La incansable ciudad de Nueva York con su intensa actividad comercial, financiera, turística y cultural, y de apretado tráfico, busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. No solo en la capital sino en todo el estado de Nueva York, según los planes de su gobernadora, Kathy Hochul, de lanzar una iniciativa de monitoreo móvil de la calidad del aire.
Este plan, que tiene expectantes a sus ciudadanos y las autoridades ambientales, tiene como objetivo medir los niveles de contaminación en 10 regiones: Niagara Falls, la Región Capital del estado, Bronx, Manhattan, Rochester, Syracuse, Mount Vernon, Brooklyn, Queens y Hempstead.
El proyecto es una de las acciones que está tomando el estado para lograr los objetivos de la Ley de Liderazgo Climático y Protección Comunitaria de Nueva York. Dirigido a reducir las emisiones en un 40% para 2030, señaló Adriana Espinoza, comisionada adjunta de equidad y justicia del Departamento de Conservación Ambiental del estado.
Se espera que en el transcurso de un año, la empresa de tecnología Aclima, con sede en California, recopile datos sobre la calidad del aire. A través de una flota de 21 vehículos equipados con sensores modificados, cada uno con el nombre de músicos famosos. Estos autos circularán por las 10 áreas, día tras día. Uno de estos autos está conducido por Ramsés Díaz, fotógrafo venezolano que se dedica a recorrer la ciudad como taxista.
Cada segundo, el vehículo equipado con sensores toma muestras del aire para detectar la presencia y concentraciones de partículas finas (PM 2.5), dióxido de nitrógeno. Ozono, monóxido de carbono, metano, dióxido de carbono, carbón negro y benceno, entre otros contaminantes. Luego, la red inalámbrica adjunta envía los datos a la costa oeste para su análisis, reseñó Inside Climate News.
Analizan la calidad del aire en Nueva York
Para fin de año, los autos habrán completado las rutas designadas al menos 20 veces. Esto es para tener en cuenta los cambios en el clima, la congestión, el tráfico industrial y otras condiciones atmosféricas que afectan la calidad del aire.
En Nueva York, las autoridades le han declarado la guerra a los mayores contaminantes de la ciudad: los grandes edificios.
Los altos bloques de viviendas y oficinas son el característico paisaje neoyorkino. Pero también, recoge la BBC, su mayor fuente de gases de efecto invernadero. Las actividades diarias que ocurren dentro de ellos, como el uso del gas natural, la electricidad, el aire acondicionado y la calefacción, arrojan a la atmósfera de la ciudad el 67% de estos gases, según el Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero.
Esta urbe de más de 8 millones de habitantes cuenta con un millón de edificios. Pero solo 50.000 de estos son responsables del 30% de estos gases causantes del cambio climático, según registros locales.
Por tanto, Kathy Hochul está decidida a hacer algo. Y ordenó en el mes de julio darle cuerpo a una iniciativa orientada a monitorear, en forma móvil, la calidad del aire de Nueva York. En eso está Ramsés Díaz.
A primera vista, su auto parece como cualquier otro que transita por la ciudad. Pero en la puerta izquierda tiene la frase «Yo mido la calidad del aire». En el interior, una tableta adjunta al tablero muestra un mapa de la ciudad de Nueva York, y dos cajas grandes en el maletero transmiten enormes cantidades de datos. Que son cargados en la nube para ser analizados por los científicos en California y el DEC).
Altibajos en niveles de contaminación
Díaz, de 49 años, se convirtió en chofer porque necesitaba trabajar. Sin embargo, dijo que siente un sentido de propósito en su trabajo. Sabe que el aire está muy contaminado, “pero no se puede ver”, dijo. “Si tienes un hijo, quieres saber la calidad del aire porque tal vez podría tener asma”.
En su Encuesta del Aire Comunitario de 2020, el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York reveló algunos hallazgos. Desde 2009, los niveles de partículas finas, dióxido de nitrógeno y óxido nítrico de la ciudad disminuyeron un 43, 39 y 56%, respectivamente. En marzo, la Agencia de Protección Ambiental informó que las reducciones de emisiones han llevado a mejoras dramáticas en la calidad del aire no solo en Nueva York, sino en todo Estados Unidos.
“Estas mejoras en la calidad del aire han permitido que muchas áreas del país cumplan con los estándares nacionales de calidad del aire. Establecidos para proteger la salud pública y el medio ambiente”, asentó la agencia en su sitio web.
Pero esto no es cierto para todas las comunidades. “La contaminación con la que luchamos ahora es más como puntos calientes”, señaló Eric Schaffer, director ejecutivo de Environmental Integrity Project. Una organización sin fines de lucro con sede en Washington DC.
Explicó que si bien la calidad del aire está mejorando en general, hay algunos comunidades y barrios donde los niveles de contaminación son más intensos. Entretanto, Díaz cruza el puente de Brooklyn, el día comienza a despejarse. El cielo azul parece limpio, pero la realidad es más complicada. “Brooklyn está muy contaminado”, comentó el conductor.
Estudios ambientales sin las comunidades
Un estudio reciente encontró que la eliminación de PM 2.5, partículas diminutas de alrededor de una trigésima parte del diámetro de un cabello humano, liberadas por la quema de combustibles fósiles y por el polvo de la construcción y los incendios forestales, evitaría más de 50.000 muertes prematuras anuales en el país. También evitaría casi 3.000 ataques cardíacos no fatales, 15.000 visitas a la sala de emergencias relacionadas con el asma y 3,68 millones de días de trabajo perdidos debido a una enfermedad, reseñó Inside Climate News.
Durante muchos años, los investigadores y las agencias gubernamentales han llegado a realizar estudios ambientales sin involucrar a los residentes en el proceso. El Departamento de Conservación Ambiental decidió cambiar eso. Desde el comienzo del proyecto de seguimiento, el DEC se propuso trabajar con las comunidades. Se asociaron con el Grupo de Trabajo de Justicia Climática, una organización de representantes de comunidades de justicia ambiental en el estado. Y celebraron reuniones en cada una de las 10 áreas antes de iniciar el monitoreo.
Asimismo, durante décadas, el país ha tenido la tecnología para evaluar la calidad del aire. Pero hasta hace unos diez años, los científicos comenzaron a prestar atención a la tecnología de sensores menos costosa y de menor escala, explicó Melissa Lunden, científica en jefe de Aclima.
Además, la red de dispositivos de monitoreo de la EPA tiene un historial de errores. La agencia ha fallado repetidamente en detectar emisiones tóxicas y peligros de contaminación diaria, y sus monitores están dispersos de manera desigual en todo el país, según las agencias de monitoreo independiente. En 2020, alrededor de 120 millones de estadounidenses vivían en condados donde la EPA no tenía monitores de contaminación.
Beneficios para comunidades y regiones
El objetivo de monitorear la calidad del aire en Nueva York debe ser utilizar los datos que recopila Aclima para implementar proyectos a más largo plazo, enfatizó Eric Schaffer. Siempre involucrando la perspectiva de las comunidades sobre los temas en estudio porque “el monitoreo no es infalible”.
Los datos recopilados por Aclima ayudarán al Departamento de Conservación Ambiental y a las comunidades a tener una comprensión más clara de los niveles de contaminación y crear soluciones específicas.
«Podríamos ver datos que muestren que hay niveles elevados de ciertos contaminantes en particular. Pero eso no necesariamente nos dice cuál es la fuente», dijo Jared Snyder. Comisionado adjunto de recursos del aire, cambio climático y energía del DEC sobre algunos monitores anteriores instalados en la ciudad.