El Banco de España exige, sin medias tintas, a empresarios y trabajadores acordar “un pacto de rentas” que impone sacrificios para las partes, como una manera de preservar los empleos y reducir la alta tasa de inflación. El gobernador de la institución afirmó que, una vez asumida esa propuesta, “todos acabarán ganando en el medio plazo. Pero en el que todos han de asumir una pérdida en el corto plazo”.
Pablo Hernández de Cos, consciente de la urgencia de la medida, inició una ronda de conversaciones con los partidos políticos representados en el parlamento. El llamado “pacto de rentas” surge en medio de un contexto económico excepcional. Explicó el banquero que las economías globales transitaron un terrible descenso a raíz de la pandemia. En 2021, cada país a su ritmo y bajo condiciones determinadas por las variantes del virus, recobraron vigor. Incluso, algunas alcanzaron los niveles previos a la crisis sanitaria. Pero la guerra de Rusia contra Ucrania, es un elemento “perturbador”.
“La extraordinaria incertidumbre generada por la invasión de Ucrania obliga a una respuesta decidida de las políticas económicas. Y una acción prudente y flexible de la política monetaria”, dijo Hernández de Cos.
Adicionó que la ofensiva militar de Putin y las sanciones económicas de las autoridades occidentales sin precedentes a Moscú, suponen una nueva perturbación. De elevada trascendencia y con consecuencias adversas en términos de un peor desempeño de la actividad económica y un aumento de las presiones inflacionistas. En virtud de los aumentos de precios de la energía (petróleo y gas) y otras materias primas. Así como el encarecimiento de productos y de la cadena de suministros.
En ese sentido, comentó, resulta crucial evitar que se desencadene una espiral inflacionaria. Esto puede lograrse a través de un pacto de rentas entre empresas y trabajadores.
Banco de España exige un pacto de rentas
El “pacto de rentas” que plantea el Banco de España, consiste en limitar los aumentos salariales y los márgenes de beneficios empresariales. Esto, con vista a preservar el empleo y frenar la inflación. Dentro de una rápida escalada de los precios y el avance de los problemas de abastecimiento que está generando el conflicto en toda Europa.
En un desayuno de trabajo organizado por Hill & Knowlton, el gobernador del Banco de España explicó que la actual situación “exige acordar un pacto de rentas entre trabajadores y empresarios. En ese acuerdo todos acabarán ganando en el medio plazo, pero en el que todos han de asumir una pérdida en el corto plazo”.
Según Hernández de Cos, la receta a aplicar, consta de muchas medidas y de diferentes ámbitos. Entre ellas destaca el “reparto” de la merma de rentas de la economía española frente al mundo por aumento de costes derivados de la espiral inflacionista. Y los problemas energéticos y de abastecimiento que ya causa la guerra en Ucrania.
De tal manera que todos los agentes económicos asuman una parte de las pérdidas que se produzcan. “Ni los trabajadores podrán mantener su poder adquisitivo en el corto plazo. Ni las empresas serán capaces de mantener sus márgenes”, confió el economista.
La propuesta del “reparto” busca equidad entre las partes. Sin que recaiga el mayor peso en el empleador o en el empleado, produciendo desajustes. Señaló que tal vez ese pacto se estaría produciendo de manera tácita en el mercado laboral y productivo.
“Es indudable”, añadió, que los trabajadores están perdiendo poder adquisitivo. El incremento salarial medio pactado en los convenios firmados este año es del 2,3% frente a una inflación del 7,6% en febrero. Igualmente las empresas no están trasladando los altos costes a la fijación de precios.
Reparto equitativo de cargas
La propuesta del Banco de España de impulsar un pacto de rentas, incluye otros aspectos, que deberán contar con el apoyo político para su aplicación. El gobernador de la entidad manifestó que también sería deseable que se eviten fórmulas de indiciación automática de los salarios a la inflación pasada o de cláusulas de salvaguardia.
Un incremento o generalización de estas cláusulas elevaría significativamente el riesgo de que se materializara una eventual espiral de incrementos salarios-precios. De acuerdo con la última información disponible, casi el 30 % de los trabajadores con convenio registrado hasta febrero 2022 tienen algún tipo de cláusula de garantía salarial. Relaciona los incrementos finales pactados en 2022 a la evolución de la inflación. Este porcentaje es superior al que se observaba a finales de 2021, del 17%.
Además, precisó, sería deseable que un eventual pacto de rentas contemplara compromisos plurianuales tanto en lo relativo a los ajustes salariales como a la protección del empleo. En un contexto tan incierto como el actual, la posibilidad de alcanzar estos compromisos aportaría una gran certidumbre a los hogares. También a las empresas a la hora de tomar sus decisiones de gasto e inversión.
Estos planteamientos sobre la evolución salarial deberían acompañarse con compromisos explícitos de “moderación de los márgenes empresariales”, indicó el banquero. Solo de esta manera se puede asegurar que la moderación salarial se traslada de forma efectiva a la competitividad empresarial. A la vez que se limita la traslación de los aumentos de los costes de los insumos energéticos al resto de bienes y servicios de la economía
Enfatizó la necesidad de “alcanzar consensos”. De eso dependerá el empleo y la competitividad de la economía española en los próximos años.
Escenarios que se ajustan a la duración del conflicto
Palabras como “perturbación”, incertidumbre, “desconcierto” se escucharon a lo largo de la exposición del gobernador del Banco de España, al explicar los alcances de lo que llamó el pacto de las rentas.
La invasión rusa a Ucrania ha descuadrado los planes nacionales y de la UE de recuperación económica. “En cuanto a la magnitud del impacto sobre la actividad y los precios, las estimaciones disponibles están sometidas a una incertidumbre extraordinaria”, dijo Hernández de Cos.
Como ilustración, el Banco de Central Europeo publicó sus últimas previsiones macroeconómicas la semana pasada. Para tratar de captar el impacto de la guerra en Ucrania, el BCE contempla tres escenarios alternativos con supuestos distintos sobre la severidad y duración del conflicto. Sobre los mercados financieros, los precios de los inputs energéticos y las cadenas globales de valor.
Los escenarios son: crecimiento del PIB en el área del euro en 2022 se reduciría, con respecto a las previsiones realizadas en diciembre de 2021, entre 0,5 puntos porcentuales (hasta el 3,7%) y 1,9 pp (hasta el 2,3%).
Por tanto, la tasa de inflación media en 2022 se incrementaría, en relación con las previsiones de diciembre, entre 1,9 pp (hasta el 5,1%) y 3,9 (hasta el 7,1%).