Las autoridades rusas presentaron un cargo de “alta traición” contra el político de la oposición y periodista, Vladimir Kara-Murza. En un intento flagrante de sofocar cualquier crítica al Kremlin y disuadir el contacto con la comunidad internacional.
Al opositor ruso, encarcelado en Moscú desde abril, lo investigan por “alta traición”. Los últimos cargos contra Kara-Murza se derivan de acusaciones de “cooperación de larga data con un Estado de la OTAN”, según la agencia Tass.
La nueva redacción del Código Penal, en su artículo 275 establece responsabilidad penal por divulgar información que constituya un secreto de Estado a un Estado extranjero, ponerse del lado del enemigo o proporcionar asistencia financiera, material y técnica, consultoría u otro tipo a un Estado extranjero. La pena es de hasta 20 años de prisión.
Kara-Mourza había sido objeto de otras dos causas penales. En abril, fue detenido en Moscú luego de haber criticado duramente la ofensiva en Ucrania, en particular en las redes sociales. Lo acusaron de «difundir información falsa» sobre el Ejército ruso, un delito castigado con diez años de prisión. Mientras tanto, manifestantes salen a las calles a exigir libertades, pese a la represión de las fuerzas de seguridad.
Luego, en agosto, durante su encarcelamiento, fue acusado también de haber trabajado para una organización designada «indeseable» en Rusia, organizando en 2021 en Moscú una conferencia sobre los presos políticos.
Kara-Mourza, de 41 años de edad, es una de las últimas figuras de la oposición rusa que aún se encuentran en el país. Y ahora corre el riesgo de una sentencia adicional de hasta 20 años si es condenado por alta traición.
Cargos de “alta traición” a opositor ruso
Vadim Prokhoro es el abogado del opositor ruso. «Nuestro cliente ha sido acusado de hablar y criticar a las autoridades rusas en tres ocasiones en actos públicos en Lisboa, Helsinki y Washington. Estos discursos no amenazaban (a Rusia) de ninguna manera, eran críticas públicas», dijo.
Kara-Mourza es periodista y era un amigo del opositor Boris Nemtsov, asesinado cerca del Kremlin en 2015. Y también trabajó con la organización de Mijaíl Jodorkovski, exoligarca que se convirtió en detractor en el exilio de Vladimir Putin.
Horas antes de su detención, en abril, Kara-Murza apareció en CNN donde describió al Kremlin como un “régimen de asesinos”.
En 2015 y 2017, el opositor cayó en dos comas después de mostrar síntomas que los médicos dijeron que eran consistentes con el envenenamiento. Caso similar al del líder opositor Alexei Navalny. Ahora en prisión desde 2021. Entonces Vladimir dijo que los presuntos envenenamientos fueron en represalia por sus esfuerzos para que se impusieran sanciones contra funcionarios rusos acusados de abusos contra los derechos humanos.
Posteriormente, Kara-Murza fue calificado como agente extranjero en Rusia, una etiqueta restrictiva utilizada para designar lo que las autoridades consideran organizaciones e individuos financiados con fondos extranjeros.
El último cargo de Kara-Murza es el segundo caso de traición de alto perfil en Rusia este año. El mes pasado, un tribunal condenó al periodista Ivan Safronov a 22 años de prisión por cargos de traición. Una sentencia récord que fue ampliamente vista como un golpe contra el periodismo independiente en Rusia.
Represión a la disidencia
Las autoridades del Kremlin presentaron un cargo de alta traición contra el opositor ruso. “Vladimir Kara-Murza es un antiguo defensor de los valores democráticos y ha sido un opositor vocal de Vladimir Putin y la guerra de Rusia contra Ucrania”, dijo Hugh Williamson, director para Europa y Asia Central de Human Rights Watch.
Añadió que es dolorosamente obvio que el Kremlin ve a Kara-Murza como una amenaza directa e inminente. «Los cargos en su contra y su detención prolongada son una parodia de la justicia. Las autoridades rusas deben liberarlo”, reclamó.
Kara-Murza ha pedido sanciones contra el Kremlin y ha hablado en persona ante organismos políticos nacionales en toda Europa y en EE UU. También otros foros internacionales e intergubernamentales, incluso en la ONU. Fue una figura clave que abogó por la Ley Magnitsky de EE UU que dio lugar al régimen de sanciones Global Magnitsky por violaciones graves de derechos humanos.
Desde que comenzó la invasión a gran escala de Ucrania, las autoridades rusas han acentuado la represión. En marzo, criminalizaron los pedidos de sanciones contra Rusia y luego, en julio, la “cooperación confidencial” con Estados extranjeros, organizaciones internacionales y los llamados públicos a la acción “en contra de los intereses nacionales”. Estas nuevas disposiciones no pueden aplicarse retroactivamente a Kara-Murza, dijo Human Rights Watch.
Secuelas del Nobel de la Paz
El jurado del Premio Nobel de la Paz 2022 se concedió al bielorruso Ales Bialiatski y las organizaciones rusa Memorial y la ucraniana Center for Civil Liberties «por criticar al poder» y «denunciar crímenes contra la humanidad».
La ONG Memorial, prohibida en Rusia, quiere continuar con su labor, señaló Lev Ponomarev, que participó en la creación de la emblemática organización a finales de los años ochenta.
«Recibir el Nobel es muy merecido y, por supuesto, me alegro. Sin embargo, me veo obligado a decir que la elección correcta habría sido dar el Premio Nobel a personalidades políticas», dijo Ponomarev.
«Pienso en Alexei Navalni, en Vladimir Kara-Murza, en Ilia Yachin. Personas que eligieron su situación con conocimiento de causa. Sabiendo que arriesgaban su vida y aún así decidieron seguir y pronunciar con fuerza las palabras que deben ser dichas», manifestó.
Yachin y Kara-Murza, dos figuras de la oposición que permanecen en Rusia, fueron encarcelados por haber denunciado la invasión rusa de Ucrania. Navalni está encarcelado desde enero de 2021.