Por Cambio16 | Efe
13/06/2016
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha asegurado que no existen pruebas claras para afirmar que la matanza ocurrida el domingo en la ciudad de Orlando, en Florida, estuviera «dirigida» por extremistas ni que formara parte de un plan terrorista de mayor escala. Obama aseguró que las investigaciones, en las que se considera el ataque como «un acto de terrorismo», aún no han determinado cuáles fueron los móviles del presunto autor de la matanza, pero dijo que según los datos recabados se trata de un caso de «terrorismo doméstico».
Obama hizo su declaración tras reunirse con su equipo de seguridad nacional en la Casa Blanca para conocer los últimos avances en la investigación de la matanza.
Las autoridades de Estados Unidos prosiguen las investigaciones para averiguar los móviles de la peor matanza con armas de fuego ocurrida en el país, en la que perdieron la vida ayer domingo 50 personas, entre ellas el autor de los hechos, durante una «noche latina» en una discoteca frecuentada por gais en la ciudad de Orlando.
El presunto responsable, Omar Seddique Mateen, nacido en Nueva York hace 29 años y muerto por disparos de la policía, juró lealtad al grupo terrorista Estado Islámico (EI) en sus conversaciones telefónicas con los negociadores policiales durante las tres horas que permaneció dentro del club nocturno con una treintena de rehenes, según informó la Policía.
Sin embargo, las autoridades desconocen todavía qué llevó a Seddique Mateen, de origen afgano, a este centro de ocio nocturno de Orlando, situado a unos 200 kilómetros al norte de su casa, en Fort Pierce. Su padre, Mir Seddique Mateen, indicó al canal NBC News que su hijo se puso furioso hace dos meses cuando, durante una visita a Miami, vio a dos hombres besándose y tocándose en la calle.
El padre señaló en un comunicado publicado en internet que su hijo era «muy buen chico», con esposa y un niño, y que nunca se percató de que tuviese «rencor en su corazón», informó BBC News.
Por segunda vez, el EI asumió este lunes a un medio de su entorno la matanza, que calificó de «incursión de seguridad» en una «concentración de cruzados», y señaló que Omar Seddique Mateen era un «soldado del califato».
El Buró Federal de Investigaciones (FBI), que reconoció el domingo que ya había investigado en 2013 y 2014 al sospechoso por su posible vinculación con grupos terroristas, analiza ahora dos viajes que Seddique Mateen realizó a Arabia Saudí, informaron medios locales.
Las claves de la investigación pueden estar en los registros a sus propiedades, un apartamento en Fort Pierce y una casa en Port Saint Lucie, ambas en Florida, en el sureste de EEUU, a las que agentes del FBI entraron y de las que se llevaron documentación y un computador portátil.
El registro del apartamento acabó este lunes después de varias horas en las que los oficiales buscaron pistas, especialmente en correos electrónicos y actividad en internet, que les puedan llevar a conocer los móviles de la matanza. Los agentes tuvieron que esperar a que un robot de los artificieros comprobase que no había dejado ninguna trampa.
El lugar de los hechos
El otro foco de atención es el propio local nocturno, donde agentes trabajan constantemente y de donde se han retirado ya numerosos cuerpos, que fueron trasladados a la Oficina Forense del Condado de Orange.
En el exterior de la discoteca Pulse su pudo ver este lunes a una docena de agentes que, en línea y separados por menos de un metro, recorrieron un tramo de la calle Orange en busca de algún objeto que pueda darles alguna pista extra sobre este caso.
Fuentes de la Fiscalía general indicaron que la investigación está en una fase inicial y que, aunque no hay indicios de que haya más personas que supongan un riesgo público, investigan a varias por su posible conexión con el caso.
El jefe del Departamento de Policía de Orlando, John Mina, explicó en conferencia de prensa que decidieron entrar la noche del sábado a la discoteca, donde Mateen estaba encerrado con una treintena de rehenes, al considerar que había un peligro «inminente» de nuevas muertes. «Creíamos que eran inminentes más pérdidas de vidas y por eso tomé la decisión de iniciar la operación de rescate», dijo Mina.
Señaló que sus negociadores hablaron por teléfono con el sospechoso, que aseguró tener «explosivos», por lo que decidieron entrar tras tres horas de tensa espera y en la operación liberaron a 30 personas y mataron al sospechoso.
El oficial destacó que el neoyorquino se mostró tranquilo durante estas negociaciones, en las que juró lealtad al EI y trató de negociar, aunque sin revelar detalles de la conversación.
A través de esas llamadas, explicó, pudieron saber que Mateen, que trabajaba para una empresa de seguridad desde 2007, estaba encerrado en uno de los baños del local junto con cuatro o cinco rehenes, mientras mantenía entre 15 y 20 en otro.
Mientras tanto, el número de víctimas mortales se mantiene inalterado en los 49 que se informó inicialmente.
Orlando Health, la organización de la que depende el centro médico más cercano al lugar de la matanza, al que fueron llevados la mayor parte de los 53 heridos, informó hoy de que seis personas han sido dadas de alta y hay todavía 29 hospitalizados allí De ellos cinco están en estado grave, según dicha organización.
No se ha informado del estado de los heridos que no fueron llevados al Centro Médico Regional de Orlando. Entre los heridos hay un mexicano y una colombiana, ambos en estado estable, según fuentes consulares y periodísticas.
El alcalde de Orlando, Buddy Dyer, informó de que ya se conoce la identidad de 48 de los fallecidos y con el paso de las horas aumenta el número de víctimas de las que se ha divulgado el nombre. Hasta el momento son 36 estas últimas, la mayoría con apellidos de origen hispano.