Desde este lunes en varios sectores de Canadá y los Estados Unidos los ciudadanos experimentan una ola de calor sofocante e inusual. Las temperaturas han marcado récords históricos, superando los 45 grados Célsius, según el servicio meteorológico estadounidense (NWS), y el calor extremo mantiene en alerta a las autoridades, quienes han suspendido actividades y mandado a cerrar temporalmente algunos comercios.
En las dos grandes ciudades al noroeste de los EE UU, Portland y Seattle, donde normalmente hay mucho frío y humedad, la temperatura ha alcanzado los 46,1 °C. Su máximo nivel desde 1937 cuando llegó a 45 ° en dos poblaciones de la provincia de Saskatchewan. Mientras tanto, en la localidad de Lytton, al oeste de Canadá, la temperatura llegó a los 47,5 batió el máximo histórico del país.
Como los aires acondicionados y ventiladores no se dan abasto, en Estados Unidos muchos comercios han cerrado por órdenes del presidente Joe Biden. Incluso varias clínicas de vacunación contra la COVID-19 y algunas escuelas de los sectores más afectados han suspendido actividades temporalmente.
La ola de calor persistirá toda la semana
En el oeste de Canadá el calor es «desértico y muy caliente», ha advertido Environment Canada. Y es que a pesar de ser uno de los países más frescos y húmedos, nadie escapa de los efectos del cambio climático. «Dubái sería más fresco que lo que estamos viendo ahora», insiste David Phillips, climatólogo principal del Ministerio de Medio Ambiente.
Al otro lado de la frontera, al noroeste de los Estados Unidos, los habitantes también sufren por la fuerte ola de calor. El servicio meteorológico ha dicho que es un nivel de calor «extremadamente peligroso» para estar paseándose por las calles. Muchas viviendas carecen de aires acondicionados, pues son sectores principalmente templados.
Por su parte, Amazon anunció que dispondrá de un punto para refrescarse en su sede en Seattle. Tendrá capacidad de 1.000 plazas y ayudará a quienes estén fuera durante el día mientras hacen sus labores cotidianas.
En Portland, muchos residentes aprovechan los sitios con aire acondicionado para refugiarse con sillas y colchones. Y en la ciudad de Eugene aplazaron la última de las pruebas de atletismo de las selecciones estadounidenses para los Juegos Olímpicos, pues el calor es asfixiante.
El calor da pie a los incendios forestales
Al oeste de los Estados Unidos ya se vivía una intensa sequía, que al juntarse con la ola de calor de esta semana ha generado varios incendios forestales. El más destacado fue en el límite entre Oregón y California. Hasta el lunes por la mañana se habían quemado unas 600 hectáreas. Esto obligó a las autoridades a evacuar a algunos residentes y a cerrar una carretera principal.
Las temperaturas récord han hecho que la Casa Blanca actúe y lo incluya en su agenda. El presidente Biden convocó a los funcionarios del Gabinete, gobernadores de los Estados occidentales y agentes del sector privado para analizar “la devastadora intersección de la sequía, el calor y los incendios forestales en el occidente de Estados Unidos”. La reunión se llevará a cabo este miércoles. Tiene como objetivo incrementar y coordinar los esfuerzos de prevención y respuesta para la temporada de incendios forestales, que ya supera en número, intensidad y alcance a los registrados el año pasado.
A mediados de junio de este año los incendios ya se habían cobrado 397.000 hectáreas de bosques. Mientras que en el primer semestre de 2020 eran 310.000, según datos del Centro Nacional de Incendios.
En este contexto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), han advertido en sus redes sociales que el calor extremo se cobra cada año la vida de al menos 600 estadounidenses. Instando a la comunidad a permanecer en sitios frescos, mantenerse hidratados y estar en alerta.
Al menos 69 muertes relacionadas con la ola de calor extrema
Este martes las autoridades de Canadá informaron sobre 69 personas que murieron de forma repentina en el área de Vancouver. Inmediatamente se comenzó a relacionar con las altas temperaturas y el calor sofocante que golpea el oeste de Canadá. «Aunque todavía se está investigando, se cree que el calor ha contribuido a la mayoría de las muertes», dijo Michael Kalanj, de la Real Policía Montada de Canadá.
La mayoría de los fallecidos son adultos mayores. Y es que este tiempo puede ser mortal para los miembros más vulnerables, especialmente los ancianos y los que tienen problemas de salud subyacentes, según Kalanj, quien además ha instado a la gente a “comprobar cómo están sus seres queridos y vecinos”.
Cambio climático y temperaturas récord
Las autoridades estadounidenses y canadienses han alertado que el calor es provocado por un fenómeno conocido como «cúpula de calor», donde las altas presiones atrapan el aire caliente en la región. Sin embargo, aseguran que el cambio climático inducido por el hombre es uno de los factores que intensifican las sequías y altas temperaturas.
Esta ola de calor se produce inmediatamente después de otra histórica ola hace menos de dos semanas. Esta arrasó el desierto del suroeste de EE UU y California con cientos de máximos históricos. «Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas a medida que las concentraciones de gases de efecto invernadero provocan un aumento de las temperaturas globales. También nos estamos dando cuenta de que comienzan antes y terminan más tarde y están cobrando un precio cada vez mayor en la salud humana «, dijo Omar Baddour, Jefe de la División de Políticas y Vigilancia del Clima de la Organización Meteorológica Muncial (OMM).
Nikos Christidis, un científico climático de la Met Office del Reino Unido, ha asegurado en comunicado de la OMM que sin el cambio climático, «hubiera sido casi imposible alcanzar temperaturas medias récord de junio» en el oeste de los Estados Unidos y de Canadá. El experto ha añadido que las posibilidades de que las temperaturas se eleven de forma natural se dan «una vez cada decenas de miles de años».
Las temperaturas extremas como las que se tienen actualmente en sectores de Canadá y los Estados Unidos representan una gran amenaza. No solo para el medio ambiente, sino para la salud de las personas y la agricultura, pues la región no está acostumbrada a ese calor. Estos valores son más típicos del Medio Oriente.
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