Durante la COP26 que se lleva a cabo en Glasgow, los más de cien líderes, diplomáticos y activistas han reconocido los devastadores efectos del cambio climático. Son conscientes de que si la Tierra se sigue calentando podríamos ver a miles de especies desaparecer, aumentar el nivel del mar y los desastres naturales más devastadores. Por ahora, el camino para lograr limitar el calentamiento global es cada vez más difícil y las naciones en desarrollo serán las más afectadas.
El jueves, funcionarios de la ONU advirtieron en su informe anual sobre la Brecha de Adaptación 2021, que el mundo debe intensificar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, hay una necesidad urgente de que los países más ricos dediquen muchos más recursos (de cinco a diez veces más) a ayudar a las comunidades vulnerables a adaptarse a la inminente agitación climática. Es decir, que para mediados de siglo, las necesidades de esos países podrían alcanzar los 500.000 millones de dólares al año.
Y es que las naciones más ricas se han atrasado en su promesa de proporcionar a los países de bajos ingresos 100.000 millones de dólares por año para hacer frente a los impactos del calentamiento global y la transición a la energía limpia. En su lugar, utilizan esos fondos para reducir sus emisiones.
Corinne Le Quéré, científica climática de la Universidad de East Anglia, dijo que el Presupuesto Global de Carbono es una «verificación de la realidad». También instó a «mirar los riesgos a los ojos”, «y el riesgo de que no lo logremos es muy alto». Por tanto, hay que prepararse para mucho más, pues es necesario mitigar 1,5 grados y prepararse para 3 grados.
Los compromisos de la COP26 deben cumplirse
Hasta ahora, las promesas hechas en Glasgow son ideales para lograr los objetivos de limitar el calentamiento a 1,8 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, deben cumplirse «en su totalidad y a tiempo» según un análisis publicado el jueves por la Agencia Internacional de Energía.
Cada vez son menores los niveles dióxido de carbono que la humanidad puede permitirse para cumplir los objetivos propuestos en 2015 en el Acuerdo de París. En aquel entonces, la cuota era de 903 gigatoneladas, aproximadamente 20 años de emisiones, para evitar superar los 1,5 grados centígrados. Pero a pesar de que en 2020 los niveles bajaron por el cierre mundial que trajo la pandemia de la COVID-19, la contaminación sigue aumentando. En solo seis años, el mundo consumió la mitad de su asignación de carbono restante.
Lo más grave es que lo que bajó en la pandemia subió el doble en 2021. Y es que las emisiones de la quema de carbón y gas natural alcanzaron niveles más altos este año que en 2019, según los científicos. Especialmente por el crecimiento económico que ha tenido China este año.
Algo similar ocurrió con la India, Estados Unidos y la Unión Europea, donde se espera que las emisiones totales estén solo unos pocos puntos porcentuales por debajo de sus niveles prepandémicos.
Invertir en herramientas para frenar el calentamiento global
Para llegar a mantener las emisiones dentro de los parámetros del umbral de 1,5 grados Celsius, el mundo debe dejar de hacer promesas. En su lugar, deben comenzar inmediatamente a reducir las emisiones anuales de dióxido de carbono. Actualmente se necesitan aproximadamente 1,4 gigatoneladas.
Pierre Friedlingstein, científico climático de la Universidad de Exeter y autor principal del presupuesto de carbono dijo que la humanidad no necesariamente está condenada. No obstante, las personas deben aprender a vivir en un planeta aún más cálido. Y los gobiernos deben invertir en las herramientas que les ayuden a afrontar la situación.
Los expertos explican que si las metas se van cumpliendo tendremos que lidiar cada vez menos con desastres climáticos, lo que ayuda a no necesitar tanto presupuesto para adaptarse. Y es que ahora, millones ya están sufriendo en medio de sequías prolongadas, incendios forestales catastróficos, inundaciones crónicas y tormentas cada vez más intensas provocadas por el calentamiento global. Sin contar con que muchos están endeudados por los efectos de la pandemia.
Los países más ricos deben ser más solidarios
El gasto anual mundial en adaptación es de aproximadamente $ 46 mil millones, según la ONU, aproximadamente el 15% de lo que se gasta en «mitigación» o reducción de emisiones. “No podemos dejar a la gente sola ni desprevenida para los desastres”, dijo Harjeet Singh, quien es asesor principal de Climate Action Network International.
Representantes de países vulnerables, junto con grupos de la sociedad civil y el propio secretario general de las Naciones Unidas, han pedido a las naciones más ricas del mundo que no solo cumplan sus promesas financieras, sino que se aseguren de que la mitad de esos fondos se destinen a ayudar a las personas a adaptarse a una situación más cálida y peligrosa.
Según el grupo de negociación en la cumbre conocida como Países Menos Desarrollados las 46 naciones de ese bloque representan más de mil millones de personas, pero son responsables de menos del 1% de las emisiones globales. Es por eso que las organizaciones deben asegurarse de que el mundo desarrollado cumpla sus promesas.