Ahora Rusia parece tener su propia guerra interna. Las últimas decisiones de Vladimir Putin de reclutar jóvenes para reforzar su ofensiva contra su país vecino, desata varios frentes de agitación social. Mientras la ONU certifica que Rusia comete crímenes de guerra en Ucrania.
Apenas horas después del anuncio de “movilización parcial” se rebasaron las capacidades de las aerolíneas para satisfacer la inusitada demanda de boletos de esta población masculina. Susceptible de engrosar las filas del ejército ruso e ir a la guerra. Las fronteras con países vecinos mostraron largas filas de autos tratando de escapar de la orden oficial. Y miles de rusos plenaron las calles para protestar por la medida y por el conflicto en Ucrania, pese a la fuerte represión y los más de 1.300 detenidos.
Entretanto, la comisión de investigación de la ONU sobre Ucrania afirmó que «se cometieron crímenes de guerra» en ese país desde la invasión rusa de febrero pasado. «En base a las pruebas recogidas por la comisión, se concluyó que se cometieron crímenes de guerra en Ucrania», asentó el presidente de ese cuerpo, Erik Mose. Durante una primera presentación oral que enumera bombardeos rusos en zonas civiles, numerosas ejecuciones, tortura y malos tratos, y violencia sexual, reseñó Efe.
La comisión fue lanzada en marzo por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para investigar las denuncias por el accionar de las tropas rusas en Ucrania. Luego, el consejo aprobó en mayo una nueva resolución que pedía investigar las graves violaciones de los derechos humanos en las regiones de Kiev, Chernígov, Járkov y Sumy.
ONU denuncia crímenes de guerra ejecutados por Rusia
Durante sus investigaciones en esas cuatro regiones, la comisión visitó 27 ciudades y localidades e interrogó a más de 150 víctimas y testigos.
«Quedamos impactados por el gran número de ejecuciones en las regiones que visitamos. La Comisión investiga esas muertes en 16 ciudades y lugares. Recibimos acusaciones creíbles concernientes a más numerosos casos de ejecuciones, que estamos documentando», explicó Erik Mose.
Muchos de estos asesinatos se perpetraron en personas previamente detenidas, destacó. Y numerosos fallecidos presentaban las manos atadas a la espalda, heridas en la cabeza y cortes en la garganta, indicios que demuestran que se trató de ejecuciones sumarias.
El presidente de la comisión también denunció que soldados rusos cometieron violencia sexual y de género, a víctimas «de entre 4 y 82 años». Y que en algunos casos sus familiares fueron forzados a ver cómo esas personas eran maltratadas o torturadas.
Testigos entrevistados por la misión confesaron haber sido sometidos a palizas, descargas eléctricas y desnudez forzada durante detenciones ilegales. En algunos casos después de ser llevados desde Ucrania a territorio ruso. Asimismo, el experto noruego denunció el reiterado uso de artefactos explosivos en zonas no militares, que han afectado áreas residenciales, escuelas, hospitales y otras infraestructuras. Según la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos han causado la muerte de unos 6.000 civiles en siete meses de conflicto.
«El reciente descubrimiento de más fosas comunes ilustra la gravedad de la situación», destacó Mose. Tran indicar que las autoridades ucranianas colaboraron con ellos en las pesquisas, mientras que Rusia por ahora se ha negado a comunicarse con ellos.
Además, matizó que la misión ha recogido dos incidentes de maltrato a soldados rusos por parte de fuerzas ucranianas, un tipo de crímenes que, «aunque son menores en número, seguirán sujetos a nuestra atención».
Cacería de jóvenes para ir a la guerra
En medio de cuestionamientos a la guerra de Putin y a los crímenes de guerra perpetrados por Rusia a soldados y civiles en Ucrania, se une el descontento social por el reclutamiento de jóvenes. El Kremlin ha emprendido una cacería en el metro y en regiones pobres del país como personas sin recursos y minorías étnicas, reseñó El Mundo.
Lejos de las cámaras de las capitales, los más afectados por la medida de movilizar a los reservistas están siendo las comunidades de minorías étnicas y las más pobres. «¡Se los están llevando todos!», se lamentó desde Buriatia la activista Victoria Maladeava, de la Fundación Buriatia Lliure, quién recomienda huir a la vecina Mongolia mientras sea posible.
En otras regiones pobres se repiten estas imágenes, como por ejemplo Daguestán. La zona de Siberia también está siendo de las más afectadas por el momento. Sin embargo, Moscú no escapa a ese proceso forzoso de alistar jóvenes para la guerra, incluso en el metro.
La policía también ha entregado citaciones para ir al frente a las personas que fueron detenidas en las manifestaciones contra la movilización.
Después del anuncio de la movilización militar parcial, muchos de los posibles afectados empezaron a huir del país con el fin de no acabar siendo enviados al conflicto bélico. Las posibilidades para desplazarse de los rusos son limitadas, en gran medida por las sanciones impuestas por la invasión, recoge el diario español. Los que se lo han podido permitir han abandonado el país en avión, los precios de los cuales se dispararon desde el anuncio. Los rusos con menos recursos económicos y que tienen la suerte de vivir cerca de alguna frontera han tratado de huir en coche.
Alemania abre la puerta a ofrecer asilo a los que huyen del reclutamiento.
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