Noruega siempre se ha destacado por ofrecer a sus habitantes una óptima calidad de vida. En educación, salud, seguridad, salarios elevados, y la garantía de un medio ambiente amigable. Ahora, este país escandinavo se ha convertido en el primero del mundo en prohibir la deforestación.
Durante doce años consecutivos, el índice de desarrollo humano de la ONU ha señalado que Noruega es el mejor país para vivir. Los noruegos lo saben y trabajan por mantenerse en ese sitial y superarse.
En ese contexto, el Parlamento de ese país aprobó que la política de contratación pública del Gobierno estará libre de deforestación. Así como se lee. Queda prohibida la tala de bosques y toda acción del hombre por agotar o destruir la vegetación. Sin dudas, una decisión de avanzada, que deja atrás promesas y metas, para convertirlas en realidad.
Al comprometerse con la deforestación cero, Noruega sirve de ejemplo para otros países en Europa y el mundo, en esa búsqueda por preservar el medio ambiente, la biodiversidad y la vida en el planeta. Ningún producto que contribuya a la deforestación se utilizará en esa nación.
Esta propuesta fue recomendada por el Comité Permanente del Parlamento de Noruega sobre Energía y Medio Ambiente, como parte del Plan de Acción sobre Diversidad de la Naturaleza. La organización Rainforest Foundation Norway ha sido la principal activista de ese planteamiento.
Los bosques cubren el 31% de la tierra en el globo. Son los pulmones figurativos del planeta, que producen oxígeno y eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera. También proporcionan hogares a la gente y gran parte de la vida silvestre del mundo.
Se estima que la deforestación aporta alrededor del 15% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. No solo contribuye al cambio climático, sino que también puede afectar los medios de vida y los ciclos naturales, dijo el Fondo Mundial para la Vida Silvestre.
Noruega dice adiós a la deforestación
El plan de acción de Noruega prohíbe la producción y venta de cualquier materia prima que contribuya a la destrucción de los bosques. De acuerdo con la ley avalada por el parlamento, ese país deja de hacer inversiones en 11 empresas que destruían los bosques.
Además, la medida implica una mayor atención del gobierno hacia la biodiversidad. De allí que se promueven sus inversiones a través del Fondo de Pensiones Global de Noruega.
“Esta es una victoria importante en la lucha para proteger la selva tropical”, afirmó Nils Hermann Ranum, jefe de política y campaña de Rainforest Foundation Norway.
Al margen de esa decisión de Noruega, en su entorno y en otras latitudes lo que abunda es la deforestación. Datos demoledores, recogidos por Global Forest Watch, GFW, colocan a cinco países de América Latina al margen de los esfuerzos globales por preservar el medio ambiente.
Brasil encabeza la lista de naciones con mayor deforestación. Le siguen Bolivia, Perú, Colombia y México que, en total, han perdido 11,9 millones de hectáreas de bosques en 2019. Señala el informe que “cada seis segundos desapareció un bosque tropical de la talla de un estadio de fútbol el año pasado”. Allí se incluyen también las deforestaciones a gran escala en Indonesia, Malasia y Papúa Nueva Guinea
El principal impulsor de la deforestación es la agricultura. En esta actividad a menudo se eliminan los árboles, para dejar espacio para el ganado, mediante un proceso conocido como agricultura de tala y quema. Cuando los agricultores limpian sus bosques y los queman, el carbono en los árboles libera dióxido de carbono, uno de los principales contribuyentes al cambio climático.
Pero Noruega lleva décadas contribuyendo con el medio ambiente propio y el de otros países.
Financiamiento a otros países para evitar la tala
En 2008, Noruega le dio a Brasil 1.000 millones de dólares para ayudar a combatir la deforestación contra la selva amazónica. La inversión valió la pena. Para 2015, el país sudamericano había salvado más de 53.108,35 km2 de bosque y había mantenido 3,2 billones de toneladas de dióxido de carbono fuera de la atmósfera.
La deforestación de la Amazonia brasileña disminuyó más del 75% en la última década, lo que representa el mayor recorte de emisiones en ese período. El Amazonas ha perdido alrededor del 17%de sus árboles en los últimos 50 años, según World Wildlife Fund .
Además, Noruega financia varios proyectos en todo el mundo. El gobierno también otorgó 250 millones de dólares para proteger los bosques de Guyana. El país sudamericano, que tiene sus bosques zonificados para la tala, recibió el dinero durante un período de cuatro años, desde 2011 hasta 2015. Y los resultados han sido óptimos.
Noruega no solo se centra en los bosques sudamericanos. También está trabajando en África y otras regiones del planeta.
Liberia, con la ayuda de Noruega, se convirtió en la primera nación de África en dejar de talar árboles a cambio de ayuda. El acuerdo implica que Noruega pague al país de África Occidental 150 millones de dólares hasta 2020 para detener la deforestación.
Lee también: