Más de una cuarta parte la población adulta del mundo -unas 1.400 millones de personas- hace muy poco ejercicio, según un estudio liderado por la Organización Mundial de la Salud.
Esto expone, según la OMS, a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, demencia y cáncer.
En 2016, cerca de una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro hombres en todo el mundo no alcanzaban los niveles recomendados de actividad física para mantenerse saludables. La recomendación es al menos 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de actividad vigorosa a la semana.
No ha habido una mejoría en los niveles globales de actividad física desde 2001. El estudio fue realizado por investigadores de la Organización Mundial de la Salud y publicado el martes en The Lancet Global Health.
Las tasas más altas de falta de ejercicio en 2016 se presentaron en adultos en Kuwait, Samoa Americana, Arabia Saudita e Irak, donde más de la mitad de todos los adultos no realizaban la actividad suficiente para proteger su salud.
En comparación, cerca de un 40 por ciento de los adultos en Estados Unidos, un 36 por ciento en Reino Unido y un 14 por ciento en China hacían poco ejercicio para mantenerse saludables.
La inactividad física aumenta en los países más ricos
«A diferencia de otros grandes riesgos globales para la salud, los niveles de actividad física insuficiente no están disminuyendo en el mundo en promedio. Más de un cuarto de todos los adultos no alcanza los niveles recomendados de actividad física para mantener una buena salud«, dijo Regina Guthold de la OMS, una de los líderes de la investigación.
La Organización Mundial de la Salud dice que la actividad física insuficiente es uno de los principales factores de muerte prematura en todo el mundo. Esta carencia incrementa el riesgo de enfermedades no transmisibles (ENT) como la enfermedad cardiovascular, el cáncer y la diabetes.
Al volverse más activas, dijo, las personas pueden lograr fácilmente beneficios como un mejor estado de salud muscular y cardio-respiratorio. Asimismo mejor salud ósea, control de peso y un menor riesgo de hipertensión, cardiopatías, ataques de apoplejía, diabetes depresión y varios tipos de cáncer.
El estudio halló que los bajos niveles de actividad física fueron más del doble en países de altos ingresos en comparación a países más pobres. En los más ricos desde 2001 al 2016 se había incrementado un 5 por ciento.
No confundir actividad física con ejercicio
La Organización Mundial de la Salud señala que se considera actividad física cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía.
“Se ha observado que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el mundo). Además, se estima que la inactividad física es la causa principal de aproximadamente un 21%-25% de los cánceres de mama y de colon, el 27% de los casos de diabetes y aproximadamente el 30% de la carga de cardiopatía isquémica”, señala la OMS en su página web.
Un nivel adecuado de actividad física regular en los adultos reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer de mama y de colon, depresión y caídas.
También mejora la salud ósea y funcional, y es un determinante clave del gasto energético. Es fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso.
La «actividad física» no debe confundirse con el «ejercicio». Este es una variedad de actividad física planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo relacionado con la mejora o el mantenimiento de uno o más componentes de la aptitud física.
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