Que existan diferentes tipos de hambre indica que no solo podemos calmar el hambre con alimentos, sino que también es fundamental tener en cuenta los colores, formas, texturas… Incluso, el amor juega un papel clave
Fran Sabal, autora de Nutrición Emocional, es nutricionista licenciada por la Universidad de Valparaíso, máster en Enfermedades Crónicas por la Universidad de Chile y trainer de Programación Neurolinguística, responde algunas preguntas sobre los apetitos que no saciamos en la pandemia y cómo lograrlo.
Comer forma parte de nuestro día a día ya que sabemos que es esencial para nutrirnos, pero ¿alguna vez has pensado de qué tienes hambre? ¿Es realmente hambre de comida o de algo más?
En estos tiempos de pandemia, estamos experimentando una situación en la que hemos visto limitada nuestra vida cotidiana, haciendo que nuestra rutina cambie en muchos aspectos y convirtiendo lo que era algo normal, y del día a día, en algo excepcional, como el poder reunirnos con amigos y familiares tal como estábamos acostumbrados. Esta falta de cariño y de libertad desemboca en una serie de sensaciones que no son fáciles de gestionar, y que es posible que nos generen hambre, pero no hambre real, sino hambre de corazón.
Pero, ¿qué es exactamente el hambre de corazón? ¿Cómo la diferencio y cómo puedo saciarla?
Por una parte, nuestro sistema digestivo es conocido también como nuestro segundo cerebro y nuestro estado de ánimo repercute directamente sobre él, despertando un vacío, como si de comida se tratara, pero no es más que emocional. A esto se le suma el querer dejar de sentir pena, soledad o cualquier emoción que nos incomode, y buscando en la comida una compañía.
En resumidas cuentas, nos inclinamos hacia la comida para llenar ese vacío y anestesiar esos sentimientos sin darnos cuenta de que es posible que, de forma puntual, consigamos mejorar, pero que, a la larga, solo estamos evitando lo inevitable, que es encontrarnos con ese sentimiento.
Por eso, en la Escuela de Nutrición Emocional, a través de la programación neurolingüística, trabajamos para que aprendas a conectar contigo, para que abraces tus sentimientos y escuches el mensaje que te quieren transmitir. Y es que la forma de acallar esta hambre es dándonos el valor que tenemos, queriéndonos y cuidándonos. Es entonces cuando esta hambre se comienza a saciar.
Otro desencadenante de este tipo de sensaciones es el miedo al futuro. Para poder calmarlo es importante que reflexionemos y nos paremos a pensar en el presente, que es el único momento y lugar donde podemos actuar. Si construimos un presente con amor y paz, podremos vivir en el futuro con mayor capacidad y avanzar con lo que nos venga.
Además, la confianza es clave para poder sentirnos en calma. Confía en la vida, en lo que tiene que venir para ti. Nunca vendrá nada que no puedas soportar, y esa certeza y confianza te darán la energía necesaria para seguir adelante y vivir en paz. Por suerte, todo pasa, y llegará el día en que recuperaremos la normalidad y podremos volver a sentirnos libres, volver a abrazarnos, a celebrar, solo tenemos que confiar.
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