El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, insistió en que la Covid-19 «no va a desaparecer». Los reportes advierten que su propagación está creciendo en el mundo: «Vamos a alcanzar un total de 10 millones de casos positivos en la próxima semana» .
En su intervención por el Día de las Naciones Unidas para la Administración Pública, Tedros repasó las cifras globales de coronavirus. A la fecha, superan los 9,4 millones de infectados y más de 482.000 los fallecidos.
Manifestó que la lucha contra el nuevo coronavirus no va a depender sólo del desarrollo de herramientas «eficaces y seguras», sino de la forma en la que estas se distribuyen de forma equitativa.
OMS: “Esperamos llegar a 10 millones de casos positivos»
“Mientras continuamos con la I + D en vacunas y terapias, tenemos la responsabilidad urgente de hacer todo lo que podamos con las herramientas que tenemos para evitar la transmisión y salvar vidas”, confió Tedros.
Y una de las formas más efectivas de “salvar vidas es proporcionar oxígeno a los pacientes que lo necesitan”. Sin embargo, muchos países están experimentando dificultades para obtener concentradores de oxígeno. «El 80% del mercado de respiradores es propiedad de unas pocas empresas, y la demanda actualmente supera la oferta. La OMS hace un llamamiento a la solidaridad», clamó.
El país más afectado sigue siendo Estados Unidos, con más de 2.000.0000 de contagios y más de 121.000 fallecimientos. Le sigue Brasil, que ha rebasado 1.000.000 de casos y más de 52.000 muertos. De tercero está Rusia, donde se registran más de 606.000 infectados y su cifra de fallecidos es de 8.513 personas.
La COVID-19 no va a desaparecer
Anthony S. Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, se refirió a la crisis en el Congreso de Estados Unidos.
Dijo que está viendo un «aumento inquietante» de infecciones en algunas partes del país, ya que los estadounidenses ignoran las pautas de distanciamiento social. Y los Estados vuelven a abrir sin planes adecuados para probar y rastrear los contactos de quienes enfermo.
La evaluación de Fauci pintó una imagen mucho más sombría que la dada por el presidente Trump, quien afirmó la semana pasada que el virus simplemente «se desvanecería».
«El virus no va a desaparecer», dijo el doctor Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del país. En clara coincidencia con el director de la OMS. Agregó que el virus aún no estaba bajo control en Estados Unidos.
Fauci, junto a los otros tres expertos médicos de la Administración de Donald Trump, respondieron a las declaraciones de Donald Trump.
Estados Unidos no reducirá el número de pruebas de COVID-19, sino lo contrario. “Al contrario, vamos a hacer más test, no menos”, alegó Fauci para despejar las dudas.
Además de Fauci, el comisionado de la FDA, Stephen Hahn y el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDR), Robert Redfield. Así como el secretario adjunto del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Brett Giroir, dijeron que el presidente no les había pedido que disminuyeran las pruebas.
Guterres frustrado por la falta de coordinación
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, criticó la completa falta de coordinación internacional para combatir la pandemia de COVID-19. Y advirtió que la política individualista de muchos países no será suficiente para derrotar al coronavirus.
Guterres dijo en una entrevista con The Associated Press que la coordinación global es fundamental. Lo que se necesita hacer es que los países comprendan que al actuar solos “están creando una situación que se está saliendo de control”.
Guterres destacó la importancia de que “los países entiendan la necesidad de unir sus capacidades. No sólo en la lucha contra la pandemia de forma coordinada, sino trabajando juntos para que los tratamientos, los mecanismos de diagnóstico, y las vacunas… estén a disposición de todos, es así como derrotamos a la pandemia”.
Explicó que coordinar las respuestas políticas, económicas y sociales para lidiar con las consecuencias del COVID-19. Así como la pérdida de empleos, el aumento de la violencia y las violaciones a los derechos humanos, también ayudará a mitigar el impacto de la pandemia.
Desde el inicio de la pandemia, Guterres ha intentado una movilización internacional para atender lo que asegura es el mayor desafío internacional desde la Segunda Guerra Mundial.
El 23 de marzo exhortó a un cese del fuego de todos los conflictos a nivel mundial para combatir al COVID-19, pero la respuesta ha sido muy limitada. Y sus llamados a la “solidaridad” internacional en la lucha contra el COVID-19 no han resultado en cambios significativos en las posturas nacionalistas para enfrentar al virus.
“Desde luego que estoy frustrado con la falta de cooperación internacional en este momento”, dijo Guterres, “pero espero que las nuevas generaciones sean capaces de cambiar las cosas en el futuro”.
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