Cambio16
29/05/2018
El hielo ártico se está reduciendo y las consecuencias son gravísimas
Nueva Zelanda sacrifica a las vacas y protagoniza la matanza de animales más grande del país. Más de 150 mil vacas morirán. El país quiere convertirse en la primera nación en tratar de eliminar la enfermedad de las vacas, la mycoplasma bovis. La decisión es secundada por líderes gubernamentales y del sector agrícola, según informa The Guardian. En este sentido, el país invertirá 560 millones de dólares para salvar la industria lechera durante los próximos 10 años. Vale la pena recordar que la segunda mayor fuente de ingresos de exportación de Nueva Zelanda es producto de la leche y sus derivados.
¿Qué es la mycoplasma bovis?
Según explica el portal IVAMI, esta es una especie de micoplasma bovino que produce neumonía bovina, artritis, alteraciones genitales y abortos. Es la enfermedad bovina más patógena en Europa y Estados Unidos. La infección es responsable de la cuarta parte de las complicaciones respiratorias en estos animales.
Por consiguiente, Nueva Zelanda sacrifica a las vacas para proteger su productividad a largo plazo. El primer caso de mycoplasma bovis se detectó en el país en julio de 2017. Desde entonces, han muerto 26 mil vacas. Lamentablemente, la afección se encuentra «activa» en 37 propiedades del territorio. El primer brote surgió en la Isla Sur, pero a principios de 2018 llegó a la Isla Norte.
«Es una decisión difícil. Nadie quiere ver sacrificios masivos. El peligro está en arriesgar la propagación de la enfermedad en toda la manada nacional. Pero tenemos la posibilidad real de erradicar la afección. Vamos a proteger 20 granjas lecheras y de carne de res. Pero lo lograremos solo si actuamos ahora». Fueron las declaraciones de Jacinda Ardern, Primer Ministro.
Paradójicamente, Nueva Zelanda sacrifica a las vacas para proteger su tesoro nacional. Ellos producen el 3% de toda la leche del mundo. En sus registros habitan más de 6.6 millones de vacas lecheras, según The Guardian. Por otro lado, Katie Milne, presidenta de la Federación de Ganaderos, explica: «La decisión causará dolor y trauma. Pero es mejor deshacerse de la enfermedad que vivir durante años con ella».
La inversión será asumida en un 68% por el gobierno neozelandés y el 32% restante por DairyNZ y Beef+Lamb New Zealand.