De la variante Delta se sabe que es altamente transmisible y que mantiene en jaque los esfuerzos por controlar los altos niveles de contagio. Aunque algunas de las grandes farmacéuticas aseguran que sus vacunas son protectoras ante esa nueva cepa, existen algunas interrogantes. Un estudio de la Universidad de Oxford explica que las personas pueden contagiarse con la variante Delta, a pesar de contar con las dos dosis, mientras su carga viral es alta.
Delta ya se encuentra en al menos cien países, gana espacios y desplaza a sus antecesoras Alpha, Gamma y Beta. Después de que la variante atravesó la India con una velocidad alarmante entre abril y mayo, se muestra con más probabilidades que otras, de propagarse a través de personas vacunadas. ¿Cómo puede hacerlo?
Una investigación de la Universidad de Oxford señala que las personas que se infectan con la variante Delta, a pesar de haber recibido la pauta completa, tienen una carga viral similar a los contagiados que no se han vacunado. Además, advierte que la eficacia de las vacunas contra la COVID-19 disminuye al tropezarse con esa mutación.
El informe indica que la protección que ofrece cualquiera de las vacunas Pfizer-BioNTech o AstraZeneca, contra la variante Delta, ahora prevalente, se debilita en tres meses. Observa también que quienes se infectan después de recibir las dosis completas de Pfizer-BioNTech o AstraZeneca pueden tener un mayor riesgo que frente a otras variantes del coronavirus.
«Con Delta, las infecciones que ocurrieron después de dos vacunaciones tuvieron una carga viral máxima similar a las de las personas no vacunadas», sostiene el estudio, que aún no ha sido revisado por pares.
La carga viral se refiere a la cantidad de personas infectadas con coronavirus que la transportan. Y por lo tanto, lo «desprenden» o liberan al medio ambiente potenciando a otras personas.
Los alcances de la variante Delta, según Oxford
El estudio de la Universidad de Oxford sobre la variante Delta se basó en más de 3 millones de pruebas tomadas en Gran Bretaña. Detectó que 90 días después de una segunda dosis de la vacuna Pfizer o Astrazeneca, su eficacia en la prevención de infecciones se había reducido al 75% y 61% respectivamente. Cuando antes era del 85% y del 68%, respectivamente, reseña ABC. La disminución de la eficacia fue más pronunciada entre los mayores de 35 años que entre los menores de esa edad.
“Ambas vacunas, en dos dosis, siguen funcionando muy bien contra Delta. Cuando comienzas con unos niveles de protección muy altos, tienes un largo camino por recorrer”, dijo Sarah Walker, profesora de estadística médica de Oxford. La investigadora principal no participó en el trabajo sobre la vacuna de AstraZeneca, que inicialmente fue desarrollada por expertos en inmunología en esa universidad.
Los investigadores no estudiaron cuánto más disminuiría la protección con el tiempo, pero sugirieron que la eficacia de las dos vacunas estudiadas convergería dentro de los 4 a 5 meses posteriores a la segunda inyección.
Igualmente los datos utilizados para el estudio no muestran la probabilidad de que una persona completamente vacunada con la variante Delta pueda transmitir la infección a otra persona. En comparación con una persona no vacunada con el virus. Pero las altas cargas virales encontradas en la investigación son un fuerte indicador de que los riesgos de transmisión tanto de personas vacunadas como no vacunadas con Delta podrían ser similares.
La vacunación no debe eliminar la precaución
Los hallazgos del estudio de Oxford sobre la variante Delta podrían tener implicaciones para los formuladores de políticas. Estos líderes han apostado por vacunar a una gran proporción de una población. En el entendido de que protegerán a las personas que no pueden o no se vacunarán mediante la reducción de las transmisiones.
«El hecho de que (las personas completamente vacunadas) puedan tener altos niveles de virus sugiere que aquellas que aún no lo están puedan no estar tan protegidas de la variante Delta como esperábamos», dijo Walker.
Sin embargo, el mensaje de Walker y su equipo en Oxford fue claro respecto a la variante Delta. La vacunación sigue siendo la mejor manera de protegerse contra las infecciones. Y ciertamente, contra enfermedades graves u hospitalizaciones con la COVID-19, incluida la variante Delta.
Ninguna de las vacunas contra el coronavirus aprobadas para su uso en EE UU el Reino Unido hasta ahora elimina el riesgo de infección Pero todas reducen ese riesgo entre un 70% y un 90%, y han demostrado ser mucho más potentes para prevenir hospitalizaciones y muertes.
Otro estudio precisa que las vacunas COVID-19 protegen contra su gravedad y muerte. Pero los datos sobre la transmisión Delta muestran que «las personas que están vacunadas aún deben tomar precauciones», manifestó David O’Connor, de la Universidad de Wisconsin-Madison.
El virólogo mencionó un informe de agosto de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE UU. Mostró que casi tres cuartas partes de los casos de COVID-19 que ocurrieron en Massachusetts fueron en personas vacunadas. Tanto las inmunizadas como las que no tenían altas cargas virales. Y de 133 muestras secuenciadas, el 90% se identificaron como Delta.
Los hallazgos llevaron a los CDC a actualizar su reporte. Y una vez más recomendar que las personas en áreas de alta transmisión usen máscaras en interiores.