El penalista Juan Gonzalo Ospina ha logrado en los últimos días un vuelco en la intención de voto y su candidatura ya es la favorita en todas las encuestas a las elecciones al Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), una institución que, pese a representar a 77.000 abogados y manejar un presupuesto de 30 millones de euros, se ha visto incapaz de solucionar los problemas endémicos que afectan a la profesión, anclada en el continuismo y la irrelevancia. Al frente de la plataforma Ahora Abogacía, Ospina pretende recuperar el respeto a la profesión e impulsar una abogacía escuchada, unida y útil.
Juan Gonzalo Ospina (Bogotá, Colombia, 1986) es licenciado en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de Comillas y Máster en Derechos Fundamentales por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Es el fundador de la Asociación de Jóvenes Abogados en Movimiento en 2013, presidente de AJA (Agrupación de Jóvenes Abogados) entre 2013 y 2017.
Desde el año 2018, Ospina es diputado quinto de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, siendo el diputado más joven desde la creación de este colegio profesional en 1596.
En la presentación oficial de su candidatura, Ospina hizo un llamamiento a la unidad para “construir juntos la profesión que merecemos” pidiendo recuperar el espíritu del decano Pedrol Rius para que “la abogacía vuelva a recuperar la ilusión del ejercicio profesional. De avanzar mirando al futuro con la ilusión de aceptar y liderar los cambios”, expuso.
El aspirante a decano alabó su candidatura, de la que dijo “tenemos al mejor equipo posible” para “construir y llevar adelante la transformación que requiere nuestra institución”, poniendo el acento en la digitalización, la inteligencia artificial, las políticas de igualdad y diversidad, o la internacionalización de la profesión.
Ospina hizo fuerza de su edad, reivindicando que “esta candidatura es la candidatura de nuestra generación, la generación del siglo XXI”, avisando que “nuestra generación no discrimina por la diferencia de edad”. El candidato se refirió a otras candidaturas que dan por ganadas las elecciones recordándoles que estas “no son unas elecciones convencionales, de amigos y despachos, estas son las elecciones de la abogacía en mayúsculas… una profesión que tiene diferentes realidades y sensibilidades, pero que unida nos hacen más fuertes”.
“Estas elecciones van de unir a nuestro colectivo, porque una abogacía dividida, una abogacía sin voz y sin voto, es una abogacía que pasa a la indiferencia convirtiéndose en el mejor aliado para la impunidad del más fuerte”, concluyó el candidato para acabar pidiendo la movilización y el voto para su candidatura el 20 de diciembre.
Las líneas del programa Ahora Abogacía
“Juango Ospina me ha encargado que me ocupe de ayudar a encarar desde la biblioteca el futuro de la abogacía en la IV Revolución Industrial”, refería el profesor Felipe Debasa en la presentación de la plataforma Ahora Abogacía, dando pinceladas del elemento innovador que esta candidatura quiere suponer para la abogacía madrileña mediante un programa elaborado durante seis meses con las aportaciones de 1.000 abogados.
En materia tecnológica también reclamaba Jesús Andújar: “Vamos a implantar una aplicación que facilite el cambio de guardias”, referente al Turno de Oficio, para quienes también adelanta “medidas que tendrán como objetivo el lograr una mejora sustancial de los baremos, así como dotar a los mismos de una cobertura integral en materia de responsabilidad civil en caso de siniestro”.
Marién Ramos pidió el voto que se considera clave en estas elecciones, el de los jóvenes abogados, recordando que “somos el relevo inexorable, merecemos voz y voto en nuestro colegio” y por ello se compromete a “reforzar el gran trabajo de AJA Madrid”.
El denominado Observatorio de la Justicia o “hacer del ICAM un ejemplo de transparencia, y créanme cuando les digo que ese reto ya lo tengo proyectado”, son las propuestas defendidas por Yolanda López-Casero y Adal Salamanca respectivamente.
“Es necesario que las Secciones sean más democráticas en la elección de sus presidentes, más independientes en su gestión, autónomas presupuestariamente, y que formen parte del comité de dirección del Colegio”, pedía Sergio García-Valle, mientras que José Ignacio Vega realizaba el compromiso personal con esta candidatura de aportar su amplia experiencia profesional en el ámbito del sector público.
El reto de la digitalización del ICAM, y del más que reclamado voto electrónico, recaerá sobre la socia de Auren Abogados Pilar Sánchez-Bleda. Mientras que los principios que rigen un Colegio como “garante y primer defensor de la defensa” es la promesa electoral de Juan Ramón Montero.
La destacada experiencia de Eva Serrano será pieza clave para los programas de servicios y ayuda al emprendimiento que quieren poner en funcionamiento, así como Diego Solana será la palanca del cambio en materia de sostenibilidad. Silvia Madrid, candidata a vicedecana, aplica una visión por “crear un ICAM moderno y dinámico, con propuestas eficaces de transparencia, digitalización, conciliación y para devolver a los abogados el respeto a nuestra profesión”. Propone crear espacios y foros de networking o elaborar un directorio de abogados con especialidades, para que tanto clientes como los mismos abogados sepan a quién dirigirse, amén de las más que demandadas medidas de conciliación para madres y padres.