«Cualquier trabajo que rastree el origen del virus debe ser estrictamente controlado». El Gobierno de China está apretando los controles a las investigaciones que buscan el origen de la COVID-19. El objetivo de la directriz gubernamental enviadas a universidades es proteger la narrativa y actuación de las autoridades frente a la pandemia.
La Universidad de Fudan en Shanghái y la Universidad de Geociencia China de Wuhan publicaron la directiva en su respectivos sitios web. Periodistas de CNN rastrearon el origen del documento llamando a un número de contacto del Departamento de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación.
La respuesta que recibieron fue: «No debió hacerse público, es un documento interno». La persona se negó a identificarse. Poco después la notificación desapareció de los sitios web de ambas universidades.
El origen de la COVID-19, un asunto delicado
Hay opiniones encontradas frente a cómo se originó el virus SARS-CoV-2. Científicos de la propia China y de Occidente apuntan a la hipótesis de que el virus se originó en los murciélagos. De los murciélagos saltó a un huésped intermedio –que algunas investigaciones identifican con el pangolín, un mamífero placentario víctima del tráfico ilegal de especies– y desde el pangolín a los humanos.
CNN considera que frente a esta hipótesis la maquinaria oficial china y los medios de comunicación oficiales enfatizan que no hay evidencia concluyente sobre el origen exacto de la enfermedad.
Hace un mes un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores promovía a través de Twitter una teoría conspiratoria: El origen del virus es Estados Unidos y lo trasladaron a China militares estadounidenses.
Políticamente sensible
Un experto chino en salud global señala que «el origen de la COVID-19 se ha convertido en un asunto políticamente sensible en China», por lo que no es raro que el gobierno quiera controlar todas las investigaciones relativas al origen del virus. El objetivo del Gobierno chino es que la narrativa oficial y su respuesta frente al brote no se vean afectadas.
La editora de una publicación médica china señala que todos los documentos de investigación sobre el nuevo coronavirus pasan por tres niveles de verificación antes de ser públicos. Mientras que una fuente anónima señala que con las nuevas restricciones cualquier investigación que contradiga la narrativa oficial «será suprimida por Pekín».
La directiva del Ministerio de Educación dice: «Los trabajos académicos sobre el rastreo del origen del virus deben ser estrictamente gestionados». La aprobación de las investigaciones depende en primera instancia de los comités académicos de las universidades.
Luego se envían al Departamento de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación y de allí, a un grupo de trabajo bajo la supervisión del Consejo de Estado. Luego de que las universidades tienen las observaciones del grupo de trabajo pueden enviarlas a las revistas.
Otros documentos de investigación sobre la COVID-19 –es decir, aquellos que no sean relativos al origen de la enfermedad– también están sujetos a supervisión. El grupo de trabajo tiene la tarea de evaluar el «valor académico» y el «momento correcto» para la publicación de las investigaciones.
Ensayos clínicos de dos posibles vacunas
Las investigaciones en China continúan no solo para desvelar u ocultar el origen de la COVID-19, sino también para encontrar una vacuna. Medios oficiales chinos informaron del comienzo de dos ensayos clínicos en humanos para el diseño de dos posibles vacunas contra el SARS-CoV-2.
Una se desarrolla en el Instituto de Virología de Wuhan de manera conjunta con la empresa Sinopharm, cuenta con la financiación del Ministerio de Ciencia y Tecnología de China y se probará en 1.396 voluntarios de la provincia de Henan. La segunda es producto de la investigación de Sinovac Research & Development con otras empresas.
Se estima que las dos primeras fases de prueba de la vacuna se extiendan hasta noviembre de 2021.
Las esperanzas sobre una posible vacuna contra el SARS-CoV-2 deben prolongarse al largo plazo. Los expertos recalcan que solo el diseño toma de 12 a 18 meses.
Las certezas sobre el origen de la COVID-19 podrían verse obstaculizadas por las directrices del Gobierno chino en aras de mantener su reputación doméstica e internacional.
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