Dos años después de evitar in extremis la que habría sido la mayor quiebra empresarial de la historia de España, Abengoa ha presentado un nuevo plan de rescate a sus acreedores para obtener liquidez inmediata y refinanciar algo más de 3.000 millones de euros de deuda neta corporativa.
Por un lado, el grupo, que cerró el primer semestre del año con una pérdida de 100 millones de euros; ha anunciado un acuerdo de financiación con la emisión de un instrumento convertible en acciones de una de sus sociedades por hasta 97 millones de euros y solicitar avales por 140 millones de euros para obtener liquidez inmediata.
Las acciones, sujetas a una elevada volatilidad por su bajo precio, subían en bolsa un 7,5 por ciento tras la información.
Por otra parte, la sociedad dijo que pretende proponer a los acreedores una reestructuración para canjear la deuda por instrumentos convertibles en acciones.
Aunque la deuda financiera del grupo todavía asciende a 4.649 millones de euros, 1.150 millones de euros corresponden a activos en sociedades calificadas como mantenidas para la venta.
El nuevo plan de rescate tiene sus claves
De acuerdo con información publicada por El Confidencial, existen dos claves que explican este nuevo plan de rescate y complejo proceso de reestructuración. Una operación en la que la última central energética del grupo en México ha jugado, de nuevo también como en la primera reestructuración de hace año y medio, un papel destacado, dijo Reuters.
Clave uno
Se prevé desactivar la amenaza del concurso de acreedores necesario instado en Sevilla por bonistas que han logrado respaldo judicial a que se les abonen hasta 142 millones. Un juez de lo Mercantil lo empezó a tramitar en julio pasado. Se les ofrecerá, en lugar de aceptar una quita del 97% como se les impuso a parte de los antiguos acreedores dentro de la reestructuración de 2017, que el perdón sea menor, del 80%.
La empresa confía en que acepten este acuerdo, sobre el que se lleva negociando meses concocimiento del juzgado y que les equipara con las mejores condiciones de las que se ofrecieron a los viejos acreedores, refiere la publicación.
Clave dos
La gran mayoría de los tenedores de esa deuda (unos 2.800 millones sobre los 3.300 totales) renuncia a ejecutar el pago y llevar a la empesa a la quiebra a cambio de quedarse con el 100% de la compañía. Un 22% de deuda convertible obligatoriamente en acciones se entregará a la firma del acuerdo, y el 78% restante si la empresa no logra repagar en un plazo de entre 5 y 10 años.
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