En su primera oración de la mañana el papa Francisco, a solas y en intimidad con Dios, le esbozó una vez más palabras de gratitud, esta vez por su cumpleaños. A él se unieron millones de feligreses en el mundo que compartieron alegrías y plegarias por su salud física y pastoral. Llegar a 86 años supone un agradecimiento mayúsculo por la larga travesía. Supone también un ruego al Santísimo, ante la gigantesca responsabilidad de conducir a la Iglesia de Jesús. El papa Francisco siempre pide que recemos por él, ha hablado de su sucesor inexistente, que en ocasiones apoda ficticiamente Juan XXIV, pero esta vez comentó que firmó su renuncia en caso de impedimento médico. Lo hizo al inicio de su pontificado en 2013.
Francisco saca a flote su decisión de hace casi diez años en ocasión de un aniversario más de vida. Sencillo, sin pretensiones, sin lujos, a Jorge Mario Bergoglio (Argentina, 17 de diciembre de 1936), le gusta ir ligero de equipaje, sin ataduras. Confió a ABC: “Yo ya he firmado mi renuncia. Era Tarcisio Bertone el secretario de Estado. Yo la firmé y le dije: ‘En caso de impedimento por cuestiones médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen’. No sé a quién se la habrá dado el cardenal Bertone, pero se la di cuando era secretario de Estado”.
“Ahora” -ríe- “alguno irá a pedírselo a Bertone: ‘¡Deme el papelito!’.
Entonces Francisco no tenía problemas en la rodilla. Ni siquiera había probado el peso de su cargo, ni se habían ventilado con tanto furor los problemas de pedofilia en sacerdotes. Ni la pandemia que hizo cerrar las puertas de los templos, incluyendo al Vaticano. Ni las persecuciones a los cristianos, ni la guerra en Ucrania que lo ha consumido.
Francisco habla de renuncia y otros asuntos
Nació en el seno de una familia católica, en el barrio porteño de Flores. Siendo el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Mario José Bergoglio y Regina María Sívori, inmigrantes italianos.
En diversas entrevistas concedidas a propósito de su cumpleaños, papa Francisco desveló su renuncia anticipada. Y reiteró su repudio a los abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia. Los calificó de monstruosidad.
«El abuso de hombres y mujeres de iglesia, abuso de autoridad, abuso de poder y abuso sexual es una monstruosidad», dijo Francisco a CNN. Afirmando que se trata de «una realidad trágica de todos los tiempos, pero también de nuestros tiempos. La diferencia es que ahora se sabe y eso está muy bien. Pero lo que no se sabe, porque se tapa todavía, es el abuso dentro de la familia» y de las barriadas.
«Una cosa muy clave es la tolerancia cero. Cero. Un sacerdote no puede seguir siendo sacerdote si es abusador. No puede actuar porque es un enfermo o un criminal. No sé. Generalmente son enfermos», resaltó. «Y a mí me duele cada caso de abuso. Me duele, pero hay que enfrentarlo».
“Veo”, adicionó, “que lamentablemente es un mal muy grande, y que ‘a poquito’ lo estamos afrontando… Estamos dando estos pasos gracias a Dios. Pero hay un punto de los abusos que para mí sigue siendo un misterio: la video-pornografía con menores, que se produce en vivo. ¿Dónde se produce? ¿En qué país? No se sabe. ¿Quién tapa todo eso? Allí habría que llamar la atención a los responsables de la sociedad. Es un grito de auxilio”.
Si la fe tambalea es porque está viva
Ante aquellos que sienten tambalear su fe por esos casos tan terribles, señaló que “es positivo que te escandalices de esto. Eso te lleva a actuar para evitarlo, a poner tu aporte. No me asusta. Si la fe se tambalea es porque está viva. Si no, no sentirías nada”.
Aunque Francisco sacó a flote su renuncia al asumir su pontificado, ya va camino a cumplir 10 años en la Santa Sede. Entre risas recordó que su elección -tras la dimisión de Benedicto XVI- lo tomó por sorpresa.
“Había sacado boleto para estar de regreso a Buenos Aires el domingo de Ramos. Estaba muy tranquilo”, contó.
¿Cómo aprendió a ser papa?, le preguntó ABC. “No sé si aprendí o no aprendí a ser papa… La historia te agarra adonde estás”.
Y comentó que extraña “no poder callejear. En Buenos Aires yo era muy libre. Usaba los medios públicos, me gustaba ver cómo se movía la gente.A mí el contacto con la gente me recarga, por eso no suprimí ninguna audiencia de los miércoles. Pero echo de menos salir a la calle porque ahora el contacto es funcional. Van ‘a ver al papa’, esa función. Cuando me veían por la calle, no sabían ni que era el cardenal”.
El 17, en su cumpleaños, recibió una gran torta (pastel) de los seminaristas de la Diócesis de Roma. También recibió decenas de felicitaciones de líderes mundiales, de conferencias episcopales y de amigos.
Renuncia anticipada de Francisco
También, de puertas para dentro, Francisco se reunió para celebrar esa fecha con un indigente italiano. Se trata de Gian Piero “Wue”, de 75 años quien en 2021 recibió el Premio Nacional de la Bondad. Debido a que las monedas que recoge o le dan de limosna las invierte en alimento para otras personas pobres. “Wue”, genovés de nacimiento, vive en un almacén prestado en la ciudad de Viarregio, en la Toscana italiana. Años atrás trabajó de cocinero en un hotel, pero tras diagnosticarle una enfermedad degenerativa se vio en necesidad de calle.
En la tarde, el papa asistió al tradicional Concierto de Navidad que, en su 30ª edición, estuvo dedicado las víctimas de la guerra en Ucrania. Conflicto que ha tenido en vilo al planeta y a Francisco. Cada día en sus Misas, e intervenciones hay una palabra para el cese de las hostilidades.
Según Vatican News, el pontífice argentino se ha referido a Ucrania en más de cien veces. En esa entrevista no fue la excepción.
«Lo que está ocurriendo en Ucrania es aterrador. La crueldad es enorme. Es muy grave…». Para Francisco no hay «un final a corto plazo a la vista»: «Esto es», dice, «una guerra mundial. No lo olvidemos. Ya hay varias manos implicadas en la guerra. Es global. Creo que una guerra se libra cuando un imperio empieza a debilitarse y cuando hay armas que utilizar, vender y probar. Me parece que hay muchos intereses en juego».
Y añade con congoja: «Hago lo que puedo. No escuchan», responde. Y añade: «Esto es lo que denuncio continuamente». El papa confirma que recibe y escucha a todos. «Ahora Volodymir Zelensky me ha enviado por tercera vez a uno de sus consejeros religiosos. Estoy en contacto, recibo, ayudo…”.
El diálogo, el diálogo
Francisco confió que a los inicios de su pontificado, entregó su renuncia anticipada en caso de impedimento médico. Pero desde entonces ha tenido mucho trabajo y preocupaciones. Una de ellas, la guerra en Ucrania
La labor del papa se mueve en sincronía con la realizada a nivel diplomático por la Santa Sede. En este sentido, los analistas se preguntan por qué el Vaticano es tan cauto a la hora de pronunciarse contra regímenes totalitarios como el de Ortega en Nicaragua o Maduro en Venezuela. «La Santa Sede siempre intenta salvar a los pueblos. Su arma es el diálogo y la diplomacia», insiste Francisco, según Vatican News. «La Santa Sede nunca va sola. Se expulsa. Siempre intenta salvar las relaciones diplomáticas y salvar lo que puede salvarse con paciencia y diálogo».