Por Andrés Tovar
02/01/2017
En la tarde del 10 de enero, en el McCormick Place de Chicago, el presidente Barack Obama dará su último discurso al pueblo estadounidense, una tradición que traerá de vuelta a George Washington.
En 1796, después de 45 años de servicio público, Washington escribió un largo discurso acerca de su decisión de no presentarse a un tercer mandato como presidente. Un poco más de 220 años más tarde, ese mismo discurso está inspirando a Obama, quien escribió en un correo electrónico a sus partidarios que «estaba tomando el ejemplo del padre fundador para su propia despedida».
«En 1796, George Washington no sólo estableció el precedente para una pacífica y democrática transferencia del poder, sino que también sentó un precedente al escribir un mensaje de despedida al pueblo estadounidense», escribió Obama. «Y en los 220 años desde entonces, muchos presidentes estadounidenses han seguido su ejemplo (…) desde 2009, hemos enfrentado nuestra parte justa de los retos, y vienen otros más fuertes, pues nunca hemos de dejar ir la creencia que nos ha guiado desde nuestra fundación; nuestra convicción de que, juntos, podemos cambiar este país para mejor».
Ya este domingo, Obama se despidió este domingo de su cargo con la publicación en Twitter de una serie de mensajes en los que trazó un balance de sus ocho años de gestión. «Mientras miramos hacia el futuro, quería tomarme un momento para mirar hacia atrás y ver el progreso increíble que ustedes hicieron posible en los últimos ocho años», escribió Obama, que dejará formalmente su cargo el 20 de enero, cuando Donald Trump jurará como presidente número 45 de los Estados Unidos.
Facing the worst financial crisis in 80 years, you delivered the longest streak of job growth in our history. pic.twitter.com/Vk3PfRgZqF
— President Obama (@POTUS44) January 1, 2017
Obama pasó a destacar los logros de su gobierno. Mencionó el crecimiento de la economía «tras la peor crisis financiara de los últimos 80 años» y la aprobación de la reforma sanitaria que permitió a «casi cada estadounidense» acceder a una cobertura médica. También mencionó su política energética. «Cambiamos petróleo extranjero por energía limpia, duplicamos los estándares de eficiencia para el petróleo y actuamos a nivel global para salvar al planeta que tenemos», sostuvo el presidente, quien en septiembre ratificó el histórico acuerdo sobre el clima alcanzado en París.
After decades of rising health care costs, today nearly every American now has access to the financial security of affordable health care. pic.twitter.com/5e4nEcCxIM
— President Obama (@POTUS44) January 1, 2017
We traded foreign oil for clean energy, we doubled fuel efficiency standards, & we acted on a global scale to save the one planet we've got. pic.twitter.com/7alrOtHNIr
— President Obama (@POTUS44) January 1, 2017
En cuanto a la política exterior, Obama dijo que en sus ocho años en la Casa Blanca se fortaleció «el liderazgo de Estados Unidos«, al dirigirse con diplomacia y al asociarse con otras naciones «para enfrentar los problemas globales».
Mientras que respecto al tema de los derechos civiles manifestó que «desde conseguir el matrimonio igualitario hasta remover las barreras para las oportunidades», su Gobierno «hizo historia con los esfuerzos para ratificar que todos somos creados iguales».
«Fue el privilegio de mi vida haber servido como su presidente. Miro hacia adelante para estar con ustedes como un ciudadano. Feliz año nuevo para todos», concluyó.
El discurso de Washington
El discurso final de George Washington que refiere Obama fue escrita a mano en más de 32 páginas y tocó sobre todo la ideología geográfica de las alianzas internacionales. El texto completo (en inglés) se puede leer aquí o en el documento original escrito a mano aquí.
Acá, algunos de sus extractos más importantes:
La dominación alternativa de una facción sobre otra, agudizada por el espíritu de venganza, natural de la fiesta la discordia que en diferentes épocas y países ha perpetrado las atrocidades más horribles, es en sí mismo un despotismo espantoso. Pero esto conduce al final a un despotismo más formal y permanente. Los trastornos y miserias que resultan poco a poco van inclinando la mente de los hombres a buscar seguridad y reposo en el poder absoluto de un individuo; y tarde o temprano el jefe de una facción dominante, más capaz o con más suerte que sus competidores, convierte esta disposición al servicio de su propia elevación, sobre las ruinas de la libertad pública.
Sin mirar hacia adelante a una extremidad de este tipo (que sin embargo no debe estar completamente fuera de la vista), los males comunes y el espíritu de partido son suficientes para que sea del interés y el deber de un pueblo sabio desalentarlo y frenarlo.
Se sirve siempre de distraer a los consejos públicos y debilitar la administración pública. Se agita la comunidad con celos infundados y falsas alarmas, se enciende la animosidad de una parte contra la otra; de vez en cuando se fomenta disturbios y la insurrección. Se abre la puerta a la influencia y la corrupción en el extranjero, que encuentra un acceso facil al propio gobierno a través de los canales de presión. Así, la política y la voluntad de un país son sometidos a la política y la voluntad de otro.
La unidad de gobierno y del pueblo es necesaria. Es justamente así, porque es el pilar principal del edificio de la verdadera independencia, del apoyo a la tranquilidad en casa, la paz con el exterior; de su seguridad; de su prosperidad; de esa misma libertad que tan altamente anhelada (…) este es el momento de la fortaleza política contra las baterías de los enemigos internos y externos que serán más constantes y activos (aunque a menudo de forma encubierta e insidiosa).