Un enjambre de visitantes no deseados pulula en los campos de la comarca de La Serena. De manera sorpresiva, una plaga de langostas está asolando esa localidad de Badajoz, en Extremadura. A su paso han devorado más de 20.000 hectáreas de guisantes, cereales, plantas y árboles frutales. Sus productores y vecinos piden ayuda.
La Serena ya no lo es tanto. La presencia masiva de estos insectos y los estragos de su rasante sobrevuelo, mantienen en alerta a su población que observa con asombro el desastre en sus cultivos.
Al sur del territorio español, relativamente cerca de la frontera con Portugal, las temperaturas están altas, aunque no ha llegado el verano. Según la Agencia Estatal de Meteorología los marcadores fluctúan entre 21 grados de mínima y 40 de máxima en Badajoz. Y esa es una de las condiciones que favorecen la reproducción de las langostas marroquíes o mediterráneas, que no se diferencian en mucho de las langostas del desierto en África Oriental.
La langosta mediterránea puede causar daños muy graves en la agricultura, en especial cuando sufre el fenómeno conocido como gregarización. Es decir, cuando se desplaza en enjambres a decenas de kilómetros y arrasa cosechas en lugares muy alejados de su lugar de avivamiento. Sus hábitats en la región se localizan en las comarcas de La Serena y los Llanos de Cáceres, Trujillo y Brozas. En unas 400.000 hectáreas potenciales, informó la Junta de Extremadura.
«Esta plaga se ha producido por una suma de factores: a la sequía se le ha sumado la langosta y el pasto prácticamente ha desaparecido. Nos ha obligado a adelantar la fecha de cosecha. Al medio día aprovechan para aparearse cerca de los sitios que hay humedad», explicó Agustín Guerra en La Hora de la 1 de RTVE. Es ganadero en Cabeza de Buey.
Langostas en Badajoz
En esta época del año son frecuentes las langostas del desierto en Kenia o Pakistán, con el consecuente daño a los cultivos. En España, indica la Aemet una especie endémica en España, principalmente en Extremadura y Aragón, en zonas muy concretas de erial y pastizal o zonas baldías.
Cuando alcanzan un número elevado de individuos y ocupan explotaciones agrícolas, su voracidad provoca considerables daños en las cosechas. Como es el caso de las fincas de Cabeza del Buey, Zarza Capilla y Peñalsordo. La plaga afecta también a la ganadería porque el insecto se alimenta de lo que encuentra en el campo. Eso supone que el ganado se queda sin parte de su alimento y deben ser ayudados con pienso.
«Necesitamos que hagan un tratamiento más generalizado del problema porque los técnicos de medioambiente vienen y valoran”, comentó Guerra. “Pero lo hacen de manera muy puntual. A la hora de paliar los daños se quedan muy cortos».
Los daños en los campos y en los animales por la plaga de langosta no son los únicos que se viven a lo largo y ancho de las comarcas de Badagoz. «También rompen los radiadores de los transportes y complican la visibilidad. A veces hay tanta densidad de langostas que se complica la circulación», precisó.
Además, este año se dan las condiciones climatológicas idóneas para que estos insectos se reproduzcan en mayor medida, indicó. Algunos estiman que el paso a cultivos ecológicos, la falta de estrategias de prevención e información o el impacto del cambio climático son algunas de las razones de lo que ocurre en Extremadura.
Agricultura ecológica
La Junta de Extremadura cuenta con un plan de prevención contra plagas de langostas en Badajoz. Sin embargo, el descontento crecer entre los habitantes de la zona porque aseguran que lejos de mejorar, la situación va a peor. Pues, la Junta no aplicó ningún tipo de producto fitosanitario en La Serena el año pasado, por las prohibiciones de la agricultura ecológica. Esto supone un alto riesgo de sufrir plagas de este tipo, que no tardan en arrasar con todo a su paso, reseñó La Vanguardia.
Juan Carlos Balmaseda es presidente de la cooperativa Alanser y representante del sector ovino en cooperativas agroalimentarias de Extremadura. Dijo al diario extremeño Hoy que «esta zona es de especial protección para las aves. Y la administración ha sido laxa a la hora de combatir la langosta en la provincia de Badajoz. Este año se están comiendo los pastos, cosechas, huertos y árboles frutales».
Manifestó que están “soportando una plaga bíblica en una zona muy grande. Hemos intentado que nos escuchen para que traten con unos productos efectivos. Como, por ejemplo, una avioneta que esparza un producto que acabe con la plaga».
Entretanto, la organización agraria UPA-UCE Extremadura reclamó a la Consejería de Agricultura de la Junta la convocatoria de la mesa de la langosta. Ante el problema originado por la plaga en La Serena que afecta sus explotaciones agrícolas y ganaderas.
Según el Ministerio de Agricultura, las larvas en estado solitario, ninfas y adultos, se alimentan del pasto de la finca donde avivan, pudiendo invadir y devorar los cultivos vecinos. «Se calcula que un individuo puede comer cada día entre el simple y el doble de su peso vivo. Por lo que una sola langosta mediterránea llega a consumir, a lo largo de su vida, entre 33 y 66 gramos de pasto».
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