científica. También incluye tres objetivos estratégicos: «catalizar el descubrimiento y las soluciones a los desafíos científicos y sociales», «promover y ejemplificar una cultura científica inclusiva» y «asociarse ampliamente con otras organizaciones y sectores para abordar eficazmente los desafíos científicos y sociales». Dentro de cada uno de estos objetivos, la AGU ha nombrado una serie de acciones que pretende emprender.
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