En pocos segundos, una sorpresiva ola de poca altura se tragó la playa y arrastró todo lo que encontró a su paso. No hubo heridos pero fue un gran susto para todos. El fenómeno se conoce como ola de zapatilla, una ola costera desproporcionadamente grande que no tiene una explicación científica definitiva, pero que puede ser una consecuencia de las mareas altas de la luna llena.
La ola arrastró tumbonas, paraguas, sillas, toallas, sandalias, hieleras y todas las pertenencias que de los bañistas que corrían a ponerse a salvo, aunque el agua no llegaba más arriba de los tobillos.
Las autoridades del Puerto de Santa María trataron de tranquilizar a residentes y visitantes que pasan sus vacaciones de verano en la ciudad con una explicación bastante empírica. «Lo ocurrido en la playa de Valdelagrana es solo una marea alta que por la luna llena alcanzó su cota más alta», escribieron. Nadie se hizo responsable de los daños causados ni de las pertenencias perdidas.