Por Andrés Tovar
21/04/2017
«Nuestra carrera final para acabar con el SIDA acaba de comenzar».
Esta fue la sentencia de Michel Sidibe, director ejecutivo de ONUSIDA, en un reciente informe de la ONU que reveló que 19,5 millones de personas con VIH tienen ahora acceso a la terapia antirretroviral.
Eso significa que por primera vez en la historia, más de la mitad de las personas que viven con el VIH están siendo adecuadamente medicadas.
Desde 2005, las muertes relacionadas con el SIDA se han reducido a la mitad y las nuevas infecciones en África oriental y meridional han disminuido casi un tercio, según el informe.
El progreso es impresionante, pero de acuerdo con Sophie Harman, una conferencista especializada en políticas de salud mundial de la Universidad Queen Mary en Londres, no es lo suficientemente bueno.
«Cuando piensas en el dinero que se ha gastado en el SIDA, podría haber sido mejor», señaló Harman a AP.
Aunque decir que el 50% de las personas con VIH que reciben terapia antirretroviral ya es un gran hito, Haram y otros que trabajan con ONUSIDA esperaban que para 2017 estarían más cerca de su objetivo de 90%.
Sida: 90+90+90
Para 2020, el objetivo del ONUSIDA es que el 90% de las personas que viven con VIH conozcan su condición y el 90% de las personas que conocen su estado reciban tratamiento, y por lo tanto el 90% de las personas que reciben terapia antirretroviral deben haber suprimido virtualmente el virus.
Este plan es conocido como el «objetivo 90-90-90«, pero depende en gran medida de la ayuda externa.
«La solidaridad global y la responsabilidad compartida han impulsado el éxito que hemos logrado hasta ahora», dice Sidibe en el informe. «Sin más inversiones internas y asistencia internacional, no podemos presionar más rápido en el Fast-Track -como también se le conoce al plan de la ONUSIDA- y más personas se infectarán con el VIH y las vidas se perderán».
La postura de Sidibe, sin mencionarlo, es una respuesta al presidente estadounidense Donald Trump, quien ha manifestado que tiene entre sus planes recortar fondos para las principales organizaciones de VIH/SIDA.
La propuesta de presupuesto de Trump para 2018 planea reducir los programas de prevención del VIH del Centro para el Control de Enfermedades estadounidense en 149 millones de dólares, además de eliminar por completo otros programas importantes de prevención e investigación del VIH.
Michael Ruppal, director ejecutivo de The AIDS Institute, dijo que los recortes propuestos «retrocederán el reloj, resultando en más nuevas infecciones, menos pacientes recibiendo atención y, en última instancia, más sufrimiento de enfermedades prevenibles y tratables».
«La propuesta del Presidente Trump de eliminar o reducir drásticamente muchos de estos programas aumentará las disparidades raciales y socioeconómicas que observamos en las comunidades afectadas de manera desproporcionada por el VIH / SIDA. Este presupuesto dañará a los más vulnerables», afirma.