El caso de Alexéi Navalni, dirigente de la oposición rusa, sigue dando que hablar. El Gobierno de Alemania informó que el político y abogado, de 44 años de edad, fue envenenado con un neurotóxico del grupo novichok. Este conjunto de agentes químicos fue creado por la extinta Unión Soviética para la fabricación de armas químicas, y muy usado durante la Guerra Fría.
El neurotóxico novichok fue desarrollado entre los años setenta y ochenta. Calificado como arma química, la Organización de la Prohibición de Armas Químicas (OPCW, por sus siglas en inglés) lo incluyó —en 2019— en la lista de toxinas prohibidas. Rusia, a saber, es miembro del organismo.
Sus efectos son tan potentes que en cuestión de segundos o unos pocos minutos bloquean las señales de los nervios a los músculos. Por tanto, pueden causar paros respiratorios, cardíacos, el coma y hasta la muerte. De hecho, tiende a penetrar por los poros de la piel o las vías respiratorias. Entre los síntomas se encuentran que los ojos se ponen en blanco, pues las pupilas se comprimen, convulsiones, babeo.
Se cree que los agentes novichok son de cinco a diez veces más letales que el VX y el sarín. Se dice que algunos tipos son líquidos, pero que también los hay sólidos. También se usa en forma de polvo extrafino.
Su nombre, que significa “recién llegado”, fue noticia en 2018. El 4 de marzo de ese año se supo que el ex doble agente secreto Serguéi y su hija Yulia Skripal habían sido envenenados con el novichok en Salisbury, ciudad de Inglaterra. Luego de haber pasado tres semanas en estado crítico, Yulia Skripal pudo recuperar el conocimiento y el habla. Su padre recuperó el conocimiento un mes después. Skripal trabajó como agente secreto para Rusia y el Reino Unido en los noventa. En 2006 un tribunal ruso lo declaró culpable de alta traición y lo condenó a 13 años en una colonia penal.
Recientemente la Unión Europea, que condenó lo que calificó como “intento de asesinato” contra Alexéi Navalni, recordó que una sustancia similar también había sido usada contra Serguéi y Yulia Skripal.
La UE afirmó que, en vista de que el envenenamiento contra Navalni sucedió en Rusia, “el Gobierno debe hacer todo lo posible para investigar el delito a fondo. Con total transparencia, y llevar a los responsables ante la justicia”.
Aseguró que el uso de armas químicas constituye una grave violación del derecho internacional y de leyes internacionales de derechos humanos. Así, pidió una respuesta internacional conjunta. Advirtió que se reserva el derecho de tomar medidas acordes al caso, incluso de tipo restrictivo.
Este 2 de septiembre el hospital Charité Universitätsmedizin de Berlín, donde Navalni está hospitalizado desde el 22 de agosto, informó que este sigue en estado grave, pero que está mejorando. Continúa en la Unidad de Cuidados Intensivos y conectado a un ventilador. Prevén que la recuperación lleve tiempo. Aún no pueden decir qué efectos tendrá a largo plazo el envenenamiento.
“El paciente, cuyos síntomas fueron el producto de la inhibición de la colinesterasa (enzima) por una intoxicación confirmada, sigue mejorando. La causa de esta mejora es la recuperación gradual de la función de la colinesterasa (…) Todavía es muy pronto para decir cuáles serán los efectos a largo plazo debido a esta grave intoxicación”.
Navalni, a su vez, creó la ONG Fundación Anticorrupción. Tiene como fin investigar casos de corrupción de funcionarios y empresas rusas controladas por el Estado.
Los hechos, la tensión que crece
El 20 de agosto, Navalni fue ingresado inconsciente y en estado grave en la UCI del hospital de Omsk, en Siberia. Esto, una vez que el avión en el que iba desde Tomsk hasta Moscú debió aterrizar de emergencia por lo mal que se sintió. Su portavoz anunció que había sido envenenado con una sustancia mezclada en el té, lo único que, dijo, había consumido ese día en la mañana. El 21 de agosto un avión ambulancia lo trasladó hasta Berlín para que lo trataran en el hospital Charité.
Ya, el miércoles 2 de septiembre, Steffen Seibert, portavoz del Gobierno alemán, anunció el resultado de una prueba toxicológica con muestras de Navalni. El estudio, señaló Seibert, determinó que hay una “evidencia inequívoca de un neurotóxico del grupo novichok”.
Miembros del Gobierno abordaron el asunto ese día y acordaron dar más pasos. “Fue impactante el hecho de que Alexéi Navalni fuera víctima de un ataque con un agente químico nervioso en Rusia. El Gobierno federal condena este hecho en los términos más enérgicos posibles”.
De este modo, Alemania pidió —con carácter de urgencia— a Rusia que se pronunciara acerca del caso. También dijo que les informaría de los resultados de las pruebas a la esposa de Navalni, Yulia Navalnaya, al embajador de Rusia, a los partidos alemanes y a los aliados de la UE y de la OTAN.
Anunció que abordará la situación del político junto con países aliados y a la luz de las declaraciones de Rusia. Y que se pondrían en contacto con la OPCW.
Posteriormente, la OPCW emitió un comunicado en el que señaló que, en respuesta al Gobierno de Alemania, sigue de cerca la situación. También, que está dispuesto a ayudar a los Estados parte que pidan su asistencia.
“De acuerdo con la Convención sobre Armas Químicas, se considera como uso de armas químicas el envenenamiento de una persona mediante el empleo de un agente nervioso. Tal acusación es motivo de gran preocupación. Los Estados parte de la Convención consideran como reprobable, y totalmente contrario a las normas establecidas por la comunidad internacional, el uso de armas químicas por cualquier persona y en cualquier circunstancia”.
Este 4 de septiembre, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, exigió que se abriera una investigación sobre el envenenamiento de Navalni. “Esto es una violación flagrante del derecho internacional y requiere una respuesta internacional”, advirtió, al igual que la UE.
El organismo pidió una investigación internacional, imparcial, y sugiere que Rusia coopere con la OPCW. Para ello, se recomienda que facilite que el ente pueda acceder completamente al programa Novichok.
En el caso de Serguéi y Yulia Skripal, la OTAN consideró a Rusia responsable y retiró la acreditación a varios miembros de la delegación rusa.
Moscú, por su parte, negó cualquier participación en el envenenamiento de Navalni. El Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que la denuncia de Alemania no estaba sustentada en pruebas. Se quejó de la forma en la que divulgó información sobre Navalni.
El país agregó que quería un intercambio completo de información y que ambos países deberían cooperar. Sin embargo, advirtió que aún no podía dar una declaración apropiada sobre los resultados que obtuvo Alemania. El Gobierno y médicos rusos habían dicho anteriormente que no encontraron señales de que Navalni hubiera sido envenenado. No ha habido represalias en contra de Rusia.
Dudas de antes y denuncias de ataques contra Navalni
“Las publicaciones sobre el desarrollo y las pruebas de novichok en la década de los noventa despertaron las sospechas de Estados Unidos sobre que la Unión Soviética tenía un programa secreto de armas y no declaró todo su arsenal cuando se unió a la Convención sobre las Armas Químicas”, señaló Reuters.
En 1999 técnicos de defensa estadounidenses viajaron a Uzbekistán. El objetivo era ayudar a desmantelar y descontaminar la zona en la que se encontraba uno de los mayores campos de ensayo de la antigua Unión Soviética. Al parecer, los soviéticos usaban la planta para producir y probar pequeños lotes de novichok.
Otros ataques denunciados en contra de Navalni
En 2017 Alexéi Navalni fue agredido cuando salió de su oficina; le rociaron un químico en los ojos. En 2019, acusó al Gobierno de Rusia de haberlo envenenado, pues de manera inexplicable se le hincharon los párpados y tuvo abscesos en el cuello, la espalda, el torso y los codos.
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