Por Cambio16
20/11/2016
“En Venezuela vivimos con una gran angustia porque, a pesar de ser un país rico, el que se ha hecho rico es el gobierno”, dice tajante Baltazar Porras Cardozo. Explica que es verdad que tienen riqueza en lo referente a hidrocarburos pero que “fundamentalmente es una riqueza que genera un porcentaje muy pequeño a la población, no es un trabajo de toda la sociedad, sino de un pequeño sector”.
El nuevo purpurado venezolano dijo a ACI Prensa que esta realidad “hace que exista la tentación en el poder de concentrarlo en sí mismo y el peso que ha tenido el estado venezolano a través de los gobiernos ha sido muy grande puesto que es el gran distribuidor de una riqueza que representa más del 50% y en estos momentos más del 90% porque han desaparecido muchas industrias”.
Sostiene que aparece entonces “la tentación del totalitarismo, de querer tenerlo y dominarlo absolutamente todo y lo que genera es una mayor corrupción y un mayor abuso de poder porque no hay una separación de poderes que genere un equilibrio en la sociedad y en función de las necesidades de la gente pero sí de los que están en el poder (…) la situación actual es que hay una gran falta “de alimentos y medicinas y un aumento de la violencia. Es una sociedad inequitativa en la que crecen los problemas”.
Sobre el inicio del diálogo entre el gobierno de Venezuela y la oposición, el nuevo Cardenal está convencido de que “solo conversando se entiende la gente”.
“Los problemas no se pueden arreglar con violencia, ni con imposición. Hay una inquietud, una cierta desesperación que es natural en la gente porque son muchos años y los problemas crecen. Lo que toca a todas las instituciones es presionar a los que gobiernan no a que se distribuyan unas cuotas de poder sino a que piensen que lo que hay que buscar es el bienestar de la gente”.
La Iglesia es también parte activa de las negociaciones porque lo que “el Papa ha querido hacer a través de sus enviados es lo que quiere hacer en todo el mundo y lo que ha tratado hacer con el Jubileo de la Misericordia”. Se puede conseguir “solo con la aceptación de que el otro existe y que el otro tiene parte de la verdad”.
Esto “no quiere decir que digamos ‘aquí no ha pasado nada’, sino que el perdón es lo único que puede hacer superar los males que tenemos. Es un camino largo, doloroso y que genera desesperación”, subraya.
Papa a nuevos cardenales: Luchen contra el virus de la enemistad que padece el mundo https://t.co/7Ctby5oxvB
— ACI Prensa (@aciprensa) 19 de noviembre de 2016
«Travesura» de Francisco
Porras atribuye su nombramiento como Cardenal «como una de las travesuras del Papa Francisco (…) yo me encontraba muy lejos de mi sede. Fui a llevar a quien había sido mi obispo auxiliar a tomar posesión de una de las diócesis más apartadas en el llano venezolano. Íbamos a emprender el viaje de regreso ese domingo muy temprano a más de 12 horas de camino de Mérida cuando empezó a sonar el teléfono y la gente me felicitaba. Yo decía que no sabía absolutamente nada de mi nombramiento”.
“Media hora más tarde me llamó el Cardenal Lacunza, Arzobispo de David (Panamá), y me dijo que estaba viendo por televisión cómo el Papa me había nombrado”, contó a ACI Prensa.
“Fue un momento muy especial porque me pregunté qué es lo que Dios me quiere decir con esto, y que me lo dijera en un sitio tan apartado en el que conocía a muy poca gente”.
Luego “nos paramos en el camino para celebrar una Eucaristía en un santuario, donde está el Nazareno de Achaguas que es muy famoso, y al entrar había mucha gente esperándome con mucha alegría y ¡yo no les conocía de nada! Ante la imagen de Jesús me pregunté qué me decía el Nazareno sufriente para que yo pueda hacer algún bien con este nuevo encargo del Papa”.
El Cardenal Porras Cardozo explicó además que pocos días después “recibí una carta del Santo Padre en la que me felicitaba y decía que seguramente recibiría muchos parabienes, muchas felicitaciones, pero me pedía tener cuidado para no envanecerme, no caer en la mundanidad y me pedían que no me olvide de lo esencial: la oración a Jesús y el servicio a los pobres”.
El Purpurado recuerda que “la inmensa mayoría de los que hemos sido nombrados somos ‘outsiders’, es decir, pertenecemos a países y sedes que nunca habían tenido un cardenal. Francisco quiere tener una visión más amplia de la Iglesia ya que por ser universal no puede concentrarse solo en Europa.”
En su opinión, la Iglesia en América Latina “es casi la mitad del catolicismo en el mundo y alguna voz tiene que dar, que no es otro que el del estilo del Papa Francisco, un estilo latinoamericano de ser más sencillos, cercanos en la manera que vivimos la fe”.