POR CAMBIO16
17/07/2017
El conseller de Interior catalán, Joaquim Forn, propuso este lunes a Pere Soler Campins como nuevo director de los Mossos d’Esquadra, cargo para el que será nombrado oficialmente este martes por el gobierno catalán, en sustitución de Albert Batlle, que ha dimitido por motivos políticos a dos meses y medios del 1-O.
Pere Soler Campins, que en 2013 fue nombrado director general de Servicios Penitenciarios de la Generalitat, dependiente de la consellería de Justicia cuando estaba dirigida por Germà Gordó, según han informado fuentes del gobierno catalán.
Batlle, cuestionado por los partidos soberanistas que recelaban de su papel ante el referéndum que el Govern ha anunciado para el 1 de octubre, ha presentado su dimisión por motivos políticos, después de que el pasado viernes renunció al cargo el hasta entonces conseller Jordi Jané, que fue relevado por Joaquim Forn, un político netamente independentista.
¿Política?
El nuevo director de los Mossos d’Esquadra, Pere Soler, cree que el Estado «no podrá evitar» el referéndum del 1 de octubre, según destacó en un mensaje publicado estos últimos días en su perfil de Twitter.
Al @teatrenacional a l acte #ComSempre "Garanties per la Democràcia" convocats pels diputats d @JuntsPelSi #Votsrem 1O. No ho podran evitar! pic.twitter.com/TGvh9xjHI7
— Pere Soler i Campins (@solercampins) July 4, 2017
El pasado 4 de julio, Soler acudió al acto de Junts pel Sí para presentar la ley del referéndum y desde allí escribió en Twitter: «Votaremos el 1-O. No lo podrán evitar». El nuevo director de los Mossos acompañó el mensaje de una foto del acto en el Teatre Nacional de Cataluña, protagonizado por el presidente de la Generalitat, Carles Puigemont, el vicepresidente, Oriol Junqueras, lo que ha dado a pensar a los críticos que su nombramiento está fuertemente influído por la política.
Incluso, la marcha de Batlle y la llegada de Soler ha provocado inquietud dentro de los Mossos d’Esquadra. Sindicatos policiales y altos mandos del cuerpo, estos últimos de forma anónima, han reconocido a El Periódico la «inquietud» ante lo que temen que puede ser el peor de los escenarios posibles: verse en medio del fuego cruzado entre la legalidad estatal, que puede ordenarles la retirada de las urnas, y las órdenes que les den sus responsables políticos en la Generalitat.
«Podemos vernos atrapados. Por un lado, como policía, a ver quién es el guapo que se atreve a desobedecer una orden judicial. Pero por otro, si nos mandan a retirar las urnas o a impedir la entrada en los centros de votación, la lógica de enfrentamiento que se puede generar con toda la gente que quiera votar puede ser terrible», asegura un alto responsable del cuerpo.
Sin embargo, desde el gobierno catalán defienden que el nombramiento de Soler se debe «a sus conocimientos jurídicos y administrativos, por la confianza que le merece su perfil político y porque ha liderado una dirección general compleja, como es la de prisiones» según han informado fuentes de Interior.
Con el ojo en la lupa
Desde el Gobierno central no han dejado de estar al corriente de los últimos acontecimientos en Cataluña. Tras conocer la dimisión de Batlle, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha considerado «gravísima» la dinámica de la Generalitat porque cualquier persona que respeta la ley y quiere cumplir con su obligación se ve obligada a dimitir por motivos políticos.
«Cuando la gente moderada, que ponía realismo político, se tiene que ir de la Generalitat, Puigdemont y Junqueras pueden hacer dos cosas: o asumir su fracaso ahora o asumirlo el 1 de octubre», ha subrayado, antes de reiterar que el referéndum no se va a celebrar.
Santamaría ha advertido al Govern que si siguen «tensionando» a la sociedad catalana tendrán «una respuesta por parte del Gobierno».
El Govern sigue, en cualquier caso, con sus planes y retomará este martes la compra de urnas para el referéndum del 1 de octubre en su primera reunión con los tres nuevos consellers Jordi Turull, Joaquim Forn y Clara Ponsatí, y el nuevo secretario del Govern, Víctor Cullell. En medio de este clima, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, viajará este mismo jueves a Cataluña. Pero no para tratar estos asuntos, sino para presidir la inauguración del Parador Nacional de Lleida, donde no estará Puigdemont.