Los países petroleros del Golfo Pérsico están girando no solo su mirada hacia las energías renovables, también sus proyectos y planes de inversión para alcanzar la descarbonización. Con niveles de irradiación solar entre los más altos del mundo, estas naciones tienen amplios recursos solares y desarrollos en marcha que apuntan a ser los más grandes del mundo.
Arabia Saudí, Kuwait, Baréin, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos y Omán, los seis países del Consejo de Cooperación del Golfo, albergan casi un tercio de las reservas globales de petróleo y aproximadamente una quinta parte de las reservas de gas natural.
Como una estrategia para la mitigación efectiva del cambio climático, los estados del CCG se ven como pioneros de la economía del hidrógeno y anuncian planes ambiciosos para suministrar el combustible ecológico y bajo en carbono a Europa y la región de Asia-Pacífico. Los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, las potencias en combustibles fósiles, se comprometen a emisiones netas de gases de efecto invernadero cero para 2050 y 2060.
Lograr este importante objetivo requerirá una hoja de ruta que incluye las renovables eólicas y fotovoltaicas, también el hidrógeno. Este, como portador de energía, puede tener un papel clave en la descarbonización exitosa de los sectores más difíciles, como el transporte marítimo, la aviación, el acero y productos químicos.
Reemplazar una parte de los combustibles fósiles con hidrógeno sería un gran paso en la reducción de emisiones de efecto invernadero que establece el Acuerdo de París, el tratado internacional de 2015 que cubre la mitigación, financiación y adaptación al cambio climático.
La descarbonización de los países del Golfo
La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) proyecta que el hidrógeno podría cubrir el 12% del uso mundial de energía para 2050. El 30% del hidrógeno podría comercializarse internacionalmente en el mismo cronograma.
Mirando al futuro, los países del Golfo exploran formas de diversificar sus economías y de descarbonización. Una es la producción de hidrógeno azul utilizando sus vastas reservas de combustibles fósiles. Arabia Saudí, por ejemplo, planea expandirse hacia otras formas aún más limpias, como el hidrógeno verde que se produce mediante el uso de energía renovable a partir del agua.
El Proyecto de Hidrógeno Verde NEOM, que se pondría en marcha en 2026, será la planta de hidrógeno verde más grande del mundo. Alimentada completamente por energías renovables, tendrá una capacidad de producción de 650 toneladas de hidrógeno por día. Lo desarrolla ACWA Power, el operador de energía saudita .
Además, Arabia Saudí sigue desarrollando un programa de energía nuclear limpia y segura de acuerdo con las regulaciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica. También impulsará la producción de hidrógeno rosa, informó el Ministro de Energía de Arabia Saudita, el príncipe Abdulaziz bin Salman, en el Foro Económico Mundial en Davos. El hidrógeno rosa se produce por electrólisis usando energía nuclear.
El príncipe Abdulaziz ha firmado varios memorandos de entendimiento sobre el uso del transporte público impulsado por pilas de combustible de hidrógeno. Asimismo, IRENA se unió a catorce empresas globales para establecer una alianza con el objetivo descarbonizar las industrias y ayudar a los países a lograr objetivos cero netos.
Diversificar el mix energético
La Alianza para la Descarbonización de la Industria se presentó durante el Foro de Inversión sobre Transiciones Energéticas de IRENA en Bali, Indonesia, a principios de septiembre. “Esta alianza representa el creciente compromiso de la industria global con la descarbonización. Igualmente, desbloquear oportunidades que vienen con una industrialización verde a través de renovables y otras tecnologías vinculadas con la transición, como el hidrógeno verde”, dijo Francesco La Camera, director de la agencia.
“Al unirnos, enviamos una señal clara de solidaridad antes de la cumbre climática COP27, en Egipto. Invitamos a unirse a nuestra visión común”, agregó. En esa cita climática se realizará la primera reunión de la alianza. Los miembros del grupo incluyen a Taqa de Abu Dhabi, Enel Green Power de Italia, Taqa Arabia de Egipto, Eni y Technip Energies.
Al impulso del hidrógeno lo acompañan otras alternativas. Arabia Saudí adjudicó proyectos de energía solar con una capacidad total de 1 GW. El mayor exportador de petróleo del mundo trata de diversificar su mix energético, alejarse de los hidrocarburos y alcanzar la descarbonización.
La planta solar fotovoltaica de Sudair es el primer proyecto del programa de energías renovables del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí. La instalación es propiedad de los gigantes energéticos ACWA Power y Aramco, así como del holding eléctrico Badeel.
El reino tiene previsto abandonar la generación de electricidad a partir del petróleo. Igualmente, aumentar la proporción de gas y energías renovables en su mix energético hasta el 50% en 2030.