Francisco exhortó a los creyentes recordar a los que en sufren el drama de la guerra. «¡Basta de guerras, basta de violencia!», clamó
El Vaticano apresuró los detalles para colocar las imágenes del pesebre y el árbol navideño que se exhiben tradicionalmente en la Plaza de San Pedro para celebrar la Natividad del Señor. El papa Francisco asistió a la inauguración de un belén con el Niño Jesús acostado sobre una keffiyeh o kufiya, el pañuelo utilizado por los palestinos como símbolo nacional.
El pontífice, en silla de ruedas, observó con detenimiento la representación del Nacimiento de Jesús y se mantuvo en silencio varios minutos. A su lado permanecían atentos cientos de personas: los artistas y artesanos de la obra, coros, invitados y fieles congregados a la celebración. Francisco pidió “recordar a los hermanos y hermanas que, allí mismo, en Belén, y en otras partes del mundo, sufren el drama de la guerra”.
«Con lágrimas en los ojos elevamos nuestra oración por la paz. ¡Basta de guerras, basta de violencias! La fábrica de armas es una de las inversiones que da más ganancias. La industria armamentística prospera en la guerra y con la muerte. Ganar por matar… ¿cómo es eso posible? ¡Basta ya de guerras! Que haya paz en todo el mundo y para todos los hombres, a quienes Dios ama”, clamó.
Francisco aludó a los representantes institucionales de Grado y de Ledro, los pequeños municipios del norte de Italia de donde proceden el belén y el abeto de 30 metros que animan la Plaza de San Pedro.
El particular belén que inauguró Francisco
La cuna cubierta con keffiyeh, que se exhibirá en el Aula Pablo VI, es uno de una serie de belenes titulados colectivamente “Natividad de Belén 2024”. Diseñados por los artistas Johny Andonia y Faten Nastas Mitwasi, ambos palestinos de Belén, según reseña Vatican News.
El belén de Grado, inaugurado por el Papa Francisco, está ambientado en la gran laguna viva. Sirve de ambiente al Nacimiento situado en el interior de un casóne. La característica construcción de caña habitada por los pescadores.
La ambientación elegida es la de los primeros años del siglo pasado, cuando aún vivían en la laguna varios centenares de habitantes de Grado. El entorno propuesto es rico en muchos detalles, como la vegetación autóctona y la avifauna local.
Es el belén de la Comunidad de Grado, realizado íntegramente por unos cuarenta voluntarios, todos profesionales, constructores de cabañas. Así como carpinteros de ribera para la creación de batele, típicas embarcaciones de pescadores. Y, por supuesto, artistas para la creación de las estatuas, la mayoría de los cuales pertenecen a diversas asociaciones dirigidas por los Portatori della Madonna di Barbana.
En cuanto a la selección del abeto de Ledro, un municipio disperso de unos 5.000 habitantes, en Trentino Alto-Adige, la custodia forestal se ajustó a las peticiones del Servicio de Jardines y Medio Ambiente del Governatorato del Vaticano. La elección se hizo respetando la sostenibilidad. Se identificaron árboles más maduros, cuya retirada representa una sustitución natural.
Sobre el gran árbol de Navidad, Francisco resaltó su “majestuosa solemnidad”. En relación con los anillos del tronco, el obispo de Roma expresó cómo estos ofrecen “una bella imagen” de la Iglesia: “pueblo y cuerpo” que difunden “la luz de Cristo”.
Una keffiyeh en la cuna del Niño Jesús
Las figuras de la sagrada familia han sido talladas en madera de olivo. El belén con el Niño Jesús recostado en una cuna recubierta de una keffiyeh ha generado sorpresa y algunas críticas en momentos de recrudecimiento del conflicto en Gaza. Es un pañuelo que se ha convertido en símbolo de la resistencia de los palestinos a la ocupación de Israel.
Encima del Nacimiento hay un panel de vidrio con la inscripción: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad a todos los pueblos” en latín y árabe. En el acto, dos niños palestinos también le entregaron a Francisco una placa con la “Estrella de Belén”.
La creación y exhibición de la placa y el pesebre fueron organizados por el Comité Presidencial Superior para Asuntos Eclesiásticos en Palestina. Un órgano de la Organización para la Liberación de Palestina. También por la embajada palestina en el Vaticano, junto con varias instituciones locales en Belén.
Junto al Papa Francisco en la inauguración del belén estuvo el miembro del comité ejecutivo de la OLP Ramzi Khouri, quien transmitió “calurosos saludos” del presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas, según The Times of Israel. Khouri también expresó “profunda gratitud por el apoyo inquebrantable del Papa a la causa palestina y sus incansables esfuerzos para poner fin a la guerra en Gaza y promover la justicia”.
El “provocativo pesebre”
La inauguración del “provocativo pesebre”, prosigue el diario, se produce después de una serie de “declaraciones del Papa sobre la guerra en curso entre Israel y varios agentes iraníes”. Extractos publicados el mes pasado de un libro de entrevistas con Francisco incluyeron un llamado del pontífice a investigar si la campaña de Israel contra el grupo terrorista Hamás en Gaza “encaja en la definición técnica” de genocidio.
El Papa se ha reunido con frecuencia con familiares de los tomados como rehenes y ha pedido repetidamente su liberación.
Sin embargo, señala el portal Enlace Judío, una carta que escribió a los católicos de Oriente Medio en el primer aniversario del ataque nunca mencionó a Hamás por su nombre. Ni hizo referencia explícita a sus atrocidades, incluidos los rehenes.
La carta también cita pasajes del Evangelio de Juan que históricamente se han utilizado para alimentar el antisemitismo religioso, dice.
El belén mostrado por el Papa Francisco también sugiere el cliché de que Jesús era palestino. Y provocó la ira de los funcionarios israelíes en 2013, cuando Mahmoud Abbas lo invocó, indicó The Times of Israel.
Nacimientos controvertidos
El belén inaugurado por Francisco no es el único que ha causado sorpresa por los materiales, diseños y mensajes implícitos. En 2016 la exhibición del nacimiento incluía un bote pesquero maltés que evocaba las penurias de los refugiados. El de 2017 expresaba obras de misericordia, entre ellos un hombre que visitaba la celda de una prisión y otro que sepultaba un cuerpo amortajado y un brazo pálido que colgaba. En 2019 unos artistas esculpieron a la Sagrada Familia, los magos, ángeles y burros en 720 toneladas de arena de playa.
En 2020 el Vaticano se inclinó en otra dirección, hasta Castelli. Una ciudad del centro-este de Italia en la región de Abruzzo, conocida por su cerámica desde hace siglos. Sus figuras parecían astronautas o extraterrestres. Algunos analistas dijeron que no entendía su significado. Los conservadores vieron en las figuras de cerámica la erosión creciente de las tradiciones de la iglesia y de las imágenes acostumbradas. “El vergonzoso pesebre de ciencia ficción del Vaticano”, decía un titular del Catholic Herald, que como muchos medios y comentaristas. “Una figura a menudo se ha descrito parecida a Darth Vader”, escribió el autor de la nota.
Francisco, que ha mostrado interés en la exploración espacial, también parece dispuesto a ir más allá en el asunto del nacimiento. En 2019 emitió un documento, Admirable Signum, en el que defendía un enfoque de más apertura para la escena de la Natividad. “Niños, —¡y adultos también!— a menudo aman agregar a los nacimientos otras figuras que no tienen conexión aparente con los relatos del Evangelio”, escribió entonces.